Inicio Ganadería Premio a la articulación público-privada que impulsa la ganadería

Premio a la articulación público-privada que impulsa la ganadería

La Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria premió a la Asociación Argentina de Brangus, por sus trabajos de cooperación con el Conicet.

Por sus “grandes aportes en beneficio de la ganadería bovina del país”, la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria (ANAV) entregó el Premio “Ing. Agr. José María Bustillo” a la Asociación Argentina de Brangus (AAB) que junto a equipos de investigación del Conicet, de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) y de otros organismos desarrollaron tecnologías y herramientas que hicieron posible mejorar en Argentina la raza bovina compuesta Brangus, la de mayor crecimiento el país y que ocupa en la actualidad el tercer lugar dentro de las razas de carne a nivel nacional.

La AAB cuenta con 570 socios y 360 criadores activos distribuidos en 16 provincias, que inscriben anualmente un promedio de 30.000 reproductores.

“En menos de 50 años de historia, la AAB produjo el material genético que llevan alrededor de 6 millones de vacas de cría y unos 3 millones de novillos argentinos. Empleando un valor conservador al día de hoy de 500 dólares por animal, la genética Brangus generó un valor de alrededor de 5000 millones de dólares del PBI argentino”, afirma Mauricio Groppo, presidente de la AAB, ingeniero agrónomo, productor ganadero y asesor en genética bovina. “En nombre de todos los que formamos parte de la asociación, de los grupos de investigación del Conicet, de la UBA y de otras universidades que trabajan con nosotros, de las personas que forjaron la historia de ‘La Brangus’ en Argentina y de los productores, el otorgamiento de este premio tan prestigioso de la ANAV, es una verdadera satisfacción para todos nosotros”, agrega Groppo.

Para el dirigente de la Brangus, “el trabajo colaborativo entre la asociación, la academia y los productores ha hecho posible que el ganado bovino Brangus argentino se convierta en una raza en crecimiento que ofrece una carne de alta calidad y que genera exportaciones a Uruguay, Bolivia, Brasil, Paraguay, Colombia y otros países”.

Rodolfo Cantet, ingeniero agrónomo, investigador del Conicet en el Instituto de Investigaciones en Producción Animal (INPA, Conicet-UBA) y líder del trabajo conjunto con la AAB para la transferencia de tecnologías para el mejoramiento genético de Brangus, afirma: “La asociación público-privada que nuclea a la AAB, a los productores y a equipos de investigación constituye un éxito tecnológico que se refleja en los resultados”. Y continúa: “Ver el impacto de nuestra labor científica en la producción ganadera a través de la AAB me da la sensación de deber cumplido y que gracias a Brangus, me siento ‘profeta en mi tierra’. También me resulta importante haber dejado una escuela (formé 10 doctores y 20 masters) que desde sus centros de investigación y en el sector privado aportan a una actividad trascendente para la economía del país”.

Jorge O. Errecalde, presidente de la ANAV, médico y médico veterinario, indica: “La AAB ha desempeñado un papel esencial en el desarrollo genético, productivo y comercial de la raza Brangus en la Argentina, convirtiéndose en un actor clave del progreso ganadero en las regiones cálidas y subtropicales del país, en el NEA, NOA y otras zonas del país, con creciente reconocimiento internacional”.

“La Asociación ha logrado posicionar al Brangus argentino en los más altos estándares internacionales, no solo como animal de carne, sino como símbolo del mejoramiento genético, del esfuerzo colectivo y del arraigo productivo. Cabe destacar que la AAB ha impulsado activamente la capacitación técnica, la participación de los jóvenes, la transparencia comercial y el diálogo entre la producción, el sistema científico a través del Conicet, la UBA, la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y otros organismos de ciencia y tecnología. Por esta trayectoria y logros realizados, el jurado consideró muy merecido el premio ‘Ing. Agr. José María Bustillo’ a la AAB”, señala Errecalde.

Ciencia y Brangus

La raza Brangus surge del cruzamiento entre una raza cebuina (generalmente Brahman) y Angus, con el fin de estabilizar un híbrido de características cárnicas adaptado a climas subtropicales. “En Argentina, este proceso difiere del modelo estadounidense, ya que aquí la proporción genética entre Cebú y Angus no es fija, sino que varía, aunque tiende a una composición estable. La selección por características carniceras ha favorecido una mayor proporción de genes Angus”, indica Cantet.

En 2017, equipos del Instituto de Genética Veterinaria ‘Ing. Fernando Noel Dulout’ (Igevet, Conicet-UNLP) y del INPA, liderados respectivamente por Guillermo Giovambattista y Rodolfo Cantet, confirmaron que el Brangus argentino, altamente resistente al calor y ectoparásitos, posee un tercio de su genotipo que proviene del Cebú y dos tercios del Angus, sobre una muestra de 250 toros muy relevantes, genotipados, información necesaria para los programas de mejoramiento genético implementados con la AAB.

El grupo de Mejora genética animal del INPA, que depende del Conicet y de la UBA, y que tiene una larga historia de trabajo conjunto con la AAB, desarrolló, bajo la dirección de Cantet, el programa ERBra (Evaluación de Reproductores Brangus) que es la herramienta que sustenta las decisiones objetivas de selección en la AAB y emplean los productores para el mejoramiento genético de Brangus.

Actualmente el ERBra emplea el modelo PAR o de regresión ancestral a los padres del ternero (o futuro ternero a crear mediante técnicas reproductivas como la fertilización in vitro o FIV), que combina de manera computacional eficiente fenotipos de crecimiento (peso a distintas edades), caracteres de res (grasa, área de Ojo de Bife, marmoreado o veteado de la carne), eficiencia residual del consumo de alimento, y otras variables), pedigree y genómica para resolver un sistema de 3 millones de ecuaciones de modo de obtener las Diferencias Esperadas entre Progenies (DEPs) que estiman los valores de cría o méritos genéticos para los distintos caracteres, y para cada animal evaluado, y que constituyen el criterio de selección para satisfacer las metas de producción.

“La consecuencia para la evaluación genética, es que con el modelo PAR, que desarrollamos, la exactitud de predicción para la mejora genética del ganado Brangus es superior para todos los caracteres evaluados, en relación con el modelo clásico de evaluación genética. Hemos sido exitosos en la elaboración de esta herramienta gracias al desarrollo de modelos estadísticos que incorporan la información de las gametas luego de la recombinación”, subraya Cantet.

Luego, explica que el modelo clásico de evaluación genética asume que la recombinación del material hereditario en las células sexuales de los padres aporta un 25 % del material genético de cada abuelo. En cambio, la genómica permite calcular cuál es la verdadera composición del material genético del ternero. En general, esta no será un 25 % de cada abuelo, sino que ocurrirá en proporciones variables, sumando 50 % por cada padre, con lo cual el modelo PAR tiene la capacidad de refinar el grado de parentesco entre los individuos. Ese diferencial por encima o debajo del 25 % de cada abuelo define la información de manera individual en cada animal.

Cantet señala que la “precisión en la predicción del valor genético mediante el modelo PAR mejora la selección genética del ganado Brangus y orienta, por ejemplo, la toma de decisiones en la aplicación de técnicas reproductivas como la fertilización in vitro (FIV) para el desarrollo de terneros con características deseadas y para climas específicos”.

En esa línea, Groppo puntualiza que gracias al programa ERBra y otras tecnologías provistas por Cantet y colegas, la AAB ha logrado que “un tercio del rodeo nacional de carne sea Brangus; que Brangus se convierta en la segunda raza en comercialización de semen de razas de carne a nivel nacional; y que lidere y provea genética a toda Latinoamérica exportando un 55 % del semen de alta calidad de Brangus producido en el país”.

ERBra y BIF

Hasta hoy el programa ERBra ha permitido la selección de 650 mil reproductores (toros y vacas con caracteres deseados para la mejora genética del ganado Brangus) de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Paraguay y Uruguay.

En 2015, una metodología que surgió de la tesis de doctorado de la entonces becaria del Conicet en el INPA, María José Suárez, bajo la dirección de Cantet, hizo posible emplear vacas comerciales como receptoras de embriones de alta calidad de Brangus en vez de los requerimientos del Beef Improvement Federation (BIF) basado en un trabajo de 1988 que requería emplear madres conocidas (en general vacas de mucho mayor valor), sin afectar la predicción del mérito genético del producto.

“Hasta ese momento, los registros de terneros nacidos por transferencia embrionaria debían descartarse a menos que sus madres receptoras tuvieran pedigree y edad conocida, hecho económicamente inviable en Argentina. Con el desarrollo de esta metodología basada en ‘errores de medición’, logramos mitigar el sesgo que se produce por desconocer la edad de la madre de la vaca receptora y logramos que estos terneros estén incluidos en el programa de evaluación y, por lo tanto, tengan una DEP con su respectiva precisión”, explica Suárez.

“La misma BIF de Estados Unidos ha revisado recientemente su política de evaluación de terneros por transferencia de embriones (TE) y FIV considerando esta tecnología argentina que desarrollamos. La consecuencia es que la AAB exporta un número considerable de embriones por año a varios países latinoamericanos y asiáticos”, subraya Cantet.

En adición, el impacto económico de la asimilación tecnológica debida a la selección a partir del programa de evaluación genética ERBra de la AAB, que se lleva a cabo ininterrumpidamente desde 1999, el grupo de Mejoramiento Genético Animal del INPA, compuesto por investigadores del Conicet y de la FAUBA, es el aumento del valor agregado por animal. “Esto es el ‘valor económico adicional que adquieren los bienes y servicios al ser transformados durante el proceso productivo’. Tomando las tendencias genéticas de caracteres de crecimiento y res recientemente, el valor agregado por la genética mejorada a través del programa ERBra, en relación con la productividad de un animal comercial que no es hijo de un toro o vaca mejorados, pasó de 6 US$/animal evaluado/año en 2003 a 45 US$ en 2021, contabilizando los resultados de la prueba de eficiencia neta de consumo (RFI). Es decir que la genética Brangus, mejoró la productividad por animal con genética de la AAB en siete y medio veces, un 750 %”, señala Cantet.

Aplicación de la tecnología

Empresas pioneras lideran la incorporación de tecnologías avanzadas posicionándose como referentes en la mejora genética del Brangus en la región.

Martín Goldstein fue presidente de la AAB y director de la misma durante 35 años. Además, se desempeñó como director de la Sociedad Rural Argentina y es presidente de las empresas agropecuarias Tres Cruces S.A. y Tamarindo S.A. que producen y comercializan agricultura y ganadería. “En los últimos 30 años hemos producido más de 15 mil embriones (para generar animales de gran calidad genética), de los cuales aproximadamente dos terceras partes fueron implantados en rodeos Brangus tanto propios como de algunos convenios genéticos con socios de la región, y una tercera parte fue vendida al exterior”, indica Goldstein. Y agrega: “La incorporación del programa ERBra, del programa de DEPs y otras tecnologías en nuestra producción a través del trabajo realizado con la AAB, el doctor Cantet y colegas del Conicet, de la Fauba y otros organismos es fundamental y ha permitido el desarrollo espectacular que ha tenido la raza Brangus en Argentina y la región. Esta labor colaborativa aporta herramientas de medición que nos dan certeza sobre lo que estamos haciendo”.

La empresa genética Tres Cruces S.A. fue pionera en Argentina en Brangus en el uso de transferencia embrionaria por método convencional en 1986 y posteriormente migró al empleo de técnicas de FIV y otras metodologías que aumentan la producción de embriones de alta calidad.

“La genética desarrollada por Tres Cruces S.A. es reconocida en el país a nivel nacional y regional, sobre todo en Brangus colorado, y tenemos el orgullo de tener un padre apodado ‘Don Ciriaco’ que ha sido utilizado por la mayor cantidad de cabañas y ha dejado la mayor cantidad de hijos inscriptos hasta ahora en Argentina y en la región”, comenta Goldstein.

Tres Cruces S.A. ha recibido muchos premios en exposiciones. En 1997 obtuvieron el primer premio con un Gran Campeón macho Brangus y en 1998 obtuvieron también el primer premio Gran Campeón macho Brangus con otro toro y el mismo año fueron distinguidos con el premio Gran Campeona hembra y Reserva Campeona hembra y muchos otros reconocimientos en años sucesivos.

Bellamar Estancias

Con su Cabaña “Corral de Guardia” tiene una larga trayectoria en el mejoramiento de las razas Brangus y Braford. Produce en Salta, Formosa, Córdoba y Buenos Aires y opera en 8 establecimientos, y además de ganadería produce aproximadamente 25 mil hectáreas de agricultura anualmente. “Respecto a la ganadería, nuestro rodeo consta de un número aproximado de 45 mil cabezas de ganado vacuno basado en un número de 24 mil vientres dentro de los que encontramos las razas Brangus, Braford, Angus y Polled Hereford”, explica Alfredo Casaretto, gerente General de Bellamar Estancias S.A.

Gastón García, médico veterinario y responsable de selección genética de Cabaña Corral de Guardia y Bellamar, señala: “Hace muchos años estamos aportando datos productivos al programa ERBra y ellos luego de una gran evaluación nos devuelven los DEPs que es una gran herramienta porque nos permite tener más predicción sobre los caracteres productivos que nos interesan a la hora de seleccionar. Es una gran evaluación, no solamente por los caracteres medidos, sino por la robustez de una muestra con establecimiento genéticamente conectados”.

La trayectoria de Bellamar Estancias S.A., registrada en la AAB, está avalada por 17 Grandes Campeones de Palermo y 8 Reservados de Gran Campeón, destaca Fernando Foster, médico veterinario y gerente de Reproductores de la empresa. La firma también fue reconocida en tres oportunidades con el premio a la excelencia agropecuaria de La Nación y Banco de Galicia, en dos oportunidades como “Mejor Cabañero” y en la última como “Mejor Producción Ganadera”.

Una de las nuevas tecnologías que Bellamar Estancias S.A. incorporó en los últimos años son comederos inteligentes donde se mide el consumo residual (RFI). “Con esto detectamos cuáles animales consumen menos y convierten más, de esta manera podemos saber qué animal es más eficiente y así poder mejorar este carácter en el rodeo, tengamos en cuenta que el principal ‘gasto’ que una empresa ganadera es la manutención de hacienda, entonces tomando como una ayuda esta herramienta podemos estar ahorrando una importante cantidad de dinero en alimentación”, explica García.

Mediante datos que son procesados estadísticamente por un modelo desarrollado por Cantet y Munilla han logrado validar el potencial del consumo residual como herramienta para mejorar la eficiencia productiva del ganado Brangus. “Se trata de una herramienta de selección genética que permite achicar los gastos en alimentos de la descendencia, sin aumentar el tamaño corporal ni sacrificar las ganancias de peso. Seleccionar por consumo residual podría significar ahorros de US$ 1.500 millones anuales para el feedlot argentino”, afirma Rodolfo Cantet, y concluye: “Estamos muy contentos con los logros obtenidos y satisfechos de haber instalado de manera conjunta con la AAB y el sector productivo una forma colaborativa de trabajo que impacta positivamente en la economía del país”.