Según la Fauba, esta especie es exótica y muy vulnerable a los insectos herbívoros debido a que las defensas químicas que genera son débiles.
Las plagas son uno de los principales problemas que afectan la producción de sauces en la Argentina. Estos árboles producen naturalmente unos compuestos químicos amargos que son tóxicos para algunos insectos. Al funcionar como defensas, estas sustancias podrían ser claves para proteger a las forestaciones de los insectos dañinos.
Un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) analizó esos compuestos defensivos y determinó que el proceso de domesticación con fines comerciales podría haber reducido la capacidad de los sauces para generarlos. Además, encontró que el sauce nativo sudamericano -Salix humboldtiana-, que no se usa en la industria y no está ‘domesticado’, produce abundantes defensas químicas y resiste el ataque de ciertos insectos. En base a estos resultados, se abre la posibilidad de introducir mejoras para reducir el daño que causan las plagas a este cultivo forestal.
Patricia Fernández y Camila Dávila, docentes de Química de Biomoléculas (Fauba) y coautoras del estudio, afirmaron que estos resultados son un avance en el conocimiento sobre la interacción entre las defensas químicas de las plantas y los insectos herbívoros que las consumen. Esto no solo tiene aplicaciones en el control de plagas, sino también en ámbitos como la conservación de la flora nativa.
Una carrera armamentista biológica
Fernández, quien también es investigadora del Conicet, destacó que el trabajo permitió identificar las defensas químicas de S. humboldtiana y de S. babylonica -la especie exótica de uso comercial- para determinar sus efectos sobre distintas plagas. “Si bien estos compuestos son tóxicos para muchos insectos herbívoros, no afectan a todos por igual”.
Para determinar las diferentes respuestas de los insectos plaga, las investigadoras usaron la avispa sierra -un insecto ‘especialista’ porque solo se alimenta de sauces-, y una especie de mariposa modelo que se alimenta de una gran variedad de plantas y por eso se la considera ‘generalista’.
En primer lugar, Camila y Patricia analizaron las defensas químicas de ambas especies de sauces y determinaron que la concentración de los glicósidos fenólicos, que son un tipo de sustancia defensiva, es 5 veces mayor en la especie nativa que en la de uso comercial. Luego, observaron la respuesta de la avispa sierra ante estas defensas y hallaron que sus larvas se desarrollaron más rápido en S. humboldtiana. “Esto se puede explicar porque la avispa sierra es especialista de este sauce y está bien adaptada a sus compuestos de defensa”, explicó Dávila.
Por otro lado, hallaron que las larvas de la mariposa generalista sufrieron una alta tasa de mortalidad ante S. humboldtiana, probablemente debido a que no tenían la misma protección específica que la avispa sierra. “En el sauce nativo, el 50 % de las larvas de la mariposa murió al segundo o tercer día, mientras que las de la avispa sierra sobrevivieron muy bien”, resaltó Camila, y agregó que estos resultados tienen aplicaciones en el control de plagas, tanto de especialistas como de generalistas, ya que permiten saber qué compuestos se pueden usar para atraparlas y qué repelentes aplicar para ahuyentarlas.
Los efectos de la domesticación
Patricia Fernández señaló que las plantas generan muchas de estas sustancias ante un ataque, ya que su producción demanda grandes cantidades de recursos y energía. “Si una planta estuviera todo el tiempo fabricando estos químicos, perdería capacidad de crecimiento. Por esto, los sauces comerciales, que están domesticados, tienen sus defensas debilitadas, ya que en el proceso de domesticación se prioriza su crecimiento y rendimiento a expensas de la producción de compuestos defensivos”.
“Por esta razón, el sauce nativo está protegido naturalmente frente a plagas generalistas, pero es susceptible al ataque de los insectos especialistas, algo que también sugiere nuestro estudio. En cambio, los sauces exóticos sufren ataques de los dos tipos de plagas, ya que, para poner sus huevos, las generalistas los van a preferir antes que al nativo debido a las débiles defensas químicas que les deja la domesticación”, aclaró Fernández.
Los sauces de producción comercial son, en su mayoría, exóticos, añadió Patricia. “Fueron traídos de Europa y Asia ya mejorados, y a lo largo de los años se los siguió mejorando para producir madera y papel. El problema es que estos sauces le fueron quitando hábitat al S. humboldtiana, nuestro único sauce nativo. Además, los exóticos se cruzaron con el nativo, y en el proceso, se fueron perdiendo ejemplares puros de la especie”.
Al rescate del sauce sudamericano
La producción de sauces en la Argentina se concentra en las regiones Pampeana y Litoral, según aseguró Camila. “Hoy en día, se producen sauces sobre todo en la zona del Delta de Buenos Aires, en las localidades de San Fernando y Campana, y en la provincia de Entre Ríos, en la zona de las islas del Ibicuy. Hay alrededor de 68.000 hectáreas cultivadas con sauce, que se utiliza en un 95% para hacer pasta de papel y en un 5 % para fabricar cajones de fruta”.
Patricia Fernández completó diciendo que el estudio de los compuestos químicos de defensa y su relación con los insectos herbívoros tiene aplicaciones que van mucho más allá del control de plagas. “Hace poco más de 10 años comenzó en la Patagonia un programa de rescate de la especie nativa llevado adelante por Leonardo Gallo, un investigador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. En casos como este, es importante conocer esta información para introducirla en programas de mejoramiento genético y diseñar estrategias de conservación para el rescate genético del sauce sudamericano”.
Por: Yanina P. Nemirovsky, SLT-Fauba