El analista Miguel Gorelik anticipó que las importaciones chinas de carne vacuna pueden aumentar 25% en el corto plazo y 50% en el largo plazo.
El especialista de la cadena de ganados y carnes Miguel Gorelik anticipó que las importaciones chinas de carne vacuna pueden aumentar 25% en el corto plazo y 50% en el largo plazo.
“También para otros productos las proyecciones muestran incrementos muy importantes que van de 12% y 90% (corto y largo plazo) para el maíz hasta porcentajes de 3 dígitos para la carne porcina (120 y 400%, en ese orden)” detalló en un artículo publicado por el portal web Valor Carne.
La opinión de Miguel Gorelik
Un estudio hecho por el Economic Research Service del USDA analizó el potencial de importaciones de China para 4 productos de origen agropecuario (carne vacuna, maíz, carne porcina y trigo) en base a los diferenciales entre los precios internos y los internacionales.
El análisis, publicado en agosto, parte de considerar que tales diferenciales de precios se originan en restricciones de diverso tipo sobre las importaciones y calcula cuánto más podrían aumentar las compras a terceros países en caso de que las mismas desaparecieran. En cada rubro se plantea un objetivo a corto plazo (1 año) y otro a mediano/largo plazo (5 años).
En el caso de la carne vacuna, los cálculos muestran que estas compras podrían aumentar 25% en el corto plazo y casi 50% en el largo, basado en que el precio doméstico del producto en China excede en 80% a 90% al precio al que Estados Unidos importa la carne.
También para los otros productos las proyecciones muestran incrementos muy importantes que van de 12% y 90% (corto y largo plazo) para el maíz hasta porcentajes de 3 dígitos para la carne porcina (120 y 400%, en ese orden).
Esto significa que a pesar de que China se ha transformado en el principal importador mundial de productos agrícolas, todavía tiene un enorme potencial adicional, en caso de que las trabas no arancelarias sean removidas, lo que es una suposición muy fuerte.
Una consideración nuestra es que estos resultados muestran la fortaleza de los fundamentals para el futuro próximo y más lejano del comercio internacional de carne, así como el rol que la Argentina podría jugar en el mismo, en la medida en que sus regulaciones sean más razonables que las que se aplican en el presente.