En 2024, la cadena de valor de la carne de cerdo afianzó su crecimiento y abordó las dificultades recurrentes del sector, así lo señala el Anuario 2024 del Sector Porcino Argentino, elaborado por JLU Consultora.
El Anuario 2024 del Sector Porcino Argentino, elaborado por JLU Consultora, ofrece un panorama detallado de la situación actual de la industria, destacando tanto los avances en la producción como los desafíos vinculados a la economía, las políticas sanitarias y la competitividad en los mercados internacionales. Argentina, que logró consolidarse como uno de los principales productores de carne porcina de la región, se enfrentó a un 2024 que se perfiló como un año crucial para afianzar su crecimiento y abordar las dificultades persistentes en el sector.
Crecimiento productivo
En 2024, la producción de carne porcina en Argentina siguió una tendencia positiva, con un crecimiento interanual del 5,2 % en la cantidad de animales faenados, lo que significa un aumento en la producción de carne que llegó a las 10,5 millones de cabezas faenadas. Este aumento también se refleja en un incremento del 6,3 % en la producción de carne en comparación con el año anterior, alcanzando 1,2 millones de toneladas.
A pesar de estos avances, el sector enfrenta retos estructurales importantes. La disminución del número de establecimientos productores es una preocupación clave. En los últimos años, la cantidad de establecimientos de producción porcina disminuyó de manera sostenida, lo que generó una concentración en manos de pocos actores de gran escala. Esta situación puede limitar el acceso de los pequeños y medianos productores al mercado, quienes, a pesar de los avances en eficiencia, siguen siendo vulnerables a las fluctuaciones económicas y a la competencia de productos importados más baratos.
La concentración también presenta desafíos en términos de sostenibilidad a largo plazo. La industria requiere una mayor integración de pequeños y medianos productores para lograr una distribución equitativa de los beneficios y una producción más diversificada que sea menos dependiente de las grandes empresas.
Eficiencia mejorada
Uno de los puntos más destacados en el Anuario 2024 es el aumento en la eficiencia de la producción. Argentina redujo significativamente la conversión alimenticia, alcanzando una relación de 2,95 kilos de alimento por cada kilo de cerdo producido, lo que refleja un avance importante hacia la sostenibilidad y competitividad global.
La mejora en la genética, la alimentación y la sanidad animal son factores clave en este progreso. Además, el incremento en el peso de faena también permitió que los productores aumentaran su rendimiento, lo que les facilitó contrarrestar en parte el impacto de los altos costos de insumos.
Este nivel de eficiencia se logró gracias a la implementación de tecnologías de vanguardia y a la adopción de buenas prácticas ganaderas, que permitieron optimizar los recursos. Los productores que invirtieron en infraestructura, bioseguridad y modernización tecnológica vieron resultados más positivos, especialmente en la reducción de costos y la mejora de la calidad de la carne.
Desafíos económicos
A pesar de los avances en términos de eficiencia y volumen de producción, el sector porcina argentino enfrentó un entorno económico desafiante. La inflación, la devaluación de la moneda y la volatilidad del dólar son factores que afectan directamente a los costos de los insumos, lo que pone presión sobre los márgenes de rentabilidad. La falta de previsibilidad económica dificultó la toma de decisiones a largo plazo, lo que generó incertidumbre entre los productores, especialmente los más pequeños.
La competencia de importaciones sigue siendo una de las amenazas más serias para la industria nacional. El ingreso de carne porcina de países como Brasil, Paraguay y Ecuador, con costos de producción más bajos, generó una presión sobre los precios internos y dificultó la competitividad de la producción local. Esto dejó a los productores nacionales en una posición desventajosa, ya que no pudieron competir con precios más bajos sin sacrificar la calidad de su producto.
Mercado internacional
Un aspecto positivo en el Anuario 2024 es el fuerte crecimiento de las exportaciones de carne porcina. En 2024, las exportaciones argentinas de carne porcina aumentaron un 80 % en comparación con el año anterior, lo que refleja un importante crecimiento en la demanda internacional. Los destinos principales de esta carne fueron China, Rusia y países de América del Sur, que continúan siendo mercados clave para la industria.
A pesar de este crecimiento, la falta de una cultura exportadora estable y la dependencia del precio interno siguen siendo factores limitantes para el sector. La producción porcina en Argentina necesita diversificar sus mercados para no depender de las fluctuaciones en la demanda de los principales compradores.
Además, la industria debe mejorar su capacidad logística y su competitividad en términos de calidad y costo para poder competir en mercados internacionales con otros grandes productores de carne porcina como Brasil y Estados Unidos.
Proyecciones futuras
En cuanto a las proyecciones para los próximos años, desde JLU Consultora, sostienen que el sector porcino argentino tiene un potencial significativo de crecimiento. Según el anuario, la producción podría superar las 2,3 millones de toneladas en los próximos 10 años si se logran resolver los problemas estructurales y económicos actuales. Esto colocaría a Argentina entre los principales productores mundiales, un objetivo alcanzable si se desarrollan políticas que fomenten la integración de los pequeños y medianos productores, el acceso a financiamiento y la mejora de la infraestructura productiva.
Uno de los principales retos será mantener la competitividad frente a la competencia internacional y diversificar los mercados de exportación. Asimismo, la adopción de políticas sanitarias más estrictas y la mejora continua en la calidad de los productos permitirán que el sector continúe consolidándose en los mercados internacionales.
Conclusión
El documento de JLU Consultora destaca que el sector porcino argentino demostró una notable capacidad de adaptación ante los desafíos económicos, sanitarios y de competitividad; y que con una planificación adecuada, inversión en tecnología y un enfoque más estratégico en la exportación, el sector tiene el potencial de seguir creciendo y consolidarse como un jugador clave en la producción y exportación de carne porcina a nivel global.
La colaboración entre los productores, el gobierno y los actores del sector será esencial para enfrentar los desafíos que se presentan y aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado global.
“No hay duda de que el año 2025 va a ser un año bueno para el sector porcino de Argentina. Hace 23 años que cada año decimos lo mismo y no nos equivocamos y desde ya no tenemos las bolas de cristal”, concluye el documento.