Desde INTA Salta advierten sobre focos activos, y otros con sospecha, en Guachipas, Rosario de la Frontera y la Candelaria.
El vampiro común, Desmodus rotundus, es un murciélago que se alimenta de sangre (hematófogo). En la zona del Valle de Lerma, por lo general, lo encontramos en cuevas de las serranías como así también en construcciones abandonadas como galpones, puentes y pozos de agua.
Según el médico veterinario Roberto Neumann, integrante del Laboratorio de Sanidad Animal del INTA Salta, “estas colonias pueden infectarse de un individuo que tenga rabia, debido a las características de socialización de estos animales, que se acicalan mediante lamidos que pueden transmitir la rabia. Además, los individuos con rabia tienen un grado mayor de agresividad, por lo que también pueden morderse entre ellos”.
La rabia paresiante se manifiesta en forma de brotes con períodos interepidémicos, que pueden oscilar desde 5 a 10 años, hasta llegar a casos extremos de 37 años entre brotes. Estos períodos, sin la presencia de la enfermedad, se dan porque los mismos vampiros que desencadenaron el brote terminan muriendo de rabia. Hay un porcentaje bajo de vampiros que se contagian, pero no desarrollan la enfermedad ni tampoco la transmiten y, por ello, no mueren. Esto garantiza el repoblamiento de las colonias con el tiempo.
En esta zona, es habitual la presencia de brotes de este tipo de rabia, que es la variante que se presenta en los bovinos. Se llama rabia paresiante debido a los síntomas que podemos observar en los animales. “En un primer momento el animal se aparta del rodeo, muestra inquietud, alguna vocalización diferente a la normal, pero estos síntomas muchas veces pasan desapercibidos por el productor. Posteriormente, el animal desarrolla una paresia del tren posterior, lo cual lo lleva a tener un deambular característico, que la gente de campo dice comúnmente se va de cola o se va de caderas”, explica Neumann.
A medida que la paresia avanza, el animal arrastra las patas y tiene dificultad para desplazarse. Luego cae y, en el intento de pararse, tiene un movimiento de pedaleo que provoca en el suelo un aspecto de “suelo barrido”. Dependiendo donde cae el animal, si es a la sombra o pleno sol, muere indefectiblemente en un lapso de entre 5 a 10 días. Hay que destacar que el animal no presenta fiebre ni se muestra agresivo.
Medidas de prevención
El período de incubación en bovinos, una vez mordido por un vampiro rabioso es, aproximadamente, de 30 días. Según palabras del veterinario, “al infectarse de rabia el curso del animal, indefectiblemente, es mortal ya que es una enfermedad que tiene un 100 % de letalidad. Pero lo bueno de esta enfermedad es que tiene prevención mediante vacunación; la misma no es obligatoria, pero debido a que cuando se presentan los brotes de rabia hay gran mortandad de animales, la relación costo beneficio es ventajosa para el productor”.
La vacunación debe realizarse una vez al año y en el caso de terneros se hace un refuerzo a los seis meses. A su vez, esta enfermedad puede afectar a todos los mamíferos, incluidos los seres humanos. Al ser una zoonosis (enfermedad que puede transmitirse del animal al hombre), es una mayor razón para incluirla en el calendario de vacunación de la hacienda.
Neumann destaca que “la estrategia de control de los brotes de rabia, debería basarse en la vacunación preventiva de la hacienda y no en el control y erradicación de las colonias de vampiros ya que, al intentar eliminar la colonia, solo lleva al escape de individuos enfermos y una posterior diseminación de la enfermedad”. Hay que aclarar que ante la sospecha de animales con rabia, debe hacerse la denuncia correspondiente al Senasa y, en caso de haber animales muertos, solo personal veterinario con la debida capacitación debe proceder a la toma de muestras y remisión a los laboratorios correspondientes. Debe evitarse manipular la boca de bovinos sin el uso de guantes, ya que existe riesgo de contagio a través de micro heridas en la piel.
“Los murciélagos buscan que sus refugios sean lugares tranquilos y frescos, donde estén a salvo de otros depredadores para, a la noche, salir a comer. Su radio de acción es de unos 2 km alrededor de la colonia, por lo general asociado a un curso de agua cercano”, destaca Neumann.
Fuente: INTA Salta, Roberto Daniel Neumann, Pedro Guglielmone, Roberto Adolfo Castro