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Chicharrita: cómo impactó en la producción de silaje de maíz

Especialistas del INTA Rafaela analizaron el impacto de la chicharrita y las estrategias de manejo pre y posefecto en maíces afectados por achaparramiento durante la campaña 2023/24.

La importancia del cultivo de maíz para silaje en nuestros sistemas productivos es fundamental para la dieta animal, por ello, especialistas del INTA Rafaela -Santa Fe- analizaron el impacto de dos estrategias de manejo pre y posefecto de las condiciones climáticas en maíces afectados por achaparramiento durante la campaña 2023/24. De hecho, los daños causados por la chicharrita no solo afectaron el rendimiento del cultivo, sino también la calidad final del silaje, repercutiendo directamente sobre su valor nutricional y, en consecuencia, en la producción animal.

“El éxito del silaje de maíz depende de una planificación cuidadosa, de su correcta ejecución en el momento adecuado y de un monitoreo constante de factores que puedan comprometer tanto el rendimiento como la calidad del cultivo. Estas prácticas no solo aseguran la calidad del forraje almacenado, sino que también contribuyen a la rentabilidad y sostenibilidad de los sistemas de producción animal”, señaló Ainalén Carassai, especialistas del INTA Rafaela -Santa Fe-.

Los forrajes conservados (silajes y henos) representan, en promedio, el 30 % del consumo de materia seca en la dieta de los tambos. Se registró para la campaña 2023/24, un total de 2.396.000 hectáreas ensiladas, de las cuales, un 45 % corresponde a la lechería y el 55 % a la actividad ganadera. Si se analiza en función del cultivo a ensilar el 59,9 % corresponde a maíz, 10,1 % a sorgo y 30 % a verdeos y pasturas.

“El silaje de maíz es un recurso fundamental para garantizar la disponibilidad de forraje de alta calidad en sistemas ganaderos. Para maximizar los beneficios de la técnica de ensilado, es crucial atender ciertos aspectos clave relacionados con el manejo agronómico y la gestión del cultivo”, señaló Lorena Iacopini, especialistas del INTA Rafaela -Santa Fe-.

Según Carassai, el momento óptimo para realizar el corte del maíz resulta decisivo para obtener un silaje de calidad, ya que permite aprovechar eficientemente los recursos invertidos, reducir las pérdidas de materia seca, energía y asegurar una adecuada conservación del forraje durante el almacenamiento.

Asimismo, es esencial realizar un monitoreo frecuente desde las primeras etapas del cultivo para identificar la presencia y densidad de plagas, como la chicharrita, aplicando medidas de control cuando sea necesario, expresó Federico Massoni.

La campaña 2023/24 estuvo afectada por el fenómeno climático “La Niña”, el cual generó retrasos en las fechas de siembra de los maíces tempranos. En la región central de la provincia de Santa Fe, la fecha óptima de siembra, generalmente ubicada a mediados de septiembre, se desplazó hacia finales de octubre, realizándose de manera escalonada. En consecuencia, el período crítico del maíz ocurrió durante el mes de enero bajo condiciones climáticas desfavorables para su desarrollo.

En los silajes, uno de los primeros indicios de la mala fermentación es la presencia de calor, olor putrefacto y el desarrollo de hongos. Éstos, afectan negativamente el rendimiento y la salud de los animales. 

Se recomienda en estos casos, “como estrategia general de manejo, realizar acciones para diluir su participación en la dieta (disminuyendo la proporción de alimentos con alta contaminación) o, reducir su disponibilidad en el organismo. Esto puede lograrse, por ejemplo, mediante el uso de agentes adsorbentes o secuestrantes de micotoxinas”, indicó Pablo Roskof.

Fuente: INTA Informa.