Para la OIV la producción global de vino permite cubrir la demanda y Argentina produjo buena calidad en volúmenes buenos y confiables.
El último reporte de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), “State of the World Vine & Wine Sector”, publicado en abril, arrojó una cifra preliminar de la producción mundial de vino para 2021 de 260 millones de hectolitros, en línea con el 2020 y ligeramente por debajo de la media en estos últimos diez años. El consumo global, a pesar de todo, se estima en 236 millones de hectolitros, 0,7 % por encima del 2020, que fue un año gravemente afectado por el COVID-19.
Según el reporte, la producción global se mantuvo adecuada para cubrir el consumo. Este hecho, más el cambio de características generales en algunos mercados hacia los vinos blancos, así como también la caída en las demandas chinas desde 2018 y la imposición de aranceles sobre los vinos australianos a partir de 2020, explican el lento mercado de los vinos tintos versus los blancos. Argentina, Francia, Australia y España poseen grandes volúmenes de vinos tintos a granel sin contratar, a precios estables o a la baja.
La OIV espera que para este 2022 la cosecha de Chile disminuya aproximadamente un 10 % en comparación del año anterior. Estima que Argentina tenga una cosecha por debajo del promedio. La vendimia sudafricana sigue en línea con el promedio de los últimos diez años. La de Australia es potencialmente menor, ya que algunas uvas tintas se quedaron sin cosechar. Nueva Zelanda debería reportar una cosecha mayor a la del 2021.
En cuanto al hemisferio norte, el reporte describe que una primavera húmeda en España ha alejado el temor a las sequias y trajo confianza de una cosecha de buen tamaño. Un abril con heladas visitó Francia, pero se espera que tenga un impacto limitado en la cosecha; las condiciones han sido buenas en Italia; una continua sequia podría limitar la potencial cosecha de California.
“En resumen, no hemos visto nada que sugiera un cambio drástico en los patrones de disponibilidad”, dice el reporte.
Sin embargo, la OIV dice que el consumo de este año es más complicado de entender. “En términos generales, los patrones de consumo pasaron la segunda mitad de 2021 con una tendencia de regreso a la normalidad pre-COVID, con el canal off-trade retrocediendo debido a la reapertura de locales con consumo en el lugar. Para la primavera del hemisferio norte, las altas tasas de inflación significaron una crisis que remplazó a la del COVID-19 como el tema principal”.
“Por lo tanto, nos encontramos en una etapa de liberación de la demanda reprimida, en la que los consumidores, después de dos años de confinamiento, se encuentran con una creciente conciencia de la presión inflacionaria. En consecuencia, hay cierta vacilación por parte de los compradores que esperan a que la situación postpandemia se estabilice”, puntualiza el informe.
Respecto de Argentina, el reporte de la OIV dice que la cosecha 2022 finalizó en abril con 1,89 millones de toneladas recolectadas, por debajo de los 2,25 millones de 2021 y el promedio aproximado a largo plazo de 2,4 – 2,5 millones de toneladas debido a las heladas de primavera en octubre.
“A pesar de que la cosecha del 2022 este por debajo del promedio, Argentina puede ofrecer vinos de buena calidad en volúmenes buenos y confiables”, concluye.