KWS viene investigando dentro de sus procesos de mejoramiento genético el Corn Stunt Spiroplasma desde el 2014. La genética tropical, el intercambio de información con KWS Brasil y el ‘breeding’ hacen hoy la diferencia.
Todavía sin datos concretos a nivel país de las pérdidas de rendimiento que causó el “Corn Stunt Spiroplasma” esta campaña, lo cierto es que la presión de la enfermedad fue histórica y afectó a todas las regiones maiceras.
Ante este preocupante marco de incertidumbre sanitaria, tiene mucho valor llevar claridad a los productores y asesores técnicos. Por ello, aportar información sobre la enfermedad es lo que eligió KWS en el contexto de “Todo Láctea 2024”.
“¿Cómo producir silo de maíz en este contexto de Corn Stunt Spiroplasma?” fue el título de la charla que la compañía alemana, especialista en mejoramiento genético y agronomía de maíz, expuso a los productores que se acercaron al “Auditorio GEA”, dentro del predio ferial.
Santiago Vacca, gerente de Servicios Agronómicos, y Héctor López, responsable del Móvil de Aptitud Silera y experto en silo, estuvieron al frente de la conferencia. Los técnicos compartieron, dato tras dato, toda la información acumulada sobre Corn Stunt esta campaña, como también todo el conocimiento adquirido que KWS acumuló en más de diez de trabajo con esta enfermedad en Argentina.
“Sabemos que el vector que transmite la enfermedad, Dálbulus maidis, comúnmente conocido como la chicharrita, transmite cuatro tipos de patógenos que ocasionan achaparramiento de maíz. El Spiroplasma es la más común”, introdujo Vacca, y advirtió: “Este año, la presión de Spiroplasma en algunas zonas del país fue comparable a las registradas en Brasil, para quienes el Corn Stunt es una enfermedad común del cultivo”.
Con más de diez años de intercambio de información con KWS Brasil, KWS Argentina encontró que, la última campaña, hubo muchos factores comunes a las grandes epidemias de la enfermedad que padece el país vecino.
“La condición climática de inviernos con temperaturas benignas y la humedad relativa, el aumento de la superficie de los cultivos tardíos, el escalonamiento de las fechas de siembra y los ‘puentes verdes’, son los factores que más favorecen principalmente la reproducción de la chicharrita y, por ende, predisponen mucho más el traspaso de la enfermedad de una campaña a otra, aumentando la incidencia y severidad del Spiroplasma”, subrayó Vacca.
Además, agregó que la chicharrita es un insecto con alta capacidad migratoria por eso se extendió desde el norte del país a todas las regiones maiceras y que, debido a la baja aplicación de insecticidas actualmente en el cereal, también se disminuyó el control general de plagas, lo cual indirectamente favorece a la chicharrita.
Entre las certezas que siguieron transmitiendo los técnicos durante toda la charla, también destacaron que el periodo de mayor susceptibilidad del cultivo se encuentra entre emergencia y puede extenderse hasta más allá de la octava hoja expandida, en casos altas infestaciones.
“La mayoría de la información generada es en base a la experiencia científica en genética tropical, que es más tolerante. Sin embargo, la genética templada no tiene tantos años de selección a Corn Stunt Spiroplasma, por lo que normalmente su comportamiento frente a la enfermedad es menor”, alertó el gerente. Para dar tranquilidad al respecto, se mostraron datos durante la charla, de genética templada con muy buen comportamiento a la enfermedad.
La genética
Hablando de genética, el técnico explicó que ni el germoplasma tropical, y en menor medida el templado, pueden convertirse en inmunes a esta enfermedad. Por tanto, siempre se necesita del manejo.
“De acuerdo con el mensaje de nuestros breeders y el equipo de Agroservice de KWS Brasil, el mejor control de la chicharrita debe empezar con un invierno frío. Asimismo, y teniendo en cuenta que ahora se cosechará una gran superficie de maíz afectada por la enfermedad, es fundamental minimizar las pérdidas de cosecha”, detalló.
Con respecto a los barbechos, los productores deben revisar el patrón de temperaturas invernales, controlar químicamente los maíces de crecimiento espontáneo “guacho” y las malezas gramíneas, y planificar “barbechos abiertos”, que ofrezcan la versatilidad de reseleccionar el cultivo a implantar, si no se puede sembrar maíz.
“Con un invierno frío y ejecutando todas las prácticas de manejo posibles para disminuir la población de chicharrita, sembrar temprano, que es donde se esperaría la menor presión, junto con genética templada de buen comportamiento, sería una decisión estratégica”, aconsejó Vacca. Una vez que el cultivo está sembrado sigue un monitoreo profesional de la chicharrita a partir de la emergencia del cultivo y la posibilidad de control químicos si fuera necesario. Esta campaña, KWS planea usar la mejor opción del mercado como curasemilla y así sumar una herramienta más al conjunto de prácticas disponibles para disminuir el problema.
Finalmente, el técnico dijo: “El trabajo adelantado de desarrollo que viene haciendo KWS en el país, la introducción de genética tropical en su portfolio, el intercambio de información nuestros colegas brasileros, la investigación en infectarios de la enfermedad y el ‘breeding’ dentro de una estación experimental especialmente enfocada en el desarrollo de genética para el norte del país fueron elementos cruciales para que KWS cuente con un portfolio de productos tropicales y templados que esta campaña brindaron excelentes respuestas a Spiroplasma”.
¿Qué ocurre con la genética silera?
López advirtió que el Spiroplasma ocasiona múltiples daños en la planta de maíz, con lo cual se afectan parámetros clave de la calidad silera como el rendimiento de materia seca total, la digestibilidad de la fibra, el rinde en grano alterando, así, la ventana de picado para ensilar.
“La debilidad y el desbalance que provoca la enfermedad, en definitiva, es la puerta de entrada para otras enfermedades del maíz en ciertas condiciones climáticas. Una de ellas, bajo ambientes húmedos, puede ser Fusarium, precursor de metabolitos secundarios como las micotoxinas, que afectan a la hacienda cuando esos híbridos se ensilan”, dijo el experto en silo, para casos extremos.
El responsable de Móvil de Aptitud Silera, que recorre el país de norte a sur muestreando silos, recomendó analizar la calidad silera de plantíos maiceros afectados por Spiroplasma para que el productor pueda dimensionar, potencialmente, con qué calidad de reservas está contando para llegar al picado de la siguiente campaña.
“En un maíz afectado por Spiroplasma cambia la relación de fuente/destino ya que las espigas no granan. Por lo tanto, otro impacto es que las cañas se debilitan y el cultivo se predispone al vuelco y quebrado. En suma y teniendo en cuenta los diferentes efectos, es aconsejable revisar la ventana de picado de un cultivo afectado con la enfermedad”, dijo López.
Para cerrar, Vacca y López mostraron una foto de muchas microparcelas de híbridos de maíz KWS sometidos a una alta presión de Spiroplasma. La imagen mostraba el daño con contundencia, pero también había parcelas con destacable condición sanitaria.
“KWS viene generando información muy valiosa contra esta enfermedad hace muchas campañas. Así, dentro de nuestro programa de mejoramiento, están avanzando híbridos con mejorada respuesta al Spiroplasma”, alentaron.