El presidente de la SRA, Nicolás Pino, aseguró que el productor está preparado para aumentar la producción, pero reclamó infraestructura y condiciones para hacerlo de manera eficiente.
El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, participó de la Exposición Rural Salteña, donde brindó un discurso en el acto inaugural y compartió escenario con otros dirigentes agropecuarios y con el gobernador Gustavo Sáenz. En una entrevista con AgroNoa, Pino destacó la importancia de sostener un clima de diálogo institucional y valoró la sintonía que percibió entre el Gobierno provincial y los productores salteños.
El dirigente rural se refirió a los desafíos de la Mesa de Enlace en esta nueva etapa de vinculación con el Gobierno nacional, la necesidad de transformar la protesta en propuestas concretas, y el papel que debe asumir la cadena agroindustrial. Además, llamó a dejar de lado los antagonismos históricos entre campo e industria y a priorizar la construcción de consensos.
¿Qué balance hace del discurso del gobernador Gustavo Sáenz?
Vi a un gobernador que viene mostrando desde hace tiempo un fuerte compromiso con el sector. No sé si antes conocía en detalle la actividad, pero lo cierto es que se lo nota convencido, no solo en sus palabras sino también en los hechos. Lo comprobé en estos días que estuve en la Expo conversando con productores salteños y se ve que entre ambos hay una buena sintonía. Creo que también su ministro de Producción -Martín de los Ríos- juega un papel importante en esa conexión. Me gustó escuchar a un gobernador firme, vehemente en poner al campo en el lugar que le corresponde, y lo vi hacerlo con convicción.
¿Nota que su visión sobre el campo está línea con la del Gobierno nacional ?
Sí. El presidente Milei y su Gobierno, desde el primer día, sostienen que el campo es el sector más competitivo y productivo de la Argentina, y que siempre está dispuesto a colaborar. Creo que varios gobernadores, comparten esa mirada. Después, claro, los modos y las formas de ordenar la macroeconomía varían según cada provincia. Pero lo importante es que, desde el Gobierno nacional, ya trazaron un camino claro por dónde hay que avanzar.
Le toca integrar una Mesa de Enlace que hoy es escuchada y que tiene un canal de diálogo abierto con las autoridades nacional. Eso implica pasar de la confrontación a la acción. Y ahí aparece una doble responsabilidad: además de dialogar, deben acercar propuestas concretas…
Exacto. Y esas propuestas tienen que estar basadas en la enorme capacidad productiva que tiene el productor argentino. Más allá del tema impositivo -que es un reclamo común por parte de casi todas las provincias-, necesitamos llevar planteos concretos. Si el Gobierno nos pide producir más de toneladas de carne o de granos, claro que podemos hacerlo ya que contamos con el conocimiento y la experiencia. Pero para eso también los otros actores tienen que cumplir su parte.
Por eso seguimos reclamando por los derechos de exportación, pero también insistimos con la infraestructura. Porque, ¿de qué sirve producir más si no tenemos cómo trasladar esa producción? La falta de caminos, de logística eficiente, nos genera sobrecostos. Ese famoso “costo argentino” surge en gran parte de estas falencias.
No sé cómo se resolverá desde Nación, las provincias o los municipios, pero estos días escuché casos de precios disparatados en las guías para mover hacienda. Eso demuestra que algunos no están entendiendo que los tiempos cambiaron y que las demandas del productor hoy son otras. Hay que estar a la altura de las circunstancias.
¿Cómo se pasa de la protesta a la propuesta después de tantos años de reclamos?, ¿cómo debe organizarse el sector para canalizar demandas como la logística: al Gobierno nacional, a los provincial o a proyectos privados?
Creo que va por ahí, propuestas y propuestas. Y nosotros también debemos mirar un poquito para atrás y decir, nos hemos pasado muchos años (está bien, con un Gobierno totalmente complicado con el sector), en los que no supimos encontrar la vuelta y perdimos un montón de años tirando cascotes de un lado para otro, mientras el mundo crecía y quienes crecían, nuestros competidores, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia, aumentaron sus índices productivos, aumentaron sus volúmenes de producción, aprovecharon una buena posibilidad en su momento con valores que eran mucho mejores de los que tenemos hoy y, mientras tanto, nosotros metidos dentro de ese conflicto, hay que salirse de eso y empezar a hacer gremialismo de otra manera.
Hacer gremialismo, no es solo estar discutiendo, y siempre dicen, nosotros debemos defender, vos te tenés que defender cuando te atacan, pero si ese ataque no existe, bueno, lo que tenés que hacer es ocupar un poco mejor la cabeza y proponer cosas más dinámicas.
En este contexto, ¿habría que juntar la cadena de valor? Hemos tenido muchos fracasos -el Foro de la Cadena Agroindustrial o el Consejo Agroindustrial Argentino que no termina de arrancar-. ¿No habría que recrear algo donde todos los eslabones tiren para el mismo lado?
Totalmente, pero bueno, venimos de una historia también de un antagonismo entre campo e industria, que gracias a Dios me parece que eso está empezando a aflojar o está aflojando. Lo veo mucho en la cadena de valor de la carne, ese antagonismo realmente ha parado mucho.
Desde nuestro lugar de dirigentes de instituciones del sector, tenemos que empezar a aflojar un poco con los egos. Acá no importa quién hace las cosas, lo importante es que se hagan las cosas. Entonces, si hoy el dirigente que más relación puede tener con el Gobierno nacional es uno, seamos vivos, seamos prácticos y apoyemos que eso funcione.