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Primavera y heladas: cómo prevenir y proteger los cultivos

La primavera puede traer sorpresas en forma de heladas, incluso cuando se espera un clima más templado. El Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, brinda información orientación y recursos para enfrentar este desafío y proteger cultivos en la próxima temporada.

Queda poco tiempo para comenzar la primavera, época en la cual los cultivos de invierno e incluso los frutales entran, en general, en un periodo susceptible a las bajas temperaturas, en especial a las heladas.

Según las perspectivas climáticas emitidas por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y en coincidencia con los pronósticos elaborados por otros centros internacionales, para el trimestre septiembre-noviembre son mayores las probabilidades de que la temperatura media entre normales a superior a lo normal en el centro y norte del país. “En este contexto no es de descartar igualmente la ocurrencia de heladas, que en particular tienden a tener menor frecuencia en primavera”, afirmó Natalia Gattinoni, meteoróloga del Instituto de Clima y Agua.

De acuerdo con la especialista, “sobre la región Patagónica el pronóstico prevé un 40-45% de transitar una primavera con temperaturas medias iguales o menores a los promedios históricos”. En esa línea, especificó: “estas características de primaveras más frías en esta región también pueden asociarse a la fase El Niño, fenómeno que hemos comenzado a transitar”. De esta forma, “se podría prever la posible ocurrencia de heladas durante la primavera, con impacto en las producciones particularmente del norte patagónico”, puntualizó.

Existen distintas definiciones de heladas, pero principalmente su intensidad y duración son cruciales de monitorear para conocer su posible impacto en la producción agropecuaria.

“Desde el punto de vista agronómico, el concepto de helada agrometeorológica corresponde al descenso de la temperatura del aire por debajo de los 3°C registrados a 1.5 metros en abrigo o casilla en una estación meteorológica”, explicó Gattinoni. Dada la variación de temperatura en los primeros metros sobre el suelo, “este umbral está asociado a valores de temperatura inferiores o iguales a los 0°C a nivel del suelo, que darán las condiciones para la ocurrencia de helada”.

Desde el punto de vista meteorológico, se define la helada como “todo descenso de temperatura por debajo de los 0°C registrados a 1.5 metros en abrigo meteorológico”, afirmó la meteoróloga del Instituto de Clima y Agua.

¿Por qué se considera esta medición? De acuerdo con Gattinoni, porque “es el registro que habitualmente se hace tanto en estaciones meteorológicas convencionales como automáticas”. Sin embargo, complementariamente se realiza el registro de la temperatura del aire colocando un termómetro a intemperie, esto quiere decir fuera del abrigo meteorológico y colocado a 5cm del suelo. Este es un registro que permite, también el seguimiento de la ocurrencia e intensidad de las heladas.

“Un factor importante es la época de ocurrencia”, afirmó la especialista, quien señaló que las heladas consideradas como tardías, son aquellas que ocurren durante los últimos meses del año. “La época de ocurrencia de estas heladas coincide con la etapa susceptible a bajas temperaturas de los cultivos, en particular trigo y cebada, es por ello por lo que son consideradas como las que pueden tener mayor impacto sobre el desarrollo de los cultivos” agregó.

Productos para anticiparse a las heladas

En cuanto su pronóstico, dadas las características meteorológicas o sinópticas que dan origen a este tipo de adversidad agronómica no es posible hacer una previsión a largo plazo o estacional, como si es el caso de las precipitaciones y temperaturas medias trimestrales. Es por ello que resulta fundamental contar con pronósticos a corto para adelantarse a esta adversidad.

El Instituto de Clima y Agua elabora desde hace algunos años, pronóstico de heladas para cultivos. Vanesa Ramis, pronosticadora del instituto especificó: “Este pronóstico se actualiza los días lunes y viernes de cada semana y puede consultarse desde los informes semanales publicados en la página web de INTA y redes sociales.”

También agregó: “el mismo se extiende a seis días y se obtiene a partir de la adaptación e interpretación de la temperatura del aire a 2 metros del suelo del modelo meteorológico GFS (por sus siglas en inglés: Global Forecast System). La presentación es en formato de mapas diarios a nivel país”.

Con el objetivo de otorgar herramientas para el seguimiento de este fenómeno como para la planificación diaria, también se cuenta con el pronóstico agrometeorológico desde la página http://siga.inta.gob.ar/#/forecast. En este caso, se consideran los datos del modelo meteorológico de predicción numérica WRF (Weather Research and Forecasting) por el Servicio Meteorológico Nacional. En este producto cada usuario puede seleccionar su ubicación, cultivo de interés y etapa fenológica, para obtener información del pronóstico local junto con indicadores como los umbrales de temperaturas críticas. De esta manera, permite identificar posibles impactos de las condiciones meteorológicas pronosticadas sobre el desarrollo del cultivo y ayudar en la toma de decisiones al productor.

Para tener información sobre cómo fueron las heladas tanto en intensidad como en duración una herramienta útil son las imágenes satelitales. Desde la plataforma SEPA (https://sepa.inta.gob.ar/productos/eventos_extremos/heladas/) se pueden consultar las temperaturas a nivel de la superficie estimadas a partir de información satelital. Esta información es complementaria a las temperaturas registradas en las estaciones meteorológicas.