Si bien 3 de cada 4 kilos del plástico recuperado por CampoLimpio se reciclan, el desafío es sumar más productores se sumen a este sistema que contempla a toda la cadena de valor y revaloriza el plástico de los envases en usos seguros.
El mes del Reciclaje nos recuerda a todos la importancia de lograr una producción sostenible. En ese sentido, CampoLimpio no solo constituye la respuesta a la pregunta sobre qué hacer con los envases vacíos de fitosanitarios para disminuir su impacto sobre el ambiente y la salud, sino que promueve la sustentabilidad y la economía circular en el sector, revalorizando el plástico de estos residuos.
En el sistema, único en Argentina, 3 de cada 4 kilos del plástico recuperado se reciclan, otorgándole así una segunda oportunidad como insumos para elementos seguros y permitidos. Más de la mitad se convierte en tritubo para fibra óptica; 1 bidón de 20 kilos, tras someterse al proceso de reciclado, equivale a 1 metro de tritubo. Asimismo, otra parte del plástico tratado vuelve al circuito productivo en postes, fratachos, y otros destinos permitidos por las normativas provinciales.
“Que los residuos sean gestionados en el marco del sistema significa que su plástico será puesto en valor y no terminará en usos indebidos, algo que sucede cuando los envases ingresan a circuitos informales. El trabajo mancomunado de todos los actores de la cadena de valor, es decir productores, aplicadores, distribuidores, empresas, asociaciones del agro y autoridades, resulta indispensable para que el sistema funcione. Si se cumplen todos los pasos estipulados por la Ley 27.279 podemos darle una segunda oportunidad al plástico de los envases vacíos de fitosanitarios utilizados por el sector”, sostiene Juan Manuel Medina, gerente de Relaciones Institucionales y Comunicación de CampoLimpio.
Etapas del proceso
El proceso que articula CampoLimpio consta de una serie de etapas, cuya culminación es la revalorización del plástico de los envases de fitosanitarios utilizados en el campo argentino.
Todo comienza con el productor, que entrega sus envases limpios, empleando la técnica del triple lavado o lavado a presión, a alguno de los más de 80 Centros de Almacenamiento Transitorio o durante las jornadas de recolección de desplegadas en todo el país. El triple lavado, o lavado a presión, es un paso previo fundamental, ya que es lo que garantiza la eliminación de los restos del producto que puedan permanecer en los envases y, de esta forma, permite que el plástico sea reciclado de forma segura.
Siguiendo esta línea, cada vez que el productor entrega envases a CampoLimpio se le otorga un certificado que da fe de la posterior utilización de dicho plástico en usos autorizados, que no afectan al ambiente ni a la salud de las personas tal y como indica la Ley nacional 27.279. A partir de la recepción, los envases son enviados a operadores provincialmente habilitados por las provincias que a su vez canalizan el material recuperado hacia destinos autorizados por la normativa.
“El gran desafío es seguir difundiendo un sistema joven (se puso en marcha en 2019), a través de la concientización y las capacitaciones, para que se adhieran los actores que aún no lo hicieron y que quienes lo hagan entreguen sus envases limpios, lo que repercutirá en más plástico revalorizado” sostiene desde CampoLimpio.