Mediante la técnica de Crispr, se transfirieron las características de esta variedad a uvas Scarlet Royal.
Investigadores del Servicio de Investigación Agrícola del USDA lograron uvas editadas genéticamente con sabor a uva moscatel, las que poseen mejores atributos aromáticos que ya están presentes en otras variedades y otorgan a la planta propiedades beneficiosas para la salud.
Las uvas moscatel son muy apetecidas por los consumidores y en la industria vinícola por su sabor dulce y aroma floral, características que se deben a su alta cantidad de compuestos aromáticos, llamados monoterpenos.
Los investigadores quisieron darle esas características de la uva moscatel a las uvas Scarlet Royal, una variedad dulce, pero mucho más neutral que la moscatel, de manera que fuese más apetecible para los consumidores.
Para lograrlo editaron genéticamente el gen VvDXS1, que codifica una enzima que favorece en las uvas la alta producción de monoterpenos. Los resultados fueron asombrosos: las uvas editadas genéticamente mostraron niveles más altos de monoterpenos en comparación con las uvas control (no modificadas).
La eficiencia de edición superó el 50 %, y no se registraron mutaciones no deseadas en las muestras. Esto es un ejemplo más de la precisión de las nuevas técnicas de edición genética como el Primer Editing (PE), la cual permite a los científicos ser muy precisos en editar las bases nitrogenadas del ADN que se desean modificar.
El sabor a moscatel no solo brinda un festín para los sentidos, sino que también podrían aportar beneficios sorprendentes a la salud. Las uvas con este sabor único contienen altos niveles de monoterpenos, moléculas con propiedades antioxidantes, antidiabéticas y anticancerígenas.
Los monoterpenos son moléculas producidas naturalmente por las plantas, no solo son responsables del delicioso aroma del sabor a moscatel, sino que sirven como mecanismo de protección ante los insectos.
Además, también tienen aplicaciones en diversas industrias. Desde la industria alimentaria como saborizante, la cosmética como esencia, hasta la farmacéutica como antiséptico, los monoterpenos demuestran ser versátiles.