Las compañías mostraron por primera vez sus modelos productivos integrales, que unen a los adelantos en genética para las semillas con estrategias de nutrición y protección.
Celebrando la posibilidad de volver a estar “cara a cara” con los productores y asesores, Rizobacter junto a Bioceres Semillas inauguraron dos sedes de su Centro de Entrenamiento Técnico, en Pergamino y Venado Tuerto. Las jornadas se realizaron el 9 y 10 de noviembre e incluyeron recorridas por los campos experimentales donde las compañías pudieron mostrar por primera vez en forma conjunta la performance de sus últimas tecnologías aplicadas al cultivo de trigo. También hubo un espacio de actualización técnica dedicado al manejo sanitario encabezado por Lucrecia Couretot, especialista en fitopatología del INTA Pergamino.
Los visitantes recorrieron cuatro módulos donde se combinaron los materiales y la genética de Bioceres con los modelos de protección y nutrición que ofrece Rizobacter. En este contexto, se exhibió el potencial de rendimiento de los materiales comerciales de trigo, en las variedades Basilio, Guayabo, Gingko, los BioINTA y Timbó. Pero también Guillermo Vidal, gerente de marketing y venta de Bioceres Semillas, abrió la posibilidad de que los presentes se asomen a los materiales que se están evaluando para el futuro. “Nos interesa que los productores pronto los vean en producción, saquen sus propias conclusiones ya que, con nuestras selecciones de hoy, estamos superando a nuestros productos actuales”, remarcó.
En tanto Rizobacter, de la mano de Gabriel Mina, responsable de la línea de terápicos de semillas, comentó los alcances de la estrategia de nutrición y protección de semillas, poniendo el foco en los avances de los tratamientos biológicos que ofrece la compañía. “Los trigos necesitan cada vez más protección, con lo cual consideramos que los tratamientos de semillas tienen un protagonismo indiscutible para cuidar la sanidad desde los primeros estadíos, logrando aplanar la curva de aparición de enfermedades”, sostuvo el ingeniero Mina. Aquí se destacó la acción de Rizoderma, el primer biofungicida que la compañía desarrolló junto al INTA, caracterizado por el triple modo de acción y su inédito poder residual para el control de las principales enfermedades que afectan la emergencia del trigo como son Fusarium graminearum, Rhizoctonia spp., Bipolaris sorokiniana, Drechslera tritici-repentis, Tiletia laevis y Ustilago tritici.
La importancia de un buen diagnóstico
“El tratamiento de semillas es fundamental en todos los cultivos”, remarcó Lucrecia Couretot, especialista en fitopatología del INTA Pergamino, en la charla de actualización que mantuvo con los productores y asesores que asistieron al CET. Sin embargo, advirtió que para lograr el impacto que se espera de estas tecnologías es necesario realizar un trabajo antes de llegar al lote, donde quede establecido el poder germinativo de la semilla y el análisis del perfil sanitario frente a la incidencia de enfermedades. También conocer la clínica del lote y el antecesor, para luego elegir el tratamiento más adecuado. “El diagnóstico es fundamental para que avancemos en el uso más eficiente de los insumos y podamos desarrollar estrategias de manejo para adelantarnos a los problemas”, subrayó.
Los puentes verdes
Couretot también compartió cómo ganar eficiencia en las estrategias de monitoreo, teniendo en cuenta el perfil sanitario del lote y las alarmas. En ese sentido, advirtió que cada vez se está observando que las apariciones de roya a nivel país se dan más temprano, eso demanda un manejo más integrado del cultivo. “Se deberá prestar especial atención en los monitoreos de los lotes de trigo lindantes a cultivos de cobertura (triticale, trigos guachos, centeno) ya que son hospedadores de roya amarilla. Hay que tener en cuenta que las esporas vuelan aún a grandes distancias por corrientes de viento”, especificó.
Couretot remarcó la necesidad de “llegar temprano a los controles y garantizar calidad de aplicación de los fungicidas con el uso de coadyuvantes, buscando la complementariedad de los principios activos, para proteger al cultivo desde los primeros estadios de la incidencia de las royas y las manchas”.
También se refirió a la incidencia del virus del mosaico estriado: “Hay un 95% de variedades de trigo que presentan algún síntoma de esta enfermedad. Se transmite por un ácaro que se hospeda en los cultivos de cobertura y en el maíz. También los trigos guachos actúan como puentes verdes al ser hospedantes tanto del virus como de los ácaros vectores durante el verano”.
Propuesta de valor
Con la puesta en marcha del CET, Rizobacter junto a Bioceres Semillas, están mostrando la acción integrada de su propuesta de valor y abriendo una vía de comunicación directa con los productores para intercambiar conocimientos, expectativas y necesidades productivas que se presentan en cada campaña. Al CET de Pergamino y Venado Tuerto se le suma el campo experimental de Miramar, donde próximamente se organizará una jornada junto a productores y asesores técnicos de la zona.