La tonelada de trigo cotizó ayer a 368,08 dólares por tonelada, el valor más alto en los últimos catorce años.
El bloque conformado por Rusia y Ucrania es el principal proveedor mundial de trigo. De él dependen en gran medida los países del norte de África y los del sudeste asiático. Como consecuencia de la invasión rusa sobre territorio ucraniano, el comercio desde los puertos de ambos países está paralizado y sin un horizonte cierto para una eventual reactivación. Por esa razón y por la activa participación de los fondos de inversión, los precios del cereal registraron ayer el valor más alto en catorce años en la Bolsa de Chicago, mercado referente para el valor de las materias primas agrícolas.
Al término de los negocios, las pizarras marcaron un alza de US$ 27,10 sobre el contrato marzo del trigo, que quedó con un ajuste de 368,08 dólares por tonelada. Para la posición mayo, la mejora fue de US$ 18,37 y el valor de cierre, de 361,56 dólares. La anterior mayor marca del trigo se tocó el 27 de marzo de 2008, con 372,58 dólares por tonelada, mientras que el precio récord del cereal se mantiene a distancia, con los 470,32 dólares del 27 de febrero de 2008.
Desde el inicio de las hostilidades, la navegación comercial fue interrumpida en el Mar de Azov y en el Mar Negro, desde donde salen los buques de Rusia y de Ucrania. Además, también se paralizó la actividad en las terminales portuarias, con el agravante que en Ucrania ya resultaron dañadas por ataques rusos instalaciones en los puertos de Berdyansk y de Mariupol, que administran la salida del 4 y del 2% del total de las cargas de granos ucranianos, respectivamente.
Dada la continuidad de los enfrentamientos y el ataque sobre intereses estratégicos que está haciendo Rusia, la posibilidad de que otras terminales más importantes de Ucrania resulten alcanzadas por el fuego acentúa la incertidumbre sobre el tiempo en que el comercio estará frenado.
Ayer el jefe de la Administración Marítima de Ucrania, Vitaliy Kindrativ, le dijo a la agencia Reuters: “Los puertos se mantendrán cerrados hasta el final de la agresión rusa en nuestro territorio y (nosotros) restauraremos la capacidad de brindar seguridad marítima a los buques comerciales”. Y agregó: “Existe una gran amenaza de desembarco de tropas rusas a través de los puertos, lo que puede causar una gran destrucción de la infraestructura portuaria”.
Según un cálculo de la consultora rusa SovEcon, al inicio de las acciones bélicas a Ucrania le quedaban alrededor de 6 millones de toneladas de trigo 2021/2022 para exportar, mientras que Rusia contaría con entre 7 y 7,5 millones de toneladas para sus ventas hasta el inicio del nuevo ciclo comercial, el 1º de julio. Pero a estos volúmenes se debe agrega la mercadería ya comprometida y con plazos de entrega, que ahora se verán muy posiblemente aplazados bajo el paraguas comercial de “causa de fuerza mayor”.
Las exportaciones de trigo desde Rusia y desde Ucrania en la actual campaña 2021/2022 se prevén en 35 y en 24 millones de toneladas, respectivamente, según las proyecciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés). En forma conjunta representan el 28,5% del comercio total del grano fino.
Ahora, muchos de los “clientes” de la zona del Mar Negro están procurando conseguir trigo en mercados alternativos, pero se están encontrado con una realidad que los espanta. Tal el caso de Egipto, el principal importador mundial de trigo –en el actual ciclo compraría 13 millones de toneladas–, que ya debió cancelar dos licitaciones de compra, una el jueves y otra ayer, por la escasez de oferentes y por los elevados valores que se piden por la mercadería y por el costo de los fletes.
Como ejemplo, la última compra de trigo Egipto la hizo el 17 de febrero a Rumania –120.000 toneladas–, pagando 318 dólares FOB, más 20,55 dólares de fletes. El jueves la única oferta presentada fue de Francia, con un valor FOB de 399 dólares, más 49,55 dólares de flete. Para el nuevo intento, ayer hubo dos ofertas francesas, cotizadas en 389,92 y en 399 dólares, con fletes de 39,30 dólares, a la que se agregó una propuesta de Estados Unidos, con un valor FOB de 447 dólares y con un flete de 70 dólares. Egipto deberá seguir buscando proveedores o resignarse a pagar mucho más.
Desde el lado de Rusia, al cierre de la navegación y a la paralización de la logística hay que añadir el hecho de que al ser excluidos varios de los principales bancos del país del sistema Swift –era una de las sanciones más reclamadas por Ucrania–, que valida las transferencias financieras, a los exportadores se les hará prácticamente imposible cobrar por esas ventas, por lo que comerciar se volverá una quimera para ellos hasta tanto esta penalidad sea levantada, algo que podría llevar más tiempo que la reconstrucción de la logística en Ucrania. Cabe destacar que esto aplica al trigo o al aceite de girasol tanto como al gas o al petróleo.
Por último, el hecho de que los enfrentamientos se prolonguen también comenzará a poner en riesgo las siembras de trigo de primavera, que en general representan cerca del 30% de la producción total en ambos países. En 2021/2022 las cosechas de Rusia y de Ucrania fueron de 75,50 y de 33 millones de toneladas, según el USDA.
Soja y maíz
Siempre con la guerra como hecho central para el mercado, ayer la rueda de negocios también terminó con fuertes subas para la soja, por la ola de compras agitada por los fondos de inversión y por la posibilidad muy cierta de que Ucrania y Rusia no puedan cumplir con las entregas de aceite de girasol, producto del que son el mayor bloque proveedor mundial. Esto eleva las cotizaciones del aceite de soja, que podría entrar como reemplazo en la carta de los compradores y potencia los precios del poroto de soja.
En efecto, ayer las pizarras de Chicago mostraron alzas de US$ 22,50 y de 19,57 sobre las posiciones marzo y mayo de la soja, cuyos ajustes fueron de 626,66 y de 620,97 dólares por tonelada. Así, el valor de la oleaginosa resultó el más alto desde los 629,43 dólares, del 10 de septiembre de 2012 y quedó muy cerca del récord histórico, de 650,74 dólares por tonelada, del 4 de septiembre de 2012. El contrato mayo del aceite de soja trepó 81,35 dólares y terminó la jornada con un precio de 1680,11 dólares por tonelada.
Dado el papel preponderante que tiene la Argentina como principal proveedor mundial de aceite de soja se especula con la posibilidad de que grandes compradores, como la India, reemplacen el aceite de girasol del bloque del Mar Negro por el producto argentino.
Para el aceite de soja también fue un factor alcista la nueva escalada del petróleo, que saltó un 11,2%, al pasar de 95,72 a 106,44 dólares por barril. Un movimiento a tono con el encarecimiento de la energía augurado por el propio presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, el jueves pasado luego de la invasión rusa sobre Ucrania y que podría elevar la demanda de energías alternativas como el biodiésel en base a soja. Lo mismo cuenta para el etanol en base a maíz.
Respecto del maíz, las pizarras de Chicago mostraron ayer subas de US$ 16,64 y de 13,77, en tanto que los valores de ajuste fueron de 291,23 y de 285,71 dólares por tonelada. Para el cereal, el actual nivel de precios es el más alto desde los 294,48 dólares del 10 de mayo de 2021. El récord vigente para el grano grueso es de 327,25 dólares, marca alcanzada el 21 de agosto de 2012.
Con 33,50 millones de toneladas, Ucrania es el cuarto proveedor mundial de maíz y según SovEcon, al momento de la invasión rusa aún le restaban por comercializar entre 13 y 14 millones de toneladas. Uno de los principales compradores del grano ucraniano es China, que en lo que va del ciclo comercial ya habría adquirido en ese origen unos 8 millones de toneladas. Ahora el mercado espera que la demanda se oriente a Estados Unidos o a Sudamérica.
Mercado local
Hoy, para la apertura de los negocios en el mercado argentino tras los feriados de Carnaval, se espera que, de no mediar una fuerte toma de ganancias en Chicago, haya subas generales para los precios de los granos. Por el inicio de la cosecha de maíz y por la proximidad de la recolección de soja, desde fines del presente mes, en el Matba Rofex las posiciones más miradas para cada uno de estos productos serán abril y mayo, que el viernes quedaron con ajustes de 245,10 y de 421 dólares por tonelada.
De darse alzas, las herramientas del mercado de futuros brindarán una buena chance para generar estrategias que fijen pisos de precios altos y que dejen abierta la chance de usufructuar eventuales nuevas subas.
En cuanto al trigo, con 13,60 millones de toneladas del ciclo 2021/2022 ya anotadas en el Registro de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior, sobre un volumen habilitado para su exportación de 14,50 millones de toneladas por parte del Ministerio de Agricultura de la Nación, buena parte de la atención respecto de los precios estará en qué pase con las posiciones diciembre y enero en el Matba Rofex, que marcan la expectativa de valores para la próxima cosecha. Estos contratos el viernes cerraron con ajustes de 259 y de 260 dólares por tonelada. Un año atrás se negociaban a 200,90 y a 201,90 dólares.
Incluso con la incertidumbre que plantea el clima respecto de cómo estarán los perfiles para la nueva siembra de trigo y frente al aumento de costos de insumos y de alquileres, que le restan estímulo a la apuesta por el grano fino en la campaña 2022/2023, “capturar” valores para fijar pisos altos a través del uso de las opciones en el mercado de futuros, que habilitan la chance a tomar eventuales nuevas subas, podría ser una buena opción para empezar a promediar precios y para reducir la exposición al riesgo de bajas.
Por: Dante Rofi
Fuente: La Nación