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El Índice de Precios de los Alimentos de la FAO sube en febrero

07 October 2020, Dhaka, Bangladesh - A customer is checking sample of rice in a wholesale shop in Chawkbazar, Chittagong

El alza en los precios del azúcar, los lácteos y los aceites vegetales impulsa el aumento general.

El índice de referencia de los precios mundiales de los productos alimentarios subió en febrero, impulsado por aumentos en los precios del azúcar, los productos lácteos y los aceites vegetales, según informó hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El Índice de Precios de los Alimentos de la FAO, que mide los cambios mensuales en los precios internacionales de un conjunto de productos básicos comercializados a nivel global, promedió 127,1 puntos en febrero, lo que representa un aumento del 1,6 % respecto al mes anterior y un 8,2 % más en comparación con febrero de 2024.

El azúcar lidera el incremento de precios

El mayor impulso provino del Índice de Precios del Azúcar de la FAO, que subió 6,6 % respecto a enero tras tres meses consecutivos de descensos, alcanzando 118,5 puntos en febrero. La subida responde a preocupaciones sobre un posible ajuste en la oferta mundial para la temporada 2024/25, debido a la reducción de las perspectivas de producción en India y a condiciones climáticas adversas que afectan los cultivos en Brasil.

El Índice de Precios de los Lácteos de la FAO aumentó 4,0 %, con un promedio de 148,7 puntos en febrero. El incremento se debió a la subida de precios en todos los principales productos lácteos, incluidos el queso y la leche entera en polvo, impulsada por una fuerte demanda de importación que superó la producción en las principales regiones exportadoras.

Por su parte, el Índice de Precios de los Aceites Vegetales de la FAO alcanzó 156,0 puntos, un 2,0 % más que en enero y un 29,1 % por encima del nivel de hace un año. El alza fue consecuencia del aumento en los precios del aceite de palma, soja y girasol, impulsado por restricciones estacionales de oferta en el sudeste asiático y una demanda sostenida del sector de biodiésel.

Los cereales y la carne muestran variaciones menores

El Índice de Precios de los Cereales de la FAO subió 0,7 %, con un promedio de 112,6 puntos en febrero. Los precios del trigo aumentaron debido a la menor oferta en la Federación de Rusia y a la preocupación por el estado de los cultivos en Europa del Este y América del Norte, aunque el índice general se mantuvo apenas por debajo del nivel de febrero de 2024.

Los precios del maíz continuaron en ascenso, respaldados por una oferta más ajustada en Brasil y una fuerte demanda de exportación en Estados Unidos. En contraste, los precios mundiales del arroz cayeron 6,8 %, debido a la abundancia de suministros exportables y una menor demanda de importación.

El Índice de Precios de la Carne de la FAO se mantuvo estable en 118,0 puntos, con una leve baja del 0,1 % respecto a enero. Mientras que los precios internacionales de la carne de ave y cerdo disminuyeron debido a una oferta abundante, los de la carne de ovino y bovino se mantuvieron firmes gracias a una sólida demanda global de importación.

Previsión de una ligera alza en la producción mundial de trigo en 2025

En su más reciente informe sobre oferta y demanda de cereales, la FAO proyecta que la producción mundial de trigo en 2025 alcanzará 796 millones de toneladas, lo que supone un aumento cercano al 1 % respecto al año anterior.

Este crecimiento se basa en expectativas de mayores cosechas en la Unión Europea, especialmente en Francia y Alemania, donde se prevé un incremento en la siembra de trigo blando. Sin embargo, condiciones secas en Europa del Este y lluvias excesivas en el oeste podrían afectar el rendimiento. En Estados Unidos, se espera una expansión del área sembrada, aunque la sequía podría reducir ligeramente los rendimientos de los cultivos de invierno.

Por otro lado, la producción de arroz para 2024/25 podría alcanzar un récord de 543 millones de toneladas (en equivalente de arroz procesado), impulsada por perspectivas favorables en India, Camboya y Myanmar.

La FAO también revisó al alza su estimación de la producción mundial de cereales en 2024, situándola en 2 842 millones de toneladas, un ligero aumento respecto al nivel de 2023.

El consumo mundial de cereales para la campaña 2024/25 se proyecta en 2 867 millones de toneladas, un 1,0 % más que el año anterior, con un consumo récord de arroz como principal impulsor del crecimiento. Se prevé que la utilización de trigo se mantenga estable, con un ligero descenso en el consumo alimentario compensado por un aumento en el uso industrial, especialmente en China.

Las existencias globales de cereales se reducirían en 1,9 %, alcanzando 869,3 millones de toneladas al cierre de 2025. Aunque los inventarios en la Federación de Rusia y Ucrania podrían aumentar, se esperan disminuciones en otras regiones. El índice global de reservas respecto al consumo bajaría a 29,9 %, lo que sigue indicando un nivel de suministro suficiente.

En cuanto al comercio, la FAO ha ajustado su previsión para el comercio mundial de cereales a 484,2 millones de toneladas, un 5,6 % menos que en la temporada anterior, debido a cambios en la dinámica de exportación.

Perspectivas agrícolas para 2025: contrastes entre regiones

El nuevo informe de la FAO sobre perspectivas de cultivos y situación alimentaria muestra una evolución dispar de la producción agrícola en diferentes regiones del mundo.

En África, las condiciones de sequía en el norte están reduciendo las perspectivas de producción de cereales, mientras que las lluvias favorables en el sur del continente podrían impulsar una recuperación de los rendimientos tras las caídas registradas en 2024.

En Asia, la situación es mixta. Se prevé que Asia oriental siga aumentando su producción de trigo en 2025, gracias a amplias áreas de siembra y condiciones climáticas favorables. No obstante, en Asia occidental, la escasez de lluvias desde finales de 2024 está afectando los rendimientos y podría provocar cosechas de trigo por debajo del promedio de los últimos cinco años.

En América Latina y el Caribe, el clima variable está influyendo en la producción de maíz en Sudamérica. En Argentina, existe el riesgo de brotes de enfermedades que afectan el rendimiento, pero en términos generales, la producción agregada sigue por encima del promedio, impulsada por buenas perspectivas en Brasil. En América Central y el Caribe, la sequía ha reducido la siembra de cereales en México, aunque en otras áreas el clima más favorable podría mejorar los rendimientos.

El informe también subraya que 45 países siguen requiriendo asistencia alimentaria externa, entre ellos 33 en África, nueve en Asia, dos en América Latina y el Caribe, y uno en Europa. Según la FAO, los conflictos y la inseguridad siguen siendo las principales causas del hambre extrema, con poblaciones en la Franja de Gaza y Sudán enfrentando niveles críticos de inseguridad alimentaria (Fase 5 del IPC).

Por último, el Sistema de Información sobre Mercados Agrícolas (AMIS), dirigido por la FAO, publicó su informe mensual Market Monitor, que incluye un análisis detallado del mercado y las primeras previsiones globales de producción de trigo para 2025.