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En un mes, el trigo argentino de la nueva cosecha bajó casi un 18%

La posición diciembre del cereal en el Matba Rofex registró una baja del 17,9% en junio, cerrando el mes a 292 dólares por tonelada.

Luego de una prolongada firmeza, que se acentuó tras la invasión rusa a Ucrania, el 24 de febrero último, el valor internacional del trigo se desliza por una pendiente que se volvió pronunciada tras el inicio de la cosecha en el hemisferio norte, donde Estados Unidos hizo punta entre los principales proveedores mundiales y donde ahora da sus primeros pasos la recolección del grano fino en la Unión Europea y en la zona del Mar Negro, región esta última que sigue con la oferta ucraniana retenida, pero que se apresta a levantar un volumen récord en Rusia, según las estimaciones privadas. En ese escenario, la posición julio del cereal en Chicago y en Kansas cayó en junio un 20,1 y un 18,6%, al pasar de 399,59 a 319,21 y de 428,25 a 348,61 dólares por tonelada, respectivamente.

Este derrumbe externo tuvo un correlato bastante fiel sobre el mercado argentino de trigo, donde impactó en forma plena sobre el valor del grano de la campaña 2022/2023, cuya siembra avanzó sobre el 73,5% de los 6,3 millones de hectáreas previstos por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. En efecto, la posición diciembre del grano fino en el Matba Rofex, que marca la entrada de la nueva producción, registró un quebranto del 17,9% en el último mes, al pasar de los 255,50 dólares vigentes el 30 de mayo último a los 292 dólares por tonelada la rueda de ayer.

El mercado físico terminó junio con el mismo panorama desalentador para los precios del trigo de la cosecha que comenzará en el norte del país desde fines de octubre y para la cual las proyecciones privadas manejan un rango de entre 18 y 20 millones de toneladas. En la zona del Gran Rosario las propuestas de los exportadores para cerrar negocios en forma anticipada –contratos forward– para entregas en diciembre cayeron un 14,5%, al pasar de 345 a 295 dólares por tonelada. En los puertos del sur de Buenos Aires las mermas fueron del 17,6 y del 15,9% para los valores del cereal con entrega en enero sobre Bahía Blanca y sobre Necochea, con transiciones de las ofertas de los compradores que fueron de 358 a 295 y de 345 a 290 dólares por tonelada, respectivamente.

En el mercado de exportación la caída mensual del valor FOB del trigo en los puertos argentinos para los embarques desde diciembre fue del 13,4%, al pasar de 425 a 368 dólares por tonelada, según lo informado por el Ministerio de Agricultura de la Nación.

Independientemente de la coyuntura doméstica, tanto en el mercado de futuros como en la plaza física los productores tuvieron opciones para generar estrategias de comercialización capaces de favorecer la captura de muy buenos precios. Sin embargo, para muchos la oportunidad pasó de largo y ahora deberán adaptarse al nuevo escenario o exponerse al riesgo adicional de esperar por un incierto repunte de los precios cuando pase la influencia bajista de la cosecha del hemisferio norte.

Según el último informe publicado por Agricultura sobre compra de granos, con datos al 22 de junio, de las 4.758.500 toneladas de trigo 2022/2023 adquiridas por los exportadores, un 41,7%, es decir 1.984.900 toneladas, fue negociado por los productores bajo la modalidad “a fijar”, sin un precio firme. Un año atrás la proporción de trigo negociado sin valor firme era del 30,1%, equivalente por entonces a 1.159.000 toneladas.

Cabe agregar que, sobre un volumen de 10 millones de toneladas actualmente habilitado por el Gobierno para la exportación, los exportadores presentaron y obtuvieron registros de declaraciones juradas de ventas al exterior por 8.632.464 toneladas.

Para evitar riesgos bajistas como el que se cristalizó en el último mes sobre los precios del trigo nuevo es que los especialistas en comercialización de granos recomiendan en forma reiterada, y usualmente ante más espectadores que decisores, el análisis concienzudo de los números del negocio agropecuario particular y el diseño de estrategias comerciales que permitan fijar pisos de precios lo más alto posibles y que, incluso –con las opciones de los mercados de futuros–, faciliten la chance de usufructuar subas aún mayores. De lo que se trata, según acentúan, es de generar un nivel promedio de precios que ponga a buen resguardo la inversión puesta en la tierra y que brinde un margen de rentabilidad objetivo. Hoy cada productor podrá hacer los cálculos sobre cuánto dejó de ganar en el último mes por seguir con toda su producción esperada de trigo al descubierto.

Por: Dante Rofi

Fuente: La Nación