En una entrevista publicada en El Tribuno Campo, Pablo Padilla, presidente de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (Acnoa), se refirió a la coyuntura por la que atraviesa el sector limonero.
Pablo Padilla, presidente de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (Acnoa), analizó el contexto en el que se está desempeñando el sector limonero del noroeste argentino.
¿Es una buena noticia la exportación de limones a Vietnam?
Una golondrina no hace verano, pero sí. La verdad es que la actividad constantemente está buscando expandir fronteras. El protocolo fitosanitario para el mercado de Vietnam lo tenemos listo desde 2019, pero por la pandemia y los conflictos logísticos que había debido al costo de los fletes marítimos, tanto la exportación a China como a estos mercados no pudieron tomar el auge que esperábamos. Pero es muy importante haber llegado, haber llegado bien y que el limón argentino esté en el mercado.
No le quiero quitar impacto a la noticia, está muy bueno; el sector es emprendedor, busca, abre fronteras, va para todos lados, pero si seguimos con esta falta de competitividad y dificultades que tenemos, no hay incentivos para la expansión de mercados. Si con cada caja que exportamos perdemos plata el negocio no es bueno.
¿Cómo ven el clima?
Todavía es temprano. En Tucumán está lloviendo, en Salta no tanto, pero tuvimos alguna lluvia de unos 20 mm, que es fuera de lo normal para esta época. Si se mantienen las lluvias, de acá en adelante, estamos normal.
En Salta y Jujuy es un cultivo riego dependiente; de Metan al norte no se puede producir cítricos sin riego, salvo pequeños lugares. Y hoy, con el incremento de las tarifas eléctricas y el valor de la producción, hay gente que deja de regar. Hace más de un mes le planteamos al ministro de la Producción de Salta, Martín de los Ríos, de ver alguna tarifa diferencial, ya que es una actividad electrodependiente en la provincia.
¿Ven que esto sea posible?
Hasta ahora no tuvimos respuesta, nos dicen que están trabajando. Nosotros comentamos lo que se está haciendo en Tucumán, donde se dictó la emergencia citrícola provincial, que tiene efectos principalmente impositivos para palear la mala situación. En Salta quedaron que lo iban a analizar.
La idea era dictar la emergencia visibilizar el problema del sector y hacer gestiones a nivel nacional con una agenda de cinco pedidos para tratar de salir de esta situación.
¿Cuáles son esos pedidos?
Primero, desde Acnoa pedimos la declaración de la emergencia nacional que permite liberar la presión fiscal que hoy es tremenda.
Segundo, pedimos fondos para el programa de certificación de exportación y de barreras fitosanitarias, que son sostenidas 100 % por el sector privado, con una erogación mayor a los 500 millones de pesos anuales. Al sector, que está con números de quebranto, se le hace muy difícil sostener estos costos; entonces, pedimos un aporte no reintegrable a la Asociación Fitosanitaria del NOA para aliviar la carga económica sobre el productor.
El tercer punto es la quita de retenciones a la cascara y el aceite, que están fuera de norma, porque los productos con valor agregado en las economías regionales no deberían estar grabados. Nos dicen que por un error en la posición arancelaria o por distintos motivos, eso quedó con retenciones. La realidad es que se siguen aplicando y son entre 15 y 16 millones de dólares que se le quitan al sector.
Otro punto es el retraso cambiario. Este año asumimos una paritaria del 70 % y ahora nos piden un reajuste al 100 %. La mano de obra es uno de los componentes más importantes de nuestros costos. Cuando las paritarias y la inflación corren a un ritmo del 100 % y la devaluación no llega al 45 %-50 % anual, incrementamos nuestros costos en dólares casi en un 50 % año a año. Eso nos va quitando de los mercados.
Por eso decía, buenísima la noticia de Vietnam, pero a ese país también llegan limones de Sudáfrica, China y otros países que no tienen un incremento de costos en dólares como el que nos toca afrontar no solo a los limoneros, sino a todas las economías regionales.
Los costos de exportar también se incrementaron, por ejemplo, el transporte…
Sí, en algunos destinos ese incremento es de más del 100 %. Eso lo tenemos claro, como también que esto está fuera de la capacidad de resolución de los gobiernos, pero es uno de los motivos por el cual pedimos la declaración de la emergencia, para conseguir paliativos a estas situaciones; al igual que el costo de los fertilizantes, que surge del contexto internacional de la guerra.
La realidad es que perdimos competitividad y ponemos seriamente en riesgo un liderazgo que tenemos a nivel mundial.
En Tucumán se escucha de 3, 4, 5 mil hectáreas que están pasando a caña de azúcar y otras están directamente siendo abandonadas, lo que genera un foco infeccioso en un montón de temas fitosanitarios, incluido el HLB en el que invertimos mucho y con esfuerzo para que no entre en la región.
El último punto que pedimos son fondos para investigación y desarrollo. Junto con la Estación Obispo Colombres trabajamos en la búsqueda de nuevos usos para los derivados industriales del limón, como el ácido cítrico. Avanzamos, con una planta piloto y a nivel de laboratorio, en la obtención de pectina, bioflavonoides, fibra alimentaria, en la separación de los aceites para desarrollar el mercado de terpenos, para tratar de atenuar el impacto de los excedentes en los precios.
Los valores industriales llegaron a caer hasta un 60 % en los últimos dos años y eso está impactando fuertemente en la actividad. Por eso se vieron fotos, sobre todo en Salta, de productores tirando su producción, ya que ni siquiera cubrimos costos de cosecha.
¿Esta situación nos puede hacer perder el liderazgo a nivel mundial?
Es muy difícil reemplazar en el negocio industrial a la Argentina, ya que tiene alrededor del 70 % de participación en el mercado internacional de derivados.
En frutas frescas, como proveedor del hemisferio sur, ya perdimos, hoy el mayor exportador es Sudáfrica.
Es difícil perder el negocio industrial, porque establecer una industria lleva un poco más de tiempo. Pero, si seguimos en este camino vamos a tener menos participación, no digo al punto de llegar a la pérdida del liderazgo. Pero no vemos las medidas correctivas, cada día se hace más difícil para las empresas sostener las fuentes de trabajo, poder pagar los sueldos.
La actividad en el NOA tiene más de 50 mil trabajadores, por lo que debería estar en el radar de los dirigentes y trabajar un poco más fuerte para tratar de resolver estos problemas.
La actividad tiene expectativas de crecimiento, particularmente en Salta, pero esto las complica.
No es solo un problema del citrus. Me imagino que el tabaco tiene una incidencia de mano de obra importante, por lo que debe tener sus dificultades. El arándano, por esta razón, está desapareciendo en el norte argentino y en toda Argentina.
Salta tiene condiciones excepcionales para crecer, pero es electrodependiente, está lejos de los puertos y es mano de obra dependiente, y hoy se hace muy difícil conseguir mano de obra. Entonces, si no tenemos un tipo de cambio competitivo, es muy difícil que estas actividades, con alta demanda en mano obra, puedan crecer.
No entro en el facilismo de pedir que solo se resuelva con devaluación. El sector está exportando a Vietnam, tomando un desafío importantísimo, seguramente ese contenedor se exportó a pérdida, solo con el objetivo de hacer la experiencia y marcar territorio. El sector es pujante e innovador, pero cuando tenemos un incremento del costo en dólares se hace muy difícil.
¿Cuál es la estrategia de Acnoa para paliar la situación?
Los petitorios están elevados a los distintos funcionarios del Ministerio de Economía y de la Secretaría de Agricultura. El Gobierno de Tucumán ya declaró la emergencia citrícola provincial. Por una charla que tuvimos con el ministro de los Ríos de Salta y la secretaria Milagros Patrón Costas, aparentemente la provincia acompañaría en con una medida similar.
La idea es con el gobernador de Tucumán y en coordinación con Jefatura de Gabinete de la Nación conseguir reuniones y ver cuáles de los cinco puntos que plantemos podemos conseguir para ver cómo llegamos a la próxima campaña y esperar que algunos factores macroeconómicos se pongan más favorables y que la actividad pueda seguir funcionando y parar esta pérdida de superficie y salir del desanimo en general que tiene la actividad.
Luego, para la ley de emergencia nacional habría que sumar a los diputados de las distintas provincias, hay mucho trabajo por hacer.
Por ahí siento que no estamos tan en el radar o que no es un problema inmediato y que no está siendo atendida la problemática del sector con la intensidad que a nosotros nos gustaría.
Por: Belisario Saravia Olmos, editor de El Tribuno Campo
Fuente: El Tribuno Campo