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Prevención y control de plagas para la sustentabilidad del algodón

El Senasa recuerda las principales acciones que desarrolla contra el picudo del algodonero.

El algodón es una fibra textil vegetal que crece alrededor de las semillas de la planta. Este cultivo posee una gran importancia económica debido a que a partir de sus frutos se obtiene la fibra de algodón que se utiliza para la fabricación de una gran multiplicidad de productos.

Por ejemplo, en la vida cotidiana de las personas se puede observar su papel protagónico: desde tejidos textiles, aceites, alimento balanceado y neumáticos, hasta las fibras que componen el papel moneda son algunos de los principales elementos que contienen esta fibra que interactúa con nuestras sociedades.

En relación con su aspecto sanitario, una de las principales plagas que afecta a este cultivo es el picudo del algodonero (Anthonomus grandis Boheman). Su enorme potencial de destrucción se debe a la alta capacidad reproductiva, que se traduce en numerosas generaciones durante el ciclo agrícola. Las cuantiosas pérdidas que ocasiona y la dificultad de su control son responsables de la gran reducción del área de siembra en países en donde la plaga está instalada.

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) lleva adelante el Programa de Prevención y Erradicación del Picudo del Algodonero que contribuye a minimizar las pérdidas que ocasiona la plaga y permite mantener el estatus de zonas libres en las que las condiciones sanitarias aptas posibilitan un mejor rendimiento y calidad de fibra.

Asimismo, se trabaja en el monitoreo continuo en áreas con presencia de la plaga y en la fiscalización de establecimientos algodoneros y la trazabilidad del algodón en bruto y todos sus derivados para evitar la dispersión hacia las áreas libres.

Desde hace unos años, el Programa Nacional ha avanzado en la implementación de una herramienta digital aplicada al sistema de detección del picudo del algodonero que incorpora un código QR que agiliza la lectura de cada trampa colocada en todas las provincias algodoneras del país.

Así, quienes realizan las revisiones de trampas pueden registrar todos los datos referidos a esas actividades a campo directamente en el celular, sin necesidad de transportar planillas en papel. A partir de la lectura de un código QR asociado a cada trampa, quien la monitorea identifica la trampa e informa de manera digital sus novedades, así registra la fecha, hora, geolocalización y en particular la cantidad de picudos capturados en cada trampa.

La importancia del algodón se puede dimensionar al conocer que actualmente en Argentina se produce comercialmente en trece (13) provincias: Entre Ríos, Buenos Aires, Corrientes, Formosa, Salta, La Rioja, Catamarca, Córdoba, San Luis, San Juan, Chaco, Santiago del Estero y Santa Fe; siendo estas tres últimas las principales en cuanto a superficie sembrada año tras año.

En este sentido, al presentarse un escenario de cultivo tan amplio y variado, respetar las fechas estipuladas para la siembra y el correspondiente vacío sanitario, se considera una medida esencial para evitar la dispersión de la plaga.

“En definitiva, con el fin de proteger y mejorar el estatus sanitario respecto de esta plaga, el Senasa desarrolla las acciones necesarias para contribuir a la sustentabilidad de este destacado cultivo en toda la Argentina”, sostienen desde el organismo.