Desde su creación, esta entidad que reúne a fitomejoradores e investigadores en soja de la Argentina, hizo múltiples y valiosos aportes al cultivo de la oleaginosa en el país y el mundo.
En 1983, en la ciudad de Tucumán, se desarrolló las V Reunión Nacional de Soja, en esa oportunidad un grupo de profesionales e investigadores sintieron la necesidad de contar con un espacio común que atienda las necesidades de un cultivo que comenzaba a tomar una importante relevancia nacional, así nació Prosoja, la asociación que nuclea a fitomejoradores e investigadores en soja de la Argentina.
Varias fueron las razones que llevaron para proponer su creación, entre ellas la necesidad de dar mayor impulso e incentivar la investigación en el cultivo, fijar objetivos y actividades coordinadas en investigación entre el sector público y privado, la visión sobre las posibilidades de crecimiento del área, producción, y la aplicación de tecnología, la necesidad de tener un foro de intercambio entre las personas involucradas más allá de las propias estructuras profesionales y comerciales existentes, y la importancia de mantener programas de mejoramiento locales dirigidos a los propios problemas nacionales.
Desde su fundación, Prosoja fomentó y participó activamente en diversas actividades de promoción del cultivo, en la orientación sobre planes de investigación, en la organización técnica de congresos y eventos especializados, y en la continua capacitación y formación de sus integrantes. También supo mantener una permanente interacción con otros sectores del complejo sojero, que finalmente juntos se constituyeron en la mayor agroindustria nacional.
“Prosoja ha sido generadora de grandes hitos en el ámbito de la investigación, impulsó la creación de la Recso (la mayor red nacional de evaluación de cultivares de soja), fue el ámbito donde se generó el screening nacional para cancro del tallo de la soja que permitió una rápida mejora del germoplasma nacional, generó el seminario nacional del cual nació el Sinavimo (Sistema de vigilancia y monitores de plagas y enfermedades), promovió y coordinó los recursos que generaron el primer mapa sobre la presencia del nemátodo del quiste, por nombrar algunas de las principales”, enumeran desde la entidad.
Y agregan que el papel que jugó en la organización técnica del Congreso Mundial de 1989, en Buenos Aires, fue un punto de inflexión en su vinculación con el mundo de la investigación en soja, lo que hoy es una de sus grandes fortalezas.
La evolución que evidencia Prosoja hasta su actualidad ha sido notable, permitiendo nuclear a prestigiosos profesionales e investigadores de la Argentina, y consolidándose en una opinión permanente en los principales foros nacionales e internacionales afines al mejoramiento genético y la investigación en soja.
“Es un gran orgullo para Prosoja el haber contribuido durante 40 años en diferentes acciones que han ayudado a que la genética de Soja Argentina sea reconocida como una de las mejores fuentes de germoplasma mundial, como también es nuestro compromiso continuar este legado, honrando el pasado, consolidando nuestro presente, y con una clara visión futura en beneficio de todos los sectores de la Soja y el país en su conjunto”, concluyen desde la entidad.
Actualmente Prosoja está formado por 77 asociados pertenecientes a institutos y centros nacionales de investigación, facultades de Ciencias Agrarias, instituciones privadas, empresas semilleras, laboratorios y entidades privadas relacionadas con el cultivo de la soja.