La CEO de Wines of Argentina (WofA), Magdalena Pesce, evaluó la visita de los Masters of Wine a Cafayate y destacó la importancia para la vitivinicultura salteña y argentina de este evento.
Durante noviembre, 30 Masters of Wine visitaron Argentina pudiendo conocer bodegas y viñedos de las principales zonas vitivinícolas del país, y tomar contacto con el resto de la vitivinicultura argentina a través de actividades con base en Buenos Aires. Magdalena Pesce, CEO de Wines of Argentina (WofA), realizó un balance de la visita, en particular del paso de los Masters of Wine por Salta.
¿Qué es un Masters of Wine?
Es una persona completamente dedicada al negocio del vino que ha obtenido esta certificación, la más alta a la que puede aspirar alguien en la vitivinicultura y en la industria. Son perfiles altamente educados y muy profesionales: compradores de aerolíneas, importadores, periodistas, formadores de opinión, educadores. Solo 420 personas en el mundo lograron pasar todos los exámenes y obtener esta titulación.
De ellos, 30 visitaron Argentina. De todos los Masters of Wine que hay en el mundo, una es argentina, se trata de Marina Gayan la primera Master of Wine de Latinoamérica y, hasta el momento, de Argentina. Esta visita es realmente un hito para la vitivinicultura en nuestro país, porque estamos pasando por momento de muchos cambios en nuestra industria.
Son personas muy influyentes a nivel mundial…
Totalmente. Muy influyentes y preparadas, con diferentes roles. Ellos van a poder transmitir de primera mano todo lo que han visto de nuestro país, de nuestro vino, que no es poca cosa. El primer viaje que se realizó con el Instituto de MW fue en 2018 y en estos 6 años hubo una evolución enorme en la vitivinicultura argentina.
¿Qué impresión crees que se han llevado?
Muy positiva. Muchos de ellos tenían una idea que la Argentina en términos vitivinícolas se resumía al Malbec, con distintos estilos, mucho más robustos, con madera y mucha concentración. Sin embargo, cuando pudieron probar y descubrir nuevos estilos, otras variedades y, sobre todo, nuevas regiones, realmente les voló la cabeza. La importancia de que hayan ido a Salta fue crucial y se fueron con una idea totalmente distinta de nuestra vitivinicultura. Esperamos que esto se traduzca en mayores oportunidades de exportación para nuestro país.
Entonces, esa idea tan arraigada de que Argentina es Malbec y es Cuyo, se rompe y se descubre la gran diversidad vitivinícola que tenemos hoy en el país…
Por supuesto. En el imaginario de algunos mercados, Argentina es Malbec-Mendoza. Sin embargo, desde WofA, nuestro trabajo busca posicionar toda la diversidad que tiene el país. En ese sentido, Salta tiene una oportunidad enorme, no solo por los productos que ofrece, sino también por sus paisajes y su cultura. Realmente les encantó y se notó todas esas sensaciones en sus rostros cuando atravesábamos la quebrada de Las Conchas, cuando fuimos al Anfiteatro y después en los diferentes viñedos y bodegas que visitaron en Cafayate. Claramente se les notaban que estaban fascinados.
Cuando se habla con enólogos y agrónomos que trabajan en el Valle Calchaquí, destacan que la región es un país vitivinícola en pequeño. ¿Eso lo han percibido?
Totalmente. El foco del viaje era de estudio, así que se les dio muchísimo contenido. Había seminarios por la mañana y luego se les mostraba en el campo lo que habían aprendido, visitaban los viñedos, veían calicatas, analizaban suelos y hacían degustaciones teniendo en cuenta lo que estaban viendo in situ. Los MW se van con una idea muy clara de la heterogeneidad que tiene Argentina, de la diversidad climática y de terruños. Eso es fundamental para ellos, para poder decir que Argentina no es solo Malbec ni solo una región.
¿Cómo fue el encuentro con los vitivinicultores salteños?
Mirá, me saco el sombrero. Quiero felicitar a toda la industria de Salta, que realmente hizo un esfuerzo enorme para aportar los contenidos y definir los oradores. Fue un esfuerzo mancomunado de la organización de WofA con los productores locales. También quiero felicitar y agradecer al Gobierno de la Provincia que puso a disposición el nuevo Centro de Convenciones de Cafayate, que es un lujo tener esa infraestructura ahí. El Instituto de MW nos hizo unas devoluciones muy positivas sobre la visita a Salta.
Desde su posición en WofA, ¿cómo ve el futuro de la región de los Valles Calchaquíes, ya que es pequeña y tiene que competir con regiones vitivinícolas muy fuertes. ¿Se puede hacer fuerza?
Siempre se puede hacer fuerza. Tenemos que ser conscientes de que Argentina como país vitivinícola no alcanza a ser el 3% del market share global y como organización nos pusimos el objetivo de triplicarlo para 2030.
Dentro de Argentina hay oportunidades para todos y todas las regiones pueden crecer. Vamos hacia un mundo altamente segmentado, donde todas las empresas y productos pueden encontrar su nicho. Veo muchísimas oportunidades para regiones como esta, que están altamente especializadas, tienen productos de calidad y know-how en su gente. Todas las oportunidades están ahí para tomarlas. Hay que usar estrategia y ser conscientes de que competimos no solo con otras provincias, sino con el mundo. Argentina compite con el resto del mundo y, en ese sentido, tenemos que trabajar de forma conjunta.
Los consumidores demandan cada vez más cosas nuevas y la vitivinicultura tiene esa presión por cambiar a productos nuevos y renovados, ¿cómo se maneja esto?
El mercado manda, los consumidores marcan la agenda. Hay que buscar el equilibrio entre continuar con las tradiciones, potenciar lo que se ha hecho bien, pero también tener flexibilidad para adaptarse. Estamos en un mundo que presenta muchísimos desafíos: desde la baja del consumo de alcohol en las nuevas generaciones, hasta los desafíos de la producción por el cambio climático. Son muchas las cuestiones a tener en cuenta, así que sí o sí nos vamos a tener que aggiornar. Las marcas o nuevas empresas que no se sumen a las nuevas tendencias o no tengan esa visión, lamentablemente van a desaparecer.
¿Qué la sorprendió personalmente de la visita Salta?
Salta siempre sorprende. No había visitado un viñedo, que es de Finca Alto Los Cuises, que me sorprendió enormemente. Después, la evolución que voy viendo en los torrontés, que me encantan, me pareció maravillosa. Los blancos que están haciendo, en general, las variedades criollas, son muchas cosas que veo evolucionar positivamente en la región.
En el Valle Calchaquí se ve una gran ebullición de enólogos, agrónomos, bodegas, y una importante colaboración entre ellos. ¿Pudo percibirla?
Sí, totalmente. Justamente para este programa hicimos un trabajo conjunto entre las empresas que fue maravilloso. Fue lo que logró que se pusieran al hombro la actividad y colaboraran con los fondos necesarios, porque son programas muy caros. Gracias a eso, lograron que los MW fueran a su región y no visitaran otras. Así que los felicito, realmente, porque he visto un cambio muy grande en la forma de trabajo en Salta y es súper positivo.
Por: Belisario Saravia Olmos, editor de El Tribuno Campo
Fuente: El Tribuno Campo