La regulación 2023/1115 de la UE impulsa a Argentina a considerar perspectivas ambientales en su producción agrícola, destacando la importancia de la sostenibilidad.
La normativa 2023/1115 de la Unión Europea (UE) trajo consigo un remezón para las exportaciones argentinas. Diseñada para evitar la importación de bienes originados en áreas deforestadas, esta regulación está dirigiendo su atención hacia una serie de productos, y en particular, hacia algunos que son esenciales para la economía argentina, como los derivados del ganado bovino y la soja.
La Unión Europea está avanzando decididamente hacia una estrategia comercial y energética alineada con sus objetivos de sostenibilidad ambiental. En un mundo que busca cadenas de suministro más resilientes y conscientes del medio ambiente, la regulación 2023/1115 cobra sentido. En el marco del Pacto Verde Europeo, que tiene como objetivo lograr la neutralidad de carbono en Europa para 2050, esta normativa es considerada como un paso fundamental.
La regulación EUDR, que entrará en vigor el 30 de diciembre de 2024, establece que los productos importados deben demostrar que no provienen de zonas deforestadas después del 31 de diciembre de 2020. Esta norma tiene como objetivo reducir los riesgos de importar productos asociados con la deforestación, tanto legal como ilegal. Para cumplir con esta regulación, los operadores europeos deben implementar sistemas de debida diligencia que rastreen el origen de los productos y garanticen su legalidad y trazabilidad.
Impacto en la Producción Argentina
El último Informativo Semanal de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) abordó en detalle la normativa y su implicancia para los productos argentinos.
“La Argentina debe seguir con atención esta agenda de la que no es partícipe de su elaboración ni de su implementación. La Unión Europea es un socio estratégico de la República Argentina, importante inversor y destino de cerca del 10% de las exportaciones nacionales”, destaca el documento.
En 2022 la Unión Europea fue destino del 12% de las carnes y los cueros bovinos exportados por la Argentina. El 20% del comercio exterior de harina de soja argentino tuvo por destino este bloque comercial, lo que en conjunto lo convierte en el principal comprador del primer producto de exportación de la Argentina.
La deforestación estuvo en la agenda de la última reunión entre presidentes de China y Brasil este año. Además, Indonesia y Malasia también esperan intensificar el control y ordenar sus cadenas de producción con riesgos de deforestación, en tanto son responsables de más del 85% del comercio mundial de aceite de palma.
“En este sentido, puede esperarse que en el mediano plazo comiencen a esbozarse iniciativas similares a las de la UE en estos países. Tomando en conjunto estos destinos mencionados, se puede apreciar que representan el 72% de las exportaciones de carnes y cueros bovinos, el 36% de la harina de soja exportada y el 88% del poroto de soja que se vende al exterior”, ahonda el informe de la BCR.
Perspectivas y Desafíos
La regulación de la UE no solo afecta a Argentina, sino que también establece un precedente que podría influir en otros países. La implementación de regulaciones similares en otros países como Estados Unidos podría tener un impacto significativo en el comercio global de commodities agrícolas.
A pesar de los desafíos que presenta en términos de trazabilidad y cumplimiento, esta normativa también ofrece oportunidades. Argentina tiene la posibilidad de demostrar compromisos adicionales con prácticas agrícolas sostenibles y responsables a los que hoy ostenta. Algunas iniciativas como el Plan Argentino de Carbono Neutro o la Red de Buenas Prácticas Agropecuarias son algunos de los esfuerzos que se llevan adelante para que el país se convierta en un proveedor confiable en un mundo cada vez más preocupado por la sostenibilidad.