Mientras el corte de carne vacuna retrocedió, su principal sustituto, el pollo, experimentó un incremento en ese período.
La brecha entre el precio del pollo y el asado se achicó durante julio, lo cual es seguido de cerca por los consumidores, según un informe privado.
Si se analizan los cortes más caros, se produjo una caída en el matambre y la nalga, del 1,8%; cuadrada, 1,7%; y bola de lomo, 1,2%. Al evaluar los de precio intermedio, las principales reducciones se encontraron en tapa de asado, tapa de nalga, asado de tira y paleta.
El análisis del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) calculó que en los cortes económicos, la reducción nominal de precios fue superior a las otras categorías analizadas, ya que las principales bajas se dieron en cortes de picada común (-3,9%), falda (-3,3%), carnaza común (-2,4%) y tortuguita (-1,9%).
Por otro lado, en términos interanuales, la variación de precios nominales de la carne llegó a 85,3%, por lo que “se movió muy por encima de la variación de precios del período, de 50,2% aproximadamente, lo cual implica un encarecimiento de los diversos cortes en términos reales”.
“A la cabeza de los aumentos sobresalen cortes de alto consumo popular como el asado (91,1%), vacío (94,2%) y matambre (87,5%)”, precisó el sondeo. Por su parte, el pollo, incrementó su precio en un 4%, señaló el trabajo.
A la hora de analizar la evolución de las variaciones mensuales a lo largo de 2020 y los primeros siete meses de 2021, se observaron “incrementos significativos” de la carne vacuna durante enero (7,6%), marzo (5,6%), abril (9,2%), noviembre (7,7%) y diciembre (20,2%) del año anterior. A su vez, se dio un salto en enero, marzo y junio de 2021 (6,3% 7,3% y 7,9% respectivamente).