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Manejo de pulgón amarillo del sorgo, una plaga que se consolida

Recomendaciones para el monitoreo y control de este pulgón que requiere un enfoque de manejo integrado y conocimiento de su biología.

Resurgido hace un poco más de una década en el norte de México y el sur de Estados Unidos, desde entonces el pulgón amarillo del sorgo fue avanzando a paso firme hacia el sur y hacia finales de 2020 y principios de 2021 llegó a nuestro país. Inicialmente, se identificó como el “pulgón de la caña de azúcar” (Melanaphis sacchari) debido a su similitud morfológica, pero estudios moleculares posteriores revelaron que se trataba de una especie distinta: Melanaphis sorghi, con una marcada preferencia por el sorgo.

Dado que es una plaga reciente, su adaptación a las condiciones locales sigue siendo objeto de investigación, incluyendo las consecuencias de El Niño sobre la dinámica de sus poblaciones.

Morfología y biología

Este pequeño insecto se caracteriza por tener una tonalidad general amarilla y los sifones, las puntas de las antenas y los tarsos de un color negro intenso o muy oscuro. Es común encontrarse con colonias que presentan diversos colores. En verano, durante la época de activo crecimiento del sorgo, presentan un color más vivo y fuerte, mientras que a la salida del invierno, tienden a tonalidades más oscuras, como amarillos mostazas o grisáceos.

En zonas tropicales su reproducción es asexual mediante partenogénesis, con una alta tasa de fecundidad, lo que contribuye a su rápida proliferación. El ciclo del pulgón se completa en 10 a 40 días y abarca cuatro estadios juveniles hasta alcanzar la adultez.

Su desarrollo está fuertemente condicionado por la temperatura, siendo óptimo entre 22 y 25 °C, aunque puede cumplir su ciclo en un rango entre 8 y 37 °C. Por encima de los 38 °C las poblaciones se ven muy afectadas, por el contrario pueden soportar heladas de hasta -4 °C por periodos de 12 horas. Esto le permite al pulgón pasar el invierno como adulto refugiado en plantas de Sorgo de Alepo, su hospedero principal en esa época. Esto posibilita la permanencia en los sistemas productivos, constituyendo la primera fuente de infestación, de forma permanente en lotes y alrededores.

Monitoreo

Según los especialistas, su presencia siempre comienza con colonias aisladas pequeñas, que luego se vuelven más compactas y densas ocupando todo el envés de las hojas. Este proceso puede desarrollarse y “explotar” en tan solo dos semanas, por eso el monitoreo semanal desde los estadios iniciales de cultivo es crucial para no llegar tarde.

Los ataques se manifiestan desde las hojas inferiores hacia arriba, hasta llegar a la hoja bandera. La presencia de una gran cantidad de pulgones provocan ataques intensos que generan melaza, una sustancia azucarada que los pulgones excretan al no poder digerir toda la savia que succionan. Esta melaza atrae a numerosos insectos y también sirve como sustrato para el crecimiento de fumagina, complicando la fotosíntesis activa y potencialmente la cosecha debido a problemas mecánicos.

Umbral de tratamiento

Las pérdidas son más significativas en etapas vegetativas tempranas, pudiendo causar la muerte de la planta. Posteriormente, en las fases de embuchamiento o prefloración, los ataques pueden afectar severamente al número de granos o perjudicar la emisión de panoja. Durante la etapa de llenado, los ataques intensos afectan al peso de granos. Esto no solo conlleva a una disminución del rendimiento, sino que también puede causar problemas en la comercialización debido al incumplimiento de los estándares de calidad.

Según estudios en EE. UU. y México, con 50 a 100 pulgones por planta, hay una disminución del 10 % en el rendimiento, y cada hoja dañada resulta en una pérdida adicional del 8,5 %. Se establece un umbral de tratamiento para el país, alrededor de 50 pulgones por hoja en el 20 % de las plantas monitoreadas, aunque este umbral es dinámico y varía según diversos factores como el producto utilizado, el precio del sorgo, la maquinaria, entre otros.

Como referencia útil, 50 pulgones equivalen aproximadamente a una colonia del tamaño de la uña de un pulgar o una moneda de 1 peso. Se sugiere muestrear semanalmente cinco puntos de 10 plantas, no contiguas. En cada planta se deben observar dos hojas, la primera verde del estrato inferior y la anteúltima desarrollada del estrato superior. El umbral se alcanza si al menos el 20 % de las plantas presentan 50 pulgones por hoja en alguna de las dos hojas, indicando la necesidad de control.

Híbridos tolerantes

“La base para el manejo del pulgón es la elección correcta del híbrido, esto es, sembrar híbridos tolerantes”, señala la doctora Adriana Saluso, investigadora del INTA Paraná y profesora adjunta de la FCA-UNER.

Existen híbridos de sorgo con comportamiento superior frente a la plaga, cuyas paredes celulares no son tan sensibles a las enzimas que inyecta el pulgón para disolverlas. Dado que la reducción de la población de la plaga -y por ende el riesgo para la planta- no es completa, se los denomina “híbridos tolerantes”.

La especialista comenta que incluso en muchos casos el uso de materiales tolerantes no permitió llegar al umbral de acción. “Estamos viendo en ensayos que en algunas zonas del país hay años que no es necesario controlar químicamente”, agregó.

El uso de estos materiales hace que la tasa de crecimiento del pulgón sea considerablemente más lenta, lo que permite evitar algunos controles químicos y favorece la presencia de controladores benéficos.

Estrategias químicas

En cuanto al control químico es importante destacar que hasta el momento no existen productos registrados para el control de esta plaga (Senasa, enero 2024). En el 2021 el Senasa, mediante la declaración de emergencia, autorizó un listado de activos a utilizar, con un plazo de vencimiento al 31 de mayo del 2023, pasado este periodo no se renovó esta medida. Hay compañías que solicitaron la ampliación de registro para poder utilizar sus activos para el control de esta plaga en sorgo.

Es crucial considerar el lapso entre el monitoreo y la aplicación del insecticida, ya que pueden transcurrir varios días, permitiendo que las poblaciones superen ampliamente el umbral establecido. A pesar de alcanzar eficacias del 80 %, existe la posibilidad de volver a superar el umbral en pocos días. Al superar dicho umbral, se recomienda aplicar tratamientos cuando las poblaciones sean mínimas, especialmente dada la alta tasa de reproducción de la plaga, que propicia una reinfección constante durante el ciclo del cultivo, a menos que ocurran fenómenos climáticos adversos.

Es importante destacar que, incluso con un monitoreo riguroso, la elección adecuada del agente y una aplicación de calidad, puede ser necesario realizar múltiples tratamientos para el control de esta plaga. En la Tabla 1 se listan los principios activos evaluados por especialistas en nuestro país para el control de pulgón amarillo del sorgo.

Si bien esta especie puede considerarse como “sencilla” de eliminar químicamente con varios de los activos listados, su control presenta desafíos debido a su tasa de reproducción y a su ubicación en el envés de la hoja y el tercio inferior. Esto dificulta el uso de productos de volteo, como los piretroides o carbamatos.

Sulfoxaflor es una alternativa de producto sistémico y selectivo que respeta a los insectos benéficos y se recomienda en situaciones iniciales de infestación. La calidad en la aplicación es crucial, destacándose la necesidad de gotas más pequeñas para mejorar el alcance, especialmente en aplicaciones aéreas con productos costosos. Asimismo, el uso de coadyuvantes que reduzcan la tensión superficial es esencial para mejorar la eficiencia y proteger las gotas.

Es importante no depender exclusivamente de un producto, por lo que se hace necesaria la colaboración entre las partes involucradas para ampliar los registros de productos.

Otras herramientas de manejo integrado

Este pulgón tiene una gran diversidad de insectos benéficos que actúan como depredadores y parasitoides; como las vaquitas, las crisopas, larvas de mosquitas sírfidas, entre las más comunes. La elección de variedades puede influir en la eficacia del control biológico frente a la plaga. A pesar de la presencia de controladores biológicos, su eficacia se ve limitada por las explosiones poblacionales.

Como manejo cultural, se puede mencionar la eliminación de reservorios de plaga, como el Sorgo de Alepo y rebrotes de cultivos cercanos. También se sugiere gestionar la fecha siembra considerando que las fechas tardías pueden aumentar la incidencia de pulgones. Además, puede considerar el uso de curasemillas que permiten la protección temprana.

Manejar esta plaga presenta un desafío, ya que su control efectivo va más allá de las estrategias químicas. Se destaca la importancia de comprender su desarrollo y utilizar diversas herramientas. Se recomienda una combinación de híbridos tolerantes para mantener bajos los umbrales, potenciar el control biológico y optimizar las medidas químicas. El monitoreo periódico de los lotes es el primer paso de este enfoque integral.

Fuente: Aapresid