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Plagas y tecnología Bt en soja

Se conocieron resultados de un relevamiento de la REM de Aapresid de insectos plaga en soja, adopción de Bt y de estrategias de control químico.

La Red de manejo de plagas de la Asociación Argentina de Productores en siembra Directa, REM de Aapresid, presentó los resultados de su primer relevamiento de insectos plaga en soja durante la campaña 19/20. El mismo incluyó la consulta a referentes de cada zona productiva sobre plagas detectadas, porcentaje de adopción de tecnologías Bt y necesidades de control químico con insecticida.

Principales plagas

Los resultados muestran que los lepidópteros, chinches, trips y arañuelas fueron detectados en casi la totalidad de la superficie sembrada. Para el caso del picudo negro, se lo registró particularmente en la zona noroeste del país, donde se presenta como una de las plagas de mayor importancia provocando graves daños en brotes y vainas.

El reporte relevó la superficie de soja sembrada con la tecnología Bt, que brinda un escudo genético contra plagas como oruga medidora, falsa medidora, oruga de las leguminosas, oruga bolillera, barrenador del brote, entre otras defoliadoras y desgranadoras, facilitando el manejo y reduciendo la necesidad de aplicación de insecticidas.

Según los resultados, el 75 % del área fue sembrada con soja sin tecnología Bt, destacándose Buenos Aires, La Pampa y San Luis con más del 90 % de su superficie. Mientras que el 25 % restante sí empleó esta tecnología, principalmente el norte argentino (Salta, Tucumán, Chaco y Santiago del Estero) que concentró más del 60 % de adopción, lo que es de esperarse por la mayor presión de plagas que presenta esta región.

Dentro del área de soja que no contó con la protección aportada por el evento Bt, poco más del 76 % requirió control químico, mientras que solo el 3,6 % de la soja Bt tuvo que ser aplicada. En ambos casos, las provincias del noroeste fueron las que tuvieron los mayores porcentajes de aplicaciones. Esto pone en alerta la necesidad del seguimiento de esta tecnología principalmente en las zonas donde hay más presión de estas plagas.

Cuidar la tecnología Bt

Los especialistas de REM aconsejan que al utilizar estos materiales se sigan al pie de la letra las recomendaciones oficiales para disminuir el riesgo de resistencia de insectos a las proteínas Bt.

Por ejemplo, es muy importante la siembra de refugio, es decir una porción de la superficie sembrada, en la misma fecha, con una variedad no Bt de similar ciclo de madurez que la del cultivo Bt. Para el caso de la soja se recomienda reservar un 20 % del total del lote y a no más de 1200 m de distancia.

Por último, al ser la soja una planta autógama, es común que el productor guarde parte de la cosecha como semilla. En estos casos se debe hacer hincapié en conservar la pureza y calidad de la cosecha.

Los cultivos Bt

El programa Manejo de Resistencia de Insectos (MRI) -formado por las empresas socias de la Asociación Semilleros Argentinos (ASA), tanto desarrolladoras de tecnología Bt como licenciatarias, ArgenBio y Casafe- señala que los cultivos Bt son cultivos modificados mediante ingeniería genética para brindar protección frente a ciertas plagas a través de la expresión, en sus tejidos, de proteínas insecticidas denominadas proteínas Bt.

Los genes que codifican para las proteínas Bt provienen de la bacteria del suelo Bacillus thuringiensis. Cuando los insectos ingieren tejido vegetal con proteínas Bt, la toxina (delta endotoxina) es activada, se une a receptores específicos de las células intestinales formando poros en la membrana. Estos interrumpen el proceso digestivo del insecto provocando la muerte de la larva.

“Los productores argentinos han adoptado rápidamente los cultivos Bt porque al brindar protección contra el daño de insectos plaga permiten lograr mayores rendimientos con menos aplicaciones de insecticidas, mayor flexibilidad en el manejo del cultivo y mejor calidad de grano. En el caso del maíz, la introducción de los cultivos Bt fue clave para permitir la siembra exitosa del cultivo en regiones tropicales y en fechas tardías o de segunda, donde hay mayor presión de plagas. Sumado a los beneficios que otorga al productor, la adopción de cultivos Bt trae también beneficios para la salud y el ambiente, por reducir las aplicaciones de insecticidas y por disminuir los niveles de micotoxinas producidas en el grano (al estar los granos menos dañados por insectos)”, detalla el MRI.

Las proteínas Bt son altamente específicas para las plagas que controlan y hay, por el momento, seis disponibles comercialmente (Cry1Ab, Cry1F, Cry1A.105, Cry2Ab, Cry1Ac y Vip3A) para control de lepidópteros.

Resistencia

Es importante considerar que cuando una población de insectos es expuesta repetidamente a altas concentraciones de ciertos insecticidas, tales como las proteínas Bt, puede desarrollar mecanismos de resistencia. La resistencia de insectos a las proteínas Bt significa la pérdida de eficacia de control y de los beneficios que aporta esta tecnología, lo que implica volver a las prácticas tradicionales de control de insectos que son menos eficientes, más engorrosas, y de mayor impacto ambiental.

La biotecnología, y en particular Monsanto, lograron en 1987 incorporar al genoma del maíz normal una proteína natural Cry IAb, que posee la bacteria Bacillus thuringensis (Bt).

El MRI destaca: “Los primeros cultivos Bt expresaban sólo una proteína y la tendencia, hoy en día, es apilar genes para ampliar el espectro de control y contribuir a retrasar la selección de resistencia. Como el desarrollo de nuevas tecnologías Bt requiere de varios años y grandes inversiones, no son fáciles de reemplazar en el corto o mediano plazo. Es clave destacar que no habrá nuevas proteínas Bt en el mercado hasta 2025 y, por lo tanto, es crítico proteger las que tenemos”.

Manejo de resistencia de insectos

Los programas de Manejo de Resistencia de Insectos (MRI) son programas destinados a retrasar la evolución y selección de resistencia de insectos a las tecnologías Bt o a cualquier otra práctica de control. Se basan fundamentalmente en manejar, dentro del marco del Manejo Integrado de Plagas (MIP), los factores que favorecen la selección de resistencia para mantener muy baja la frecuencia de individuos resistentes a nivel del lote.

Son un conjunto de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) que incluyen rotación de cultivos, correcta elección de la tecnología con base en fecha de siembra y plaga principal, buen control de malezas y tratamiento de rastrojos (para evitar una población inicial de insectos elevada), siembra de refugio, buena implantación del cultivo (que puede mejorarse con el uso de semilla tratada), monitoreo periódico de plagas tanto en la porción de lote Bt como en el refugio y control de la plaga cuando se alcancen los umbrales recomendados.

Barbecho

Para proveer adultos susceptibles que puedan cruzarse con los resistentes generados en la porción Bt del lote. La descendencia de estos cruzamientos es controlada por la tecnología.

La preparación del lote antes de la siembra es de fundamental importancia en un programa de MRI. Larvas grandes provenientes de malezas y rastrojos pueden migrar al cultivo Bt y causarle daños sin llegar a ser controladas totalmente por la tecnología.

Refugio

Una buena implantación se refiere a tener la cantidad de plantas por hectárea adecuada y en óptimas condiciones sanitarias. La implantación rápida y vigorosa del cultivo, tanto de la porción Bt como del refugio dentro del lote, da como resultado cultivos uniformes temporal y espacialmente. Para lograr un cultivo uniforme es clave asegurarse que tanto la humedad como la temperatura del suelo sean óptimas para la germinación y deben protegerse las semillas y/o las plántulas en sus primeros estadios mediante un adecuado tratamiento de semillas.

Implantación

Monitoreo y control

Monitorear el cultivo durante todo el ciclo para conocer la incidencia y severidad del ataque de todas las plagas y aplicar insecticidas, u otras estrategias de control, cuando el daño alcance un umbral preestablecido para cada plaga/cultivo, tanto en el refugio como en el cultivo Bt. El monitoreo es clave para detectar daños inesperados en forma temprana e iniciar un programa de contención de dispersión del posible foco de resistencia.

Rotación de cultivos

La rotación de cultivos es importante para:

– Reducir la población de insectos plaga, ya que los insectos plaga de un cultivo generalmente son distintos de los insectos plaga que afectan al siguiente cultivo en la rotación.

– Mejorar el control de insectos y malezas al poder rotar modos de acción de insecticidas y herbicidas.

– Mantener las propiedades fisicoquímicas del suelo, que favorecerán la buena implantación y estado general de los cultivos.