Las granjas porcinas registraron fuertes pérdidas en el primer semestre de 2024, pero lograron una notable recuperación hacia fin de año, impulsadas por el aumento de precios y costos más estables.
En 2024, el sector porcino experimentó un año lleno de altibajos en términos de rentabilidad. Según el informe de diciembre de 2024 del IERAL de la Fundación Mediterránea, el primer semestre estuvo marcado por pérdidas significativas, con un margen negativo de $ 248 por kilo producido en junio. Sin embargo, la situación mejoró notablemente en la segunda mitad del año. Hacia diciembre, el margen se recuperó a un valor positivo de $ 466 por kilo, gracias a una fuerte recomposición de los precios del capón, que subieron un 43% en términos reales, y una estabilización de los costos, especialmente en el precio de los granos.
Este contraste de resultados refleja la estacionalidad recurrente del sector, pero la magnitud de los cambios fue especialmente pronunciada en 2024, convirtiéndolo en uno de los años más volátiles para las granjas porcinas en términos económicos. La variabilidad de los márgenes también estuvo influenciada por la localización de las granjas, con aquellas más alejadas de los puertos de exportación logrando márgenes más elevados gracias a un costo reducido por las materias primas.
A nivel anual, el margen promedio de 2024 fue el más bajo desde 2016, con un valor de $ 148 por kilo producido, aunque los productores esperaban una recuperación para 2025, debido a la estabilidad que se está alcanzando al cierre del año.
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