Las exportaciones de carne y soja de Argentina se verían afectadas por una normativa del bloque de países europeos.
En el Congreso Aapresid se realizó el panel “Regulaciones, trazabilidad y calificaciones en los mercados internacionales ¿amenaza u oportunidad?” para analizar la entrada en vigencia de la normativa de la Unión Europea (UE) de no importar materias primas y derivados de zonas deforestadas después de 2020, entre ellos, la carne y la soja de Argentina.
Laura Villegas, gerente de Desarrollo de Mercado y Asuntos Corporativos de RTRS (Mesa Redonda de Soja Responsable por sus siglas en inglés) habló del Reglamento de la UE para Productos Libres de Deforestación y explicó “que es parte de una serie de ambiciosas acciones del Pacto Verde de la UE, enfocadas en combatir la deforestación, reducir emisiones de gases de efecto invernadero, proteger la biodiversidad y garantizar el respeto por los derechos humanos”. Sostuvo que este escenario regulatorio es una tendencia, y adelantó que probablemente haya una revisión de la normativa el año que viene que extienda la regulación al maíz y sus derivados.
Asimismo, se refirió a otras Directivas en desarrollo que en un futuro cercano incluirían requisitos sociales y ambientales más amplios; y en este contexto hay estándares de certificación de producción y trazabilidad que se posicionan como herramientas de gestión complementarias y estratégicas.
“Desde la perspectiva de RTRS, ante estas nuevas condiciones de mercado es importante decidir poner foco en las oportunidades. La mejora continua es necesaria no solamente desde el punto de vista de los procesos sino desde crear una propuesta de valor diferenciada, en este caso de los activos ambientales argentinos. Anticiparse, implementar soluciones de gestión para crear productos diferenciales (carbono, cultivos de cobertura, entre otros) y cumplir con las exigencias de mercado”, dijo Villegas.
A su turno, Andrés Costamagna de la Sociedad Rural Argentina, fustigó que la medida de la UE “pone al cambio climático como estrategia geopolítica” para seguir regulando el comercio y le enrostró al bloque que “no es posible pensar en un mundo en paz si hay hambre”. “Si los estados toman malas decisiones, hay más pobres”, sentenció.
El ruralista aseguró que los productores argentinos “somos resilientes” y “medimos todo lo que pasa, con sus resultados”. Con esto se animó a desafiar: “Nosotros vamos a reducir el balance de carbono, no solamente a medir las huellas ambientales, que son solo una arista. Queremos ser de triple impacto: económico, social y ambiental. Vamos a conocer las normas y a prepararnos porque son, finalmente, una herramienta de gestión humana”.
Costamagna resaltó el hecho de que, frente a esta movida, productores, industria y exportadores están trabajando en conjunto. “Tenemos que estar adentro para no perder el mercado para los productores”, señaló, “pero todo eso tiene que ser barato y fácil”. Esta referencia apuntaba a la plataforma Visec (Visión Sectorial del Gran Chaco Argentino), diseñada para garantizar exportaciones de productos del complejo sojero y cárnico libres de deforestación.
“Es un sistema voluntario y gratuito y ya se capacitaron más de 5.000 productores en Argentina”, informó Gustavo Idígoras, presidente de Ciara-CEC y responsable de la plataforma Visec.
Por su parte, Alejandro O’Donnell de Aapresid lamentó que “el sistema productivo argentino sea muy poco conocido en el mundo, porque el 90% de la agricultura se hace en Siembra Directa que es el único sistema capaz de fijar carbono”. “Somos parte de la solución; claramente, no somos el problema, pero hay que demostrarlo”, dijo.