Recomendaciones para optimizar la fecha, la densidad de siembra, la fertilización y la elección del genotipo adecuado para maximizar los rendimientos y cerrar la brecha productiva en la próxima campaña sojera.
De cara a la campaña 2025/2026, la optimización del manejo del cultivo de soja y la elección genética se presentan como dos pilares fundamentales para alcanzar rendimientos superiores. Por ello, el ingeniero agrónomo Matías Venece, gerente de Desarrollo de Autógamas de GDM, enfatizó la relevancia de diversas prácticas agronómicas, junto con la selección de variedades, para conseguir un cultivo de excelencia.
Según Venece, el manejo integral es clave. Dentro de este, la fecha de siembra es un factor crítico. “Cada región posee una fecha óptima, y cualquier atraso penaliza significativamente el rendimiento por cada día de retraso. Es fundamental definir la fecha de siembra óptima para cada ambiente, ya que dormirse podría impactar directamente en la productividad”, sostiene el experto.
Otro aspecto vital es la densidad de siembra. En esa línea, el especialista de GDM recomienda no quedarse corto y, de hecho, aumentar la densidad en ambientes más complejos o en fechas tardías. “Esto ayuda a compensar la posible pérdida de capacidad de ramificación que puedan tener las variedades en estos escenarios”, vaticinó.
La nutrición y sus fundamentos
Por su parte, la fertilización es una práctica que demuestra consistentemente una respuesta positiva en el cultivo de soja, siendo una práctica “súper importante”. Siempre se observa una mejora en el rendimiento al fertilizar versus no fertilizar. “Más allá del manejo agronómico, la genética juega un rol determinante. Al elegir una variedad, es crucial considerar qué se busca: ¿altísimo potencial de rendimiento o estabilidad?”, se preguntó el entrevistado.
Además, si existen problemas con malezas o insectos, es vital evaluar la tecnología disponible en las variedades. “La correcta elección del genotipo puede reducir considerablemente la brecha productiva entre lo que actualmente se logra y el potencial real del cultivo”, explicó.
Posicionamiento de las nuevas variedades
DONMARIO ha lanzado una serie de seis nuevas variedades pensadas para diferentes regiones y condiciones de manejo en Argentina, buscando cubrir las necesidades de los productores en la próxima campaña gruesa.
Para el norte del país se destacan la DM 60E62 SE, una variedad de grupo de madurez VI, destinada principalmente al centro-norte del país en ambientes de media y alta profundidad.
La otra, con tecnología Conkesta, es la DM 70K70 STS, de ciclo más largo, diseñada para el norte del país, en ambientes de alta productividad. Presenta muy buen potencial de rendimiento y muy buena estabilidad. La incorporación de la tecnología Conkesta STS contribuye al control de malezas en el cultivo de soja.
“La combinación de un manejo agronómico preciso y la elección de variedades genéticamente adaptadas y tecnológicamente avanzadas son los caminos para que los productores de soja logren maximizar su potencial productivo en la próxima campaña”, resumen desde DONMARIO.