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En un contexto desafiante y con expectativas moderadas

Los fabricantes de maquinaria agrícola nucleados en AFAT detallan las dificultades que enfrenta el sector; sin embargo, apuntan que algunas medidas económicas recientes podrían mejorar el panorama en 2025.

La Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores y otros equipamientos Agrícolas e Industriales (AFAT) emitió un comunicado en el que señala que el sector de maquinaria agrícola en Argentina enfrenta un contexto desafiante, marcado por un mercado de patentamientos estancados y una necesidad creciente de modernización del parque. Para AFAT, a pesar de algunas medidas positivas adoptadas en el último año, persisten factores que afectan la competitividad y la previsibilidad del sector, como la inestabilidad económica, la elevada presión impositiva y el encarecimiento de la importación de insumos clave para la producción local.

“Venimos ya de varios años con un mercado retraído en ventas de maquinaria agrícola, y un preocupante retraso tecnológico. El 2024 fue un año de bajo volumen de patentamientos, y ya el 2023 había estado por debajo del 2022”, dice AFAT.

Los números que maneja la Asociación dan cuenta que en 2024 se patentaron 616 cosechadoras, 5.244 tractores y 655 pulverizadoras; mientas que en 2023 fueron 595 cosechadoras, 5.888 tractores y 552 pulverizadoras.

Para AFAT, lo preocupante es que, si se toma que un año de ventas razonable para encarar la renovación tecnológica en el mercado argentino de maquinaria implicaría sumar unos 7.000 a 8.000 tractores; 1.000 a 1.200 cosechadoras y 800 a 900 pulverizadoras, estamos aún más por debajo de las necesidades de inversión que tiene el campo. “Esto implica sostener un parque de maquinaria excesivamente antiguo, con un 70-80% de tractores con más de 15 años, 70-80% de cosechadoras con más de 10 años. Renovar ese parque e incorporarle toda la tecnología disponible hoy en el mercado es una necesidad para un país cuyos ingresos de divisas dependen en un 60-70% del sector agroindustrial”, sostienen.

Según la asociación, las causas de este atraso en la incorporación de maquinaria agrícola de última tecnología son múltiples y la más general, y que afectó a todos, fue la falta de estabilidad política-económica que restó previsibilidad y continúa dificultando la proyección de inversiones. A ese contexto, dicen, se suma la compleja, elevada y distorsiva presión impositiva que penaliza la fabricación e importación y, al mismo tiempo, desalientan la concreción de inversiones en el país.

Desde AFAT explican que la producción local, en principio, en puerta de fábrica y sin IVA, tiene en promedio una carga impositiva del 32%, siendo un tercio de éstos, impuestos distorsivos. Al mismo tiempo, al importar materiales e insumos destinados a los procesos productivos locales, los fabricantes de maquinaria agrícola tributan un 21% de IVA, más una percepción de IVA equivalente al 20% (producto de la RG AFIP 5339/23) junto a la percepción de ganancias (6%). “En tal sentido, podemos afirmar que en total un 47% del valor importado de materiales e insumos productivos corresponde a obligaciones tributarias”, explican.

“Es importante destacar que durante el año pasado se tomaron medidas positivas como la solución a los problemas de pagos a proveedores del exterior, la agilización de los procesos de importación, y la notable baja de la inflación. Además, en materia impositiva se disminuyó y luego eliminó el Impuesto PAIS, y recientemente se redujeron las retenciones a los granos, y se eliminaron las de las economías regionales. Consideramos que estas medidas adoptadas van en la dirección adecuada, sin embargo, advertimos algunos aspectos que continúan generando preocupación en nuestro sector”, dice el documento de AFAT.

Sobre los aspectos que aún generan preocupación en el sector, detallan los siguientes:

– Impuestos distorsivos que afectan la producción, inversión y consumo, como Ingresos Brutos, Tasas Municipales, y la Resolución General 5339/2023 de AFIP se prorrogó varias veces, estando ahora vigente hasta junio de este año. Esta norma suspende la posibilidad de utilizar el certificado de exclusión del régimen de percepción del impuesto a las ganancias y del impuesto al valor agregado en las operaciones de importación definitiva de bienes. En resumen, encarece el abastecimiento de todas aquellas empresas que utilicen insumos importados, no sólo del rubro de maquinaria.

– Costo laborales que no son competitivos en comparación con otros países.

 -Logística: costos de transporte y de exportación/importación.

– Infraestructura: desarrollo y modernización de caminos, rutas y puertos; mejora de la conectividad (señal telefónica y de internet), etc.

– Seguros: costo y acceso a seguros empresariales y su impacto en la inversión.

– Financiamiento: acceso a créditos, tasas de interés favorables y políticas para fomentar la inversión.

“Desde AFAT destacamos las medidas positivas adoptadas tanto para la población en general como para el sector agropecuario. No obstante, aún es necesario avanzar en diversas áreas para que productores, contratistas y toda la cadena productiva logren mayor competitividad y previsibilidad, además de contar con herramientas financieras adecuadas para acceder a maquinaria de primer nivel mundial”, señala el documento.

Luego, agrega: “En lo que respecta a nuestro mercado en particular, si se cumplen las estimaciones de producción y hay financiamiento acorde, en AFAT creemos que este 2025 podríamos pensar en un mercado similar al de 2024, o con un 10% más de cosechadoras y pulverizadoras y de cantidades similares a las del 2023 en tractores. Asimismo, estimamos que la baja de retenciones podría apuntalar una pequeña mejora sobre estas expectativas”.

“Las empresas socias de AFAT continuamos trabajando para proveer a nuestros clientes de las tecnologías más innovadoras a nivel mundial, muchas de ellas fabricadas en plantas argentinas con la misma calidad que en los países más avanzados en la materia como pueden ser Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, India, Turquía o Brasil”, concluye el comunicado.