El INTA Cafayate trabaja en el adecuado manejo de la plaga, en torno a una técnica denominada “Trampeo masivo”. El 17 de agosto se realizará la 5ª Jornada de Manejo de Plagas y Enfermedades en Vid y Frutales en los Valles Calchaquíes.
La mosca de la fruta es una plaga que genera daños en los frutos, provocando pérdidas importantes de rendimiento y calidad. El problema se genera cuando la hembra coloca sus huevos en el interior de los frutos, a través de un órgano llamado ovipositor. De los huevos emergen larvas (gusanos) que se alimentan de la pulpa de los frutos; además, generan daños indirectos ya que por el orificio que deja la postura de los huevos, ingresan otros patógenos (como hongos y bacterias) que luego dan lugar a la podredumbre de estos. Esto último, provoca que la planta confunda los frutos enfermos con frutos maduros, generando así una caída anticipada al suelo.
Dichas complicaciones no solo se dan en los frutales sino también en la viticultura; desde la Agencia de INTA Cafayate, dependiente del INTA Salta, se investiga desde hace aproximadamente 10 años, sobre cómo utilizar diferentes estrategias de control para esta plaga. “Para su manejo, realizamos ensayos en fincas de productores, utilizando una técnica que se la conoce como “trampeo masivo”, que consiste en colocar botellas descartables perforadas, y que adentro tienen un atrayente alimenticio. Para ello, usamos el fosfato di amónico como cebo de atracción; de esta manera, tanto hembras como machos, se ven atraídas e ingresan al envase, quedando atrapadas antes de la copula y así se disminuye la población y en consecuencia los daños en los frutos”, detalló la ingeniera agrónoma. Karen Salguero del INTA Cafayate.
Por lo general, para viñedos se recomienda una distribución uniforme de botellas, colocando unas 100 unidades por hectárea. En cambio, en los frutales es recomendable colocar de 1 a 3 trampas por cada árbol frutal, dependiendo del tamaño de la planta. “Repetir esta técnica permite que año a año se mejore la producción, evitando así la caída de frutos o podredumbre de estos”, comentó la especialista.
Desde el INTA Salta se acompaña constantemente a los productores, ya que el manejo y tratamiento de esta plaga es una de las demandas más importantes de la región. “Hemos probado ensayos en distintas zonas y con distintos tipos sociales agrarios, que van desde pequeños productores diversificados que no solo tienen vid, sino que también tienen frutales de carozo y pepitas, hasta productores medianos y grandes. Luego de varios años de experiencias, podemos decir que los resultados son muy buenos, sobre todo si el uso de esta técnica se hace año a año”, dijo la profesional.
“En la vid, esta técnica debe ser colocada a mediados de diciembre, cuando la fruta está llegando a su máximo tamaño y todavía no está madura. En el caso de los frutales de carozo y pepita, la idea es poner las trampas antes de que empiecen a madurar (cambio de color), para así bajar la cantidad de plagas en el ambiente (dependiendo del frutal desde octubre a diciembre). Esto es clave porque cuando la fruta alcanza su estado de madurez, la mosca elige la fruta antes que la trampa”, remarcó Karen Salguero. La superación de los umbrales antes mencionados, indicarían la necesidad de aplicación de algún fitosanitario; en cambio, si el umbral no se supera, son las mismas trampas las que realizan el manejo de la plaga.
Una recomendación clave para el buen funcionamiento de estas trampas, es renovar cada 30 días el fosfato di amónico de las botellas ya que pasados esos días pierde efectividad.
Jornada sobre plagas y enfermedades
Según sus palabras, si se utiliza esta técnica a lo largo de 3 años o más, la necesidad de aplicación de productos fitosanitarios es casi nula. Debido a los elevados niveles poblacionales de la zona, al inicio del uso de esta técnica, a veces es necesaria la aplicación de determinados productos, como lambdacialotrina o spinosad. El mismo debe hacerse solamente cuando se superan ciertos umbrales de daño; en el caso de los frutales de carozo y pepita, el umbral estaría entre 7 y 10 capturas de moscas en cada botella en una semana (equivale a 1 MTD). En el caso de la vid, como se trata de un racimo donde puede dañarse una baya, pero el resto del racimo puede estar sano, el umbral se eleva de 35 a 40 moscas por trampa por semana (equivale a 5 MTD).
El 17 de agosto, en las instalaciones del Balneario Municipal de Cafayate, el INTA Cafayate organizará la 5ª Jornada de Manejo de Plagas y Enfermedades en Vid y Frutales en los Valles Calchaquíes.