Inicio Vitivinicultura Requisitos sanitarios para el movimiento de uva para vinificar

Requisitos sanitarios para el movimiento de uva para vinificar

Un DTV-e debe amparar el traslado la fruta desde que la carga sale de la finca productiva hasta su llegada a la bodega.

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recordó que todo movimiento de uva destinada a la vinificación deberá contar con el correspondiente Documento de Tránsito Vegetal electrónico (DTV-e).

Este requisito se aplicará desde el momento en que la carga de vid sale de la finca productiva hasta su llegada a la bodega. Las autoridades oficiales podrán solicitar este documento en los controles de ruta en todo el territorio nacional. El uso del DTV-e se estableció como obligatorio mediante la Resolución N° 31/2015 del Senasa. Su emisión es gratuita y se realiza mediante el sistema informático Sig-DTV.

Los productores deben tener sus establecimientos inscriptos en el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (Renspa) del Senasa y actualizar sus datos anualmente para operar en este sistema, mientras que las bodegas deberán utilizar su correspondiente registro en el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).

El DTV-e es una herramienta esencial para mitigar los riesgos de propagación de plagas vegetales, como Lobesia botrana o mosca de los frutos, durante el transporte de productos. Facilita la verificación de la trazabilidad de la carga, permitiendo conocer todos los procesos y lugares por los que ha pasado, como establecimientos productivos, empaques, sitios de almacenamiento, bodegas, industrias y mercados.

Las medidas contribuyen a fortalecer las estrategias de control y evitar la dispersión de plagas, por lo que resulta de vital importancia que tanto productores, transportistas y bodegueros cumplan con estas condiciones en el traslado.

Para obtener más información, enviar un correo electrónico a dtv@senasa.gob.ar o ingresar aquí.

Lobesia botrana conocida comúnmente como “polilla de la vid”, produce daños directos provocando importantes pérdidas en los volúmenes de producción y afecta además la calidad de la fruta tanto para consumo en fresco como para vinificación.

Esta plaga se dispersa a través de los movimientos de uva, los implementos de labranza, de poda, de cosecha, de transporte y de acarreo. Por ello, todo productor ubicado en áreas de cuarentena o contingencia debe cumplir con medidas fitosanitarias tales como utilizar malla o carpas para cubrir las cargas de uva durante su acarreo, el lavado de envases y carpas previo al egreso de establecimientos receptores de uva, y el lavado de la maquinaria agrícola utilizada en los viñedos.