Con énfasis en el cuidado del agua, la FAO celebró el Día Mundial de la Alimentación junto al INTA, el Mercado Central de Buenos Aires y los periodistas agroalimentarios.
En un encuentro organizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires (Cmcba) y la Asociación de Periodistas Agroalimentarios (La Porteña), se celebró el Día Mundial de la Alimentación, el año internacional del Mijo y los 20 años desde la instalación de la representación de la FAO en el país.
El agua es vida. El agua nutre. No dejar a nadie atrás fue el lema del Día Mundial de la Alimentación de este año.
Expertos en nutrición y agricultura se reunieron para hablar sobre los beneficios del mijo, cómo evitar las pérdidas y desperdicios de alimentos, el cuidado del ambiente y la importancia de informar a la sociedad acerca de cómo se produce lo que se consume. En la ocasión, se compartieron con los presentes alimentos recuperados y elaborados por el Mercado Central de Buenos Aires.
Ariel Pereda, director nacional del INTA remarcó que tanto la FAO como la institución que representa son dos organizaciones que tienen roles significativos en el ámbito de la agricultura y la alimentación, tanto en Argentina como en el mundo. Y destacó que “hacia adelante el INTA quiere enfocar cada vez más su agenda en el cuidado del ambiente”.
A su turno, Jorge Meza, representante de la FAO en Argentina, resaltó la resiliencia y la determinación de quienes trabajan en la cadena agroalimentaria, desde los productores agropecuarios hasta los distribuidores “que mantienen el suministro en medio de desafíos sin precedentes”.
María Laura Escuder, oficial de Programas de la FAO en Argentina, expresó que durante estos 20 años la FAO ha prestado colaboración técnica al Gobierno en 3 grandes áreas: sistemas agroalimentarios, desarrollo rural sostenible y ambiente y recursos naturales. “Esperamos continuar en este camino para lograr las 4 mejoras que propone nuestro Marco Estratégico 2022-2031: mejor producción, mejor nutrición, mejor medioambiente y mejor vida, sin dejar a nadie atrás”, agregó.
Gabriel Quaizel, presidente de La Porteña expresó que los periodistas del rubro agroalimentario toman a la FAO como una fuente confiable de datos y estadísticas sobre temas agrícolas y alimentarios. “A la vez tenemos la responsabilidad de hablar desde la educación, pensando `desde la heladera hacia atrás´, para informar al consumidor acerca de dónde vienen los alimentos y así impulsar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad agrícola”.
Elizabeth Kleiman, responsable del área de Sistemas Agroalimentarios Sostenibles (SAS) de la FAO en Argentina, mencionó el apoyo técnico brindado al Ministerio de Salud de la Nación en la actualización de las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA). También se refirió a la colaboración ofrecida al Gobierno para prevenir y reducir las Pérdidas y Desperdicios de Alimentos (PDA), a través de diversas guías de gestión, y de recomendaciones de políticas públicas, tanto para Pymes y Municipios como para Mercados Mayoristas Frutihortícolas.
Andrea Lauric, ingeniera agrónoma de la Agencia de Extensión INTA Bahía Blanca, habló acerca de las características productivas del mijo: “Nos encontramos con dos tipos de mijo, perenne (Panicum coloratum) y anual (Panicum miliaceum). El perenne es utilizado en la ganadería, ya que es una buena fuente de forraje de calidad; y el anual es una fuente de alimento tanto para humanos como animales. Ambos tienen la capacidad para crecer en condiciones de suelos pobres, requiriendo hasta la mitad de agua que otros cereales para producir la misma cantidad de biomasa”.
Marisol Troya, gerenta de Control de Calidad y Transparencia del Mercado Central de Buenos Aires (MCBA), cerró el encuentro refiriéndose al programa de Reducción de Pérdidas y Desperdicios y Valorización de Residuos (PRP).
“La recuperación de más de 15.000 raciones diarias de frutas y verduras, la entrega de productos para más de 450 comedores sociales y el mejoramiento de la dieta de sus empleados, contribuye a la seguridad alimentaria de la población del mercado, así como también a diversas comunidades de la zona”, enumeró.
Durante los últimos años, el Cmcba ha trabajado en la mejora de sus protocolos y la FAO le ha brindado cooperación técnica para sistematizar la experiencia de modernización de su establecimiento, considerando aspectos como trabajo digno, gestión de pérdida de alimentos y promoción de entornos saludables.