Con la designación del 2023 como Año Internacional del Mijo, la FAO dedica este año a la intensificación de los esfuerzos de producción de este cultivo.
Al tiempo que los sistemas agroalimentarios mundiales hacen frente a dificultades para alimentar a una población mundial en constante crecimiento, los cereales resilientes, como el mijo, ofrecen una opción asequible y nutritiva, y deben intensificarse los esfuerzos para promover su cultivo.
Este fue el mensaje que se transmitió en la ceremonia inaugural del Año Internacional del Mijo (2023), celebrada el 6 de diciembre en la Sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El término “mijo” abarca un grupo diverso de cereales en el que se incluyen el mijo perla, el mijo común, el mijo de cola de zorra, el mijo japonés, el mijo pequeño, el mijo koda, el mijo marrón, el mijo africano y el mijo de Guinea, así como el fonio, el sorgo (o gran mijo) y el tef. Es una fuente de nutrición importante para millones de personas del África subsahariana y de Asia. Está profundamente arraigado en la cultura y las tradiciones de los pueblos indígenas y puede ayudar a garantizar la seguridad alimentaria en las zonas en las que tiene pertinencia desde un punto de vista cultural.
“El mijo abarca increíbles cultivos ancestrales con un alto valor nutricional. Puede desempeñar un importante papel y contribuir a nuestros esfuerzos colectivos por empoderar a los pequeños agricultores, lograr el desarrollo sostenible, eliminar el hambre, adaptarnos al cambio climático, promover la biodiversidad y transformar los sistemas agroalimentarios”, dijo el QU Dongyu, director general de la FAO, a los asistentes al acto, que se celebró en modalidad híbrida.
Una mayor producción de mijo puede apoyar los medios de vida de los pequeños agricultores y puede ofrecer empleo decente a las mujeres y los jóvenes. Los ingresos generados pueden impulsar el crecimiento económico. Gracias a la posibilidad de contar con cereales saludables alternativos como el mijo, pueden mitigarse los riesgos relacionados con las perturbaciones de la producción.
El Año Internacional del Mijo (2023) y el impulso para aumentar la producción de mijo contribuirán a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
“Este Año Internacional es un oportuno recordatorio acerca de este importante cultivo. Y ofrece una oportunidad única para centrar la atención de las políticas en los beneficios que ofrece el mijo en cuanto a la salud y la nutrición, así como para sensibilizar acerca de la adecuación del mijo al cultivo en condiciones climáticas adversas y cambiantes y de las innovadoras oportunidades de mercado que ofrece para muchos países que trabajan con el mijo, con miras a beneficiar a agricultores y consumidores de todo el mundo”, afirmó el QU Dongyu.
Durante la ceremonia inaugural, Shobha Karandlaje, ministra de Agricultura de la India, pronunció un mensaje en nombre del Narendra Modi, primer ministro de la India, país que presentó la propuesta del Año Internacional y ejerce la presidencia del Comité Directivo del Año.
El Año Internacional del Mijo (2023) espera poder promover el interés del este cultivo entre los agricultores, la juventud y la sociedad civil, e impulsar a los gobiernos y los responsables de formular políticas para que den prioridad a la producción y el comercio de estos cereales.
La declaración
En su 75º período de sesiones, celebrado en marzo de 2021, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró 2023 el Año Internacional del Mijo. La FAO es el organismo encargado de celebrarlo en colaboración con otras partes interesadas pertinentes. El mijo puede crecer en tierras áridas con una cantidad mínima de insumos y es resiliente a los cambios climáticos. Así pues, constituye una solución ideal para que los países aumenten su autosuficiencia y disminuyan la dependencia de la importación de cereales.
El Año Internacional del Mijo 2023 brindará la oportunidad de concienciar sobre los beneficios del mijo para la salud y la nutrición y su idoneidad para el cultivo en condiciones climáticas adversas y cambiantes, así como de dirigir la atención de las políticas hacia estos beneficios. El Año Internacional fomentará asimismo la producción sostenible de mijo, al tiempo que pondrá de relieve su potencial de ofrecer nuevas oportunidades de mercado sostenibles para productores y consumidores.
Un cultivo con poca atención
Mijo es un nombre colectivo con el que se designa a un cierto número de plantas herbáceas anuales de semilla pequeña que se cultivan como cereales, preferentemente en tierras marginales de las zonas áridas de las regiones templadas, subtropicales y tropicales. Las diversas especies presentan diferencias en sus características físicas, calidad, requisitos edafológicos y climáticos y ciclo vegetativo.
En general, las estadísticas existentes sobre el mijo son deficientes y fragmentarias. Son muy pocas las estadísticas nacionales que distinguen entre las diferentes especies botánicas. En algunos países, los datos correspondientes al mijo se presentan junto con los del sorgo y otros cereales e incluyen al mijo en la categoría general de “otros cereales secundarios” y, por otra parte, muchas de las estadísticas son sólo estimaciones aproximadas.
Adaptación
El mijo se adapta mejor que la mayor parte de los demás cultivos a los suelos áridos e infértiles, por lo cual se cultiva frecuentemente en condiciones extremas, por ejemplo, de elevadas temperaturas, precipitaciones escasas e irregulares, período de crecimiento corto y suelos ácidos e infértiles con escasa capacidad de retención de agua.
Casi todas las especies de mijo tienen un sistema radicular fuerte y profundo y un ciclo vegetativo corto y crecen rápidamente cuando hay humedad. Gracias a ello pueden sobrevivir y producir pequeñas cantidades de grano en zonas donde las precipitaciones no superan los 300 mm. Las cifras correspondientes al sorgo y el maíz son de 400 y 500-600 mm, respectivamente.
Algunas especies (el mijo perla y el mijo proso) toleran también temperaturas más elevadas que el sorgo y el maíz, aunque no soportan tan bien como el sorgo largos períodos de sequía.
Sistemas de producción
El mijo es, en casi todas las regiones del mundo, un cultivo de subsistencia para el consumo local. No sólo se cultiva por el grano, sino también como pasto, como forraje verde o para el ensilaje. La ganadería es un componente importante de la mayor parte de los sistemas de producción de mijo y los residuos del cultivo tienen gran importancia para el suministro de forraje.
En los países en desarrollo, el cultivo del mijo es extensivo y la aplicación de tecnologías mejoradas es limitada, salvo en algunas de las regiones agrícolas de la India con un mayor grado de comercialización. Normalmente, el mijo se cultiva sin fertilizantes y sin riego en suelos ligeros y bien drenados pobres en materia orgánica. Cuando disponen de agua de riego, los agricultores prefieren cultivar otros productos más rentables. También se cultivan en régimen de regadío cultivares de mijo de ciclo corto, antes o después de otros cultivos de mayor valor, en aquellos lugares en los que la temporada es lo bastante prolongada como para que sea posible plantar dos cosechas.
Por estos motivos y por otros los rendimientos del mijo suelen ser más bajos que los de otros cereales (que se cultivan en condiciones más favorables). Aunque el mijo ocupa aproximadamente el 5 % de la superficie cerealera del mundo sólo aporta el 1, 5 % de la producción de cereales. Además, los rendimientos presentan oscilación interanual.