Comunidades originarias del norte de Salta regalaron bananas que no pudieron vender por la falta de precio tras la apertura de las importaciones de frutas y verduras.
Familias productoras de banana que integran comunidades originarias del norte salteño realizaron un “bananazo” en las calles de San Ramón de la Nueva Orán la dramática situación que atraviesan bajo la gestión de Javier Milei por la apertura de importaciones que las dejaron sin posibilidad de comercializar su producción de la temporada 2024/25.
“Regalamos la fruta a la gente. Queremos que en Salta el Ministerio de la Produccion controle más la banana que ingresa de otros países, como Bolivia” explicó José Fariña, productor de la Comunidad Kolla Guaraní de Río Blanco Banda Norte, y añadió que “ya no podemos vender a Tucumán, Córdoba o Mendoza porque a esos mercados de abasto llegan los cajones y les ponen cualquier etiqueta”.
Además, la presidenta de la Comunidad Tupí Guaraní Iguopeigenda, Juana López, precisó que en la temporada 2024 las familias pudieron vender su producción a “compradores de las provincias del centro del país, a un promedio de $10 mil a $12 mil el cajón de bananas y este año, en cambio, nos ofrecieron $1.500 por cada cajón porque en Bolivia y Paraguay podían comprarlos a $3.000 ya embalados” y lamentó que “los pequeños productores de comunidades indígenas quedamos a la deriva, cada uno a su suerte por la medida que tomó el Ministerio de Economía de la Nación en marzo de 2024, cuando liberalizó la importación de productos de la canasta básica de alimentos, entre ellos, las bananas”.
En declaraciones al diario Página/12, López repasó la historia reciente de la comunidad que preside y contó que “somos 48 familias con unas 250 a 300 personas, con hijos y nietos y en las últimas décadas del siglo pasado nos dedicábamos a cultivar la tierra maíz, mandioca y batata, sin embargo, por el año 2003 comenzamos con las plantaciones de banana y nos dimos cuenta que nuestros ingresos económicos mejoraban”. “Pero este año no llegó ninguno de esos camiones chasis que llegan desde Buenos Aires, Tucumán o Córdoba para llevarse entre 1.000 a 1.100 cajones de bananas” advirtió y agregó que “de las 224 hectáreas comunitarias, 110 se destinan a plantación y si bien cada familia produce sobre un paño de 1 a 2 hectáreas, el 80% de esas parcelas las destinan desde principios de este siglo a plantaciones de banano bajo métodos agroecológicos”.
Estas comunidades guaraníes recibieron hasta finales de 2023 apoyo técnico de la Secretaría de Agricultura Familiar y del ProHuerta. Sin embargo, como esos organismos y programas fueron desarticulados por la administración de Javier Milei, actualmente tan sólo cuentan con el apoyo del INTA Yuto.
