Ricardo Roquette, gerente general de Agrobari SA empresa de capitales portugueses con sede en Lajitas, se refirió al ciclo ganadero local.
Ricardo Roquette, gerente general de Agrobari SA, participó de la charla “Cómo sobrevivir a la inestabilidad argentina”, en el ciclo “Hablemos de lo que viene: Semana de la industria”.
En el punto sobre si conviene exportar o producir para el mercado interno, Roquette aseveró que, si bien no se dedican 100% a la exportación, lo son en su mayoría. “Al ser una actividad primaria, los granos son exportados o van al consumo interno. También industrializamos y transformamos esos granos en carne, para tener el ciclo de ganadería completo”, explicó.
En el mismo sentido se expresó en cuanto al animal pesado que suele ser exportado, aunque aclaró que lo hacen “si conviene, porque muchas veces eso se pincha. Por eso mantenemos la puerta abierta al mercado interno”, indicó.
Roquette destacó el factor del valor agregado que otorga la industrialización. Aunque advirtió que no es fácil por las retenciones. “Conviene exportar. Se mandan legumbres a Portugal para que se los procese y salgan al mundo”, contó y aseguró que esa misma exportación con el objetivo del procesamiento, podría hacerse con la carne. “Ahí hay otra oportunidad”, destacó.
En cuanto a la ganadería, precisó que no contar con frigoríficos, muchas veces dificulta el ciclo de comercialización. Durante ese tramo de la ponencia, el moderador de la charla, el economista Lucas Dapena le consultó si la demanda de carne en Salta es mayor a su capacidad productiva. A lo que el portugués confirmó que Salta es una de las provincias que más creció en el sector ganadero. “Lo que hay, no da abasto. Lo que se produce en el norte de Tartagal se manda a faenar al sur”, lo que indicó como “otra oportunidad”.
Roquette es licenciado en Producción Agropecuaria en Santarem (Portugal). Además de su puesto en Agrobari SA, desde 2002 es vocal de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y fue presidente del Grupo Lajitas. Ocupó también cargos en la Sociedad Rural de Salta (SRS) y Prograno.
Cuando la empresa de capitales portugueses se radicó en el país, se dedicó a la industria de las legumbres, pero les fue mal. “Fuimos muy malos, trajimos técnicos portugueses”, contó Roquette que despegó esa mala experiencia al haber llegado al país durante la crítica época de los años 1999, y el 2000. En tanto, sí destacó que pretendieron producir siendo indiferentes al contexto local. El empresario portugués destacó la capacidad del empresario argentino de adaptarse. “Acá sabían mucho más que lo que nosotros sabíamos. Eso llevó a un rechazo de la industria de legumbres”, advirtió. “El mundo subsidia la producción primaria, y aquí es al revés, hay retenciones”, indicó y se preguntó cuanto más se podría producir sin estas distorsiones.
Sobre cómo detectar oportunidades, Roquette aseveró que las ocasiones “siempre están, aunque uno esté inmerso en el día a día”. En este punto, destacó que en el rubro en el que se desenvuelven, el alimenticio, permite estar “en un medio que seguirá en alta. La gente seguirá consumiendo de mejor o peor calidad, pero seguirá consumiendo”. Roquette aseguró que a pesar de que aún se paga el costo de “la viveza criolla de hacer pasar gato por liebre”, Argentina continúa produciendo cantidad y calidad.
Dapena invitó a los empresarios del panel a proyectarse para el 2023. Roquette, bromeó que además de proyectar a Portugal con la Copa del Mundo, indicó que quienes se dedican al campo son “optimistas por naturaleza, y si no va bien, le seguiremos poniendo el cuerpo, como siempre y ver qué oportunidades aparecen, dejando la parte política de lado”.
Fuente: El Tribuno