Las muy bajas temperaturas o heladas que afectaron a varias zonas productivas durante el pasado fin de semana terminaron de complicar la situación de los cultivos implantados.
En medio de la sequía que afecta al trigo y que ya llevó a la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) a dar por perdidas 130.000 hectáreas con el cereal en la zona agrícola núcleo, el fin de semana se agregó otro problema: muy bajas temperaturas o heladas que encontraron a muchos cultivos en varias regiones en etapas cercanas a la floración. Se trata de un momento en que las plantas del cereal son susceptibles a esos fenómenos y pueden atrasar su desarrollo y perder más rinde. También hubo un impacto para el caso del maíz.
“Normalmente, la mayoría de las variedades de trigo son resistentes al frío hasta -4°C en estado de pasto, hasta el estado Z3.1 de la escala de Zadocks”, indicó el consultor Nicolás Marín Moreno. La escala es una convención que describe los sucesivos estados de desarrollo del cereal de invierno.
En la situación actual, los cultivos de Córdoba ya están en Z4.3-Z4.5 (con la espiga a la altura del cuello de la última hoja) y los de Olavarría, en Buenos Aires, en Z3.5-Z3.9 (hoja bandera totalmente visible). Son susceptibles a las bajas temperaturas. “Sería esperar que, en las zonas con registros de temperatura más bajos, se observen pérdidas de macollos y de espiguillas”, advirtió Marin Moreno.
Todavía es difícil adelantar el grado de afectación de los cultivos en cada región, pero el experto alertó que “las heladas con tiempo seco son más perjudiciales que las que ocurren en buenas condiciones de humedad, y, por lo tanto, determinarán que las plantas tarden más en recuperarse”.
En este contexto, advirtió que muchos trigos de la ruta 7 hasta Laboulaye sembrados con un modelo para alcanzar 50qq/ha rendirán 15-20qq/ha si no llueve en los próximos días.
Las heladas del lunes 10
Para Juan Pablo Ioele, asesor entre otras regiones en la zona del departamento de Marcos Juárez, en el sudeste de Córdoba, “otro otoño seco y sin recargas dejó muy pocos lotes en condiciones de afrontar los tradicionales inviernos secos de la región núcleo”, aunque “en todos los casos las expectativas de los que implantaron trigo estaban puestas en que en algún momento la situación se revertiría”. Pero las precipitaciones no aparecieron y sí lo hizo el frío fuerte.
“Las lluvias nunca aparecieron a casi un mes de entrada la primavera, pero lo que nunca nos abandonó fue el frío. En medio de un invierno interminable y seco las heladas nos siguen acompañando y se empiezan a cumplir las advertencias de los fantasmas del pasado. Estaba fresco el recuerdo del 2018 con la helada del 2 de octubre y no tan fresco el recuerdo de la helada del 15 de noviembre del 2007 donde en muchos lotes tuvimos que salir a resembrar el maíz y tomar decisiones con lo que había quedado del trigo” apuntó.
Las heladas del domingo 9
Para Ioele, gran parte de los trigos ciclos largos se encuentran en la región entre espiga embuchada y espigazón, con lo cual se prevén “más daños a los ya sufridos por los recientes episodios de heladas tardías”.
“El escaso desarrollo radicular del cultivo por la escasa humedad en el perfil va a hacer casi nulas las posibilidades de recuperarse del daño”, señaló.
“Hoy gran parte de la expectativa de los productores esta por el piso, con márgenes negativos resultantes de un abanico promedio de rendimientos presupuestados que rondan desde los 300-500kg/ha a los 2000kg/ha”, dijo.
El caso del maíz
En cuanto al maíz temprano sembrado en septiembre, Ioele indicó que “todavía tiene otra historia por contar a pesar de un arranque poco favorable”.
“Si bien se sabe que la cama de siembra del maíz debe tener buena humedad y temperatura para una eficiente implantación, las urgencias del año hicieron que numerosos lotes se siembren con la humedad justa y con frío para no perder la fecha de primera”, recordó.
Y precisó: “En la fase del cultivo en la que se encuentra todavía, el ápice se mantiene a 2-3 cm debajo del suelo, produciendo la helada un daño en la parte aérea de la planta que no afecta gravemente al maíz. Ahora bien, si las condiciones de sequía y temperaturas bajas se mantiene, el cultivo no encuentra recursos para su recuperación pudiendo afectar gravemente el stand de plantas logradas sin tener en cuenta las variaciones espaciales y temporales que ya afectan a esos lotes”.
Fuente: La Nación