La cartera agropecuaria cambió de opinión y ahora avala la siembra de esta variedad transgénica, que es resistida por la mayor parte de la cadena agrícola por temor a la pérdida de mercados para el trigo argentino.
Cuando en noviembre pasado el gobierno brasileño aprobó la importación de la harina elaborada c con el trigo HB4, un evento transgénico desarrollado en Argentina para dotar al cultivo de tolerancia a la sequía, el Ministerio de Agricultura aclaró por diversas fuentes que dicho aval en el vecino país no era suficiente para desbloquear aquí el permiso de siembra de dicha variedad, que pertenece a la empresa Bioceres. Hoy, a horas de la apertura del congreso A Todo Trigo en Mar del Plata, el Ministerio de Agricultura cambió sorpresivamente de opinión y dio por cumplimentado el trámite de aprobación del trigo HB4, que fue aprobado en octubre de 2020 pero condicionado a que también Brasil, a través de un dictamen de la Comisión Nacional de Biotecnología (CNTBio), hiciera lo mismo. Es decir, las autoridades nacionales cambiaron de opinión, y ahora sí avalaron la siembra de esta variedad transgénica, que es resistida por la mayor parte de la cadena agrícola por temor a la pérdida de mercados para el trigo argentino.
No hay demasiada explicación en la Resolución 27/2022 de las razones que llevaron a las autoridades a efectuar tan violento viraje en su posición: lo cierto es que el permiso parcial de Brasil al uso de la harina de trigo HB4 ahora parece ser suficiente para liberar aquí la siembra de esa variedad, que la semana pasada también recibió un aval semejante -solo para la harina, no para la semilla- de parte de otro país triguero, Australia.
“Dése por cumplido el Artículo 2 de la Resolución 41 de fecha 7 de octubre de 2020 de la Secretaría de Alimentos del Ministerio de Agricultura”, dice esa resolución, que lleva la firma del santafesino Luis Contigiani, como responsable del área que se ocupa de avalar los estudios de impacto comercial de los nuevos transgénicos lanzados al mercado. En octubre de 2020, ese mismo sector consideró que había que esperar el aval de Brasil al trigo HB4. Y en diciembre pasado opinaba que el aval a la harina no sería suficiente. Pero ahora produjo un giro de 180 grados.
Lo que hace la resolución, en rigor, es autorizar la siembra del polémico trigo HB4, que ha recibido objeciones de la industria molinera tanto de aquí como de Brasil. También lo rechazaron en la Federación de Acopiadores, la entidad que justamente organiza A Todo Trigo, que incluso amenazó con judicializar varias veces el asunto.
“Facúltase a la firma INDEAR (una sociedad entre Biocerees y el Conicet) a comercializar la semilla, y a los productos y subproductos derivados de ésta, provenientes del trigo IND-ØØ412-7, y a toda la progenie derivada de los cruzamientos de este material con cualquier trigo no modificado genéticamente”, dispuso la resolución. A continuación, aclaró que “se podrán comercializar variedades de trigo con el evento con posterioridad a su correspondiente registro en el INASE”.
Bioceres dispone ya de un volumen de semilla de trigo HB4 como para satisfacer el mercado local a pocos días del inicio de la siembra de la campaña 2022/23. Es que la firma sembró esta variedad en una extensión de casi 53 mil hectáreas, de las que obtuvo casi 125 mil toneladas de granos. No todo podrá ser utilizado como semilla, queda claro. Ese trigo ha sido producido y cosechado bajo un esquema de contratos especiales. Fue segregado y está bajo control del INASE justamente para evitar que haya fugas del evento transgénico, que pudieran contaminar el cereal convencional y provocar pérdidas de mercados.
Todo este operativo se hizo con costo para el Estado a pedido del resto de la cadena, que temía esa contaminación. Esa posibilidad, a partir de ahora, con la autorización oficial a la siembra del trigo HB4, no sería un problema, pues el gobierno argentino decidió autorizar la siembra de la cuestionada variedad y correr todos los riesgos de posibles pérdidas de mercado. Brasil importa cerca de 5 millones de toneladas de trigo de la Argentina todos los años, pero es apenas uno de los más de 40 mercados que compran aquí el cereal.
La suerte ya parece echada, salvo que alguna medida judicial interrumpa el devenir de los acontecimientos. Lo cierto es que el ministro Julián Domínguez, que antes de asumir visitó las instalaciones de Bioceres en Rosario y se manifestó partidario de esta nueva tecnología, ahora se jugó a favor de su aprobación a pesar de la resistencia de buena parte de la cadena triguera, incluyendo a los exportadores de cereales y a las entidades de la Mesa de Enlace.
“De acuerdo al análisis productivo del evento IND-00412-7, se estima que éste proporcionará una nueva alternativa para optimizar el control de malezas en el cultivo de trigo y para aumentar los rendimientos ante situaciones de estrés hídrico. Del análisis comercial y su impacto en las exportaciones se advierte un posible riesgo, ya que el solicitante carece de aprobación comercial en la República Federativa del Brasil, el principal comprador internacional de trigo argentino”, decía hasta ahora el dictamen de la Secretaría de Alimentos, que ahora cambió de parecer y desechó aquello de que INDEAR “deberá abstenerse de comercializar variedades de trigo con el evento IND-ØØ412-7, hasta tanto obtenga el permiso de importación en la República de Brasil”.
¿Qué cambió? Casi nada. La resolución explica que “la agregaduría agrícola argentina en Brasil, en su informe con fecha de 11 de noviembre de 2021, titulado “Informe Nº 126 – CTNBIO APROBÓ HARINA DE TRIGO HB4 PARA COMERCIALIZACION EN BRASIL” seguido de otro informe con fecha 10 de diciembre de 2021 titulado “Informe Nº 142 – HARINA DE TRIGO HB4 – NOTA DE ACLARACIÓN CTNBIO” en la que se expresa que se han cumplido los pasos correspondientes a la aprobación comercial de la harina de trigo del evento INDØØ412-7 en dicho país”. Es decir, deja bien claro que la aprobación corría para la harina y no para la semilla de cultivo.
Hay varios párrafos de la resolución que citan los informes del agregado agrícola argentino en el vecino país, que depende del Ministerio de Agricultura, pero trabaja junto al embajador Daniel Scioli, un entusiasta gestor a favor de la aprobación de Brasil al HB4. En todos ellos se hace referencia a la aprobación de la harina elaborada con este tipo de trigo como “segura para la salud humana y animal como lo es la harina producida a partir de granos de trigo convencionales.”.
“Dicho parecer agrega que las medidas de bioseguridad propuestas por la empresa registrante atienden a las normas y a la legislación pertinente a las garantías de la bioseguridad tanto de medioambiente, agricultura, salud animal y animal. Considera que, con relación a cuestiones relacionadas al impacto a la salud humana y la degradación medioambiental, la comercialización de la harina y sus derivados no es potencialmente ‘causadora de significativa degradación’. En virtud de lo anterior, la comercialización de la harina y sus derivados, proveniente del trigo HB4, o que contiene el evento IND- ØØ412-7, se encuentra en igualdad de condiciones con los provenientes de trigo convencional, habiéndose cumplimentado lo establecido por el artículo 2° de la citada Resolución N° 41/20”, consideró de buenas a primeras la nueva versión del Ministerio de Agricultura.
Para sentirse más seguros, los funcionarios argumentaron que “el contexto internacional muestra que la tecnología del evento ha sido autorizada en otros mercados, como Australia y Nueva Zelanda”. Y citan que China “ha autorizado la tecnología HB4 en otro cultivo (la soja), dejando ver que estas tecnologías podrían aportar mayor capacidad de resiliencia en la producción agropecuaria ante situaciones climáticas imprevistas”.
Comuníquese y publíquese: Ni bien se registre la primera variedad, el trigo HB4 ya puede ser sembrado en la Argentina, que de este modo se convierte en el primer y único país del mundo en autorizar un trigo modificado genéticamente.
Fuente. Bichos de Campo