En el INTA Salta se sembró maíz con la tecnología de riego por goteo, con buenos resultados en rendimientos y manejo de enfermedades.
Por su eficiencia en cuanto al uso y manejo del agua, como así también de fertilizantes, el riego por goteo es una tecnología cada vez más utilizada en los cultivos de granos. Permite hacer un mejor uso del agua de riego (menos pérdidas de agua por conducción y distribución), favorece la distribución uniforme del agua en la superficie del lote, hace eficiente la gestión del riego (momento de aplicación, lámina, duración) y facilita la distribución y la eficiencia de uso del fertilizante.
Es una tecnología ampliamente utilizada en el mundo en todo tipo de cultivos. En Salta se emplea en cultivos frutihortícolas e industriales. Más precisamente en el Valle de Lerma, sólo se riega el 3 % de la superficie plantada con tabaco Virginia y, en menor escala, en cultivos hortícolas.
“En los últimos años, en algunas zonas de nuestro país se comenzó a trabajar con riego por goteo subterráneo en cultivos extensivos de granos, en los cuales, además de las ventajas mencionadas precedentemente, se obtuvieron muy buenos resultados productivos. En el INTA Salta consideramos que es una tecnología posible y ventajosa para intensificar la producción de cultivos de granos en el Valle de Lerma, usando más eficientemente los recursos agua y suelo, minimizando el impacto ambiental del riego gravitacional y mejorando la renta agrícola del productor”, destacó Gabriela Valdez Naval, investigadora del INTA Salta.
En el Valle de Lerma se observó el incremento de la superficie sembrada con maíz para satisfacer la demanda de alimentos de la actividad tambera y la producción intensiva de animales. Según palabras de la especialista, “el aumento de la superficie fue posible debido a que las condiciones ambientales del Valle, durante la primavera y el verano, son favorables para el crecimiento y desarrollo del maíz, con altos potenciales de rendimiento”.
La experiencia
El cultivo de maíz se sembró en el INTA Salta el 12 de octubre de 2022 en una superficie total de 0,87 hectáreas. El suelo pertenece a la serie Cerrillos, suelo franco, de buena productividad, con buena provisión de materia orgánica, fósforo extractable y potasio y magnesio intercambiable. Para su implantación se emplearon dos híbridos templados, un híbrido de 106 días a madurez relativa (hiper precoz) y un híbrido de ciclo corto: 123 días.
“La siembra se hizo con sembradora mecánica, sobre suelo previamente rastreado. La distancia entre surcos fue de 0,70 m entre líneas, adecuándose a la distancia de las cintas de riego empleadas en tabaco: 1,40 m. La densidad de siembra fue la recomendada por los semilleros para los híbridos empleados. Debido al diseño de la plantación, el riego fue surco de por medio”, indicó Javier Baldi, ingeniero agrónomo de INTA Salta.
Según sus palabras, “se realizó un riego pre siembra (70 mm) y durante el cultivo se aplicó una lámina total de 240 mm; el último riego fue 10 días antes de madurez fisiológica. A partir de noviembre, la precipitación acumulada fue de 150 mm. Se regó durante 100 horas con un promedio de 5 mm aplicados por hora de riego. El fertilizante se suministró a través del sistema de riego en 5 momentos entre V2 y R2 del cultivo, y se aplicaron 76 unidades de nitrógeno”.
El crecimiento de los híbridos se produjo bajo condiciones de alta heliofanía (horas de sol) y baja humedad ambiente, condiciones que no fueron favorables para la expresión de las enfermedades de hoja, comunes en el Valle de Lerma en híbridos templados. Tampoco se observaron enfermedades de espiga, a esto también se sumaron las particulares condiciones de sequía del año.
La cosecha se realizó el 13 de marzo, el ciclo del cultivo entre siembra y cosecha fue 150 días. El rendimiento de granos al 14 % de humedad, fue en promedio 8.400 kg por hectárea.
Lecciones aprendidas
“Los resultados obtenidos, si bien no fueron los esperados, fueron satisfactorios y nos permiten ajustar aspectos técnicos”, determinó la investigadora Gabriela Naval Valdez. Las conclusiones a las que arribó el equipo de investigación son las siguientes:
– El maíz podría hacerse bajo el sistema de riego por goteo, adecuando el diseño al marco de plantación empleado en el cultivo.
– Se debe trabajar en los tiempos de riego y la frecuencia de manera de satisfacer la demanda ambiental.
– La disponibilidad del fertilizante se ve favorecida por la aplicación en el riego. Se debe trabajar en la fuente y la dosis de nitrógeno, como así también el empleo de micronutrientes (Zn, S) que cobran importancia cuando no hay limitación de agua y nitrógeno.
– El empleo de mangueras sobre el suelo favorece el humedecimiento de la superficie de este en la línea de goteo y el riesgo de rupturas con la consecuente pérdida de agua y acumulación en superficie. En ambos casos se favorece el crecimiento de malezas, razón por la cual es importante la elección de los herbicidas y dosis a emplear.
– Los híbridos empleados son de bajo porte y la densidad empleada pudo haber sido insuficiente para el marco de plantación empleado y la disponibilidad de agua y nutrientes.
– Previo a instalar el riego, evaluar el grado de compactación subsuperficial de los suelos, especialmente en suelos con muchos años de uso agrícola, como es el caso del Valle de Lerma. La compactación puede influir en la formación del bulbo de riego, afectar el crecimiento de las raíces y la disponibilidad del fertilizante para ser utilizado por las plantas.
– El empleo de siembras tempranas con riego por goteo podría ser una alternativa interesante para algunos esquemas productivos y ayudaría a la rotación de cultivos y la intensificación de los sistemas (raíces activas durante el año).
Fuente: INTA Salta