Con un 84 % de probabilidad, las condiciones Niña seguirán hasta enero 2023, y caerían al 50 % en febrero.
En su informe del 7 de noviembre, la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) indicó que la campaña ’22/’23 en la Argentina transcurre en un escenario de sequía severa en gran parte de la región productiva de secano. Las lluvias del último mes no alcanzaron a compensar el déficit de agua en los suelos, que continúa agravándose, particularmente en la zona agrícola núcleo. Por esta razón, la producción triguera sería un 26 % menor que el promedio de las últimas cinco campañas.
En cuanto al pronóstico de El Niño-Oscilación del Sur, hay un 84 % de probabilidades de que las condiciones de La Niña prosigan hasta enero de 2023, y que disminuyan a menos del 50 % recién a partir de febrero.
Según Adela Veliz, docente de Climatología y Fenología Agrícolas en la Fauba, mientras que en octubre se registraron abundantes lluvias en el extremo norte de la Mesopotamia, el resto del país presentó déficits y solo en la última semana de octubre ocurrieron precipitaciones en el centro-oeste de Buenos Aires y en el sudeste de Córdoba. No obstante, estas lluvias resultaron insuficientes para recomponer el estado de las reservas de agua en el suelo en la mayor parte de la región productiva de secano. En consecuencia, se acentúa el desecamiento de los perfiles.
“Las condiciones de sequía severa afectan a la zona núcleo, especialmente el noroeste de Buenos Aires y en el sur de Santa Fe, y se extienden hacia el sudoeste de Entre Ríos, el norte de Buenos Aires y el oeste de Córdoba y San Luis. Mientras tanto, el centro y el sur de Buenos Aires presentan condiciones de sequía moderada”, afirmó la docente.
Por su parte, Liliana Spescha, coautora del informe junto con Adela Veliz, María Elena Fernández Long y Gastón Sosa -docentes de la misma cátedra-, se refirió a la evolución del almacenaje de agua del suelo en dos situaciones de sequía en la localidad de Junín, provincia de Buenos Aires, tomando el perfil hasta 1 metro de profundidad. “Esta tercera Niña, que comenzó en julio de 2020, presenta un escenario deficitario de lluvias, sobre todo en la zona núcleo. Como ejemplo puedo mencionar la marcha del almacenaje de agua en el suelo en Junín durante el evento Niña 2008, el más severo hasta la actualidad. En comparación, las reservas de agua durante la presente campaña muestran niveles aún más críticos que los del 2008”, dijo.
Liliana agregó que, en cambio, en la localidad de Pehuajó, provincia de Buenos Aires, las lluvias de la última semana de octubre contribuyeron a recargar los perfiles.
El informe resalta también que las condiciones de sequía en esta campaña están afectando a los cultivos extensivos. “Las estimaciones privadas dan cuenta nuevamente de una caída en la producción triguera, que estaría un 26 % por debajo del promedio de las últimas cinco campañas”, dijo Spescha, y añadió que a la sequía se deben sumar los sucesivos eventos de heladas tardías registrados en octubre, que afectaron a los frutales en el Alto Valle del Río Negro y a los viñedos en Mendoza.
La Niña sigue adelante
Fernández Long comentó que, a mediados de octubre, el International Research Institute for Climate and Society difundió su pronóstico para el fenómeno El Niño-Oscilación del Sur, en el que anuncia una probabilidad del 84 % de que las condiciones de La Niña continúen durante el trimestre noviembre, diciembre y enero. Las mismas disminuirían a menos del 50 % recién a partir del mes de febrero.
María Elena también resumió los contenidos del pronóstico trimestral que elaboran -en el ámbito del Servicio Meteorológico Nacional- distintos organismos oficiales, incluyendo la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la Fauba. “Para el trimestre noviembre, diciembre y enero, las precipitaciones serán inferiores a las normales en gran parte del territorio nacional, salvo en el noroeste y en Cuyo, donde se prevé que sean normales”, detalló.
Para concluir, Fernández Long indicó que las temperaturas medias se mantendrían por encima de los valores normales desde el centro del país hasta la Patagonia.
Por: Pablo A. Roset, SLT-Fauba