Desde el lote, tres técnicos describen cuál es su estrategia efectiva para el control de malezas difíciles en una zona que multiplica desafíos.
Macarena Ramos es ingeniera agrónoma y productora agropecuaria. Tiene 29 años y muchas ganas de llevar adelante una agricultura sostenible en su campo de Gobernador Garmendia, en el departamento de Burruyacú, provincia de Tucumán. Para ella, al igual que ocurre con los productores de todo el país, la problemática de las malezas representa uno de los principales desafíos y no duda en compartir su experiencia de manejo en el ciclo de testimoniales #MiCampoEsTestigo, de UPL Argentina.
“Según la Red de Manejo de plagas (REM) de Aapresid, la presencia de malezas difíciles en los lotes lleva el costo del manejo de 18 a 120 dólares por hectárea”, cita alarmada la productora del este tucumano, cerca del límite interprovincial con Santiago del Estero. Y dice que, para una zona como el NOA, con potenciales de rendimientos menores a los de la zona Núcleo, el impacto en el margen bruto es considerable. También destaca un problema adicional que sufre por estar cerca de la serranía del pedemonte: “La particularidad en el relieve hace que en años de muchas precipitaciones se produzcan arrastres de semillas de malezas hacia lotes productivos limpios, abasteciendo el banco de semillas”.
Las malezas que más complican en la región son las especies latifoliadas como el Yuyo colorado o Ataco, el Bejuco y la Malva blanca, y gramíneas como sorgo de Alepo, Eleusine y Echinochloa colona. Ramos destaca la evidencia de biotipos resistentes, en particular de Sorgo de Alepo al glifosato y de Eleusine índica a los graminicidas FOP y DIM. “En un lote sucio, la maleza tiende a ser más eficaz que el cultivo en el aprovechamiento de los recursos”, acota.
Por eso, Ramos recomienda centrar los esfuerzos en la etapa de barbecho químico, posicionando adecuadamente al herbicida preemergente. Desde un rastrojo de maíz con antecesor trigo, la joven productora relata que para controlar las malezas estivales hizo un barbecho con glifosato + 2,4D + fluroxipir, enfocado en el control de Yuyo colorado, Malva y Bejuco. Luego, para manejar el Sorgo de Alepo resistente al glifosato utilizó Select de UPL (cletodim). Y al momento de la siembra del maíz utilizó el herbicida Dinamic (amicarbazone al 70%) de UPL, en preemergencia del cultivo. Lo usó junto a Strim UPL (S-metolachlor). Luego sumó Paraquat como herbicida quemante. “El objetivo de esta mezcla fue hacer un “reseteo total”, en caso de hubiese algún escape en el barbecho, y proporcionar un doble golpe a la maleza en proceso de control”, aclaró la productora.
¿El resultado? “Un lote totalmente limpio, sin restos de malezas estivales aún después de cosecha”, remarca la productora destacando “la efectividad y la residualidad que presentó la mezcla preemergente, la flexibilidad de aplicación y el control total en Yuyo colorado, sin escapes”.
En la zona, Ramos trabaja con el distribuidor de UPL Yungas Agroinsumos. Ezequiel Demichellis, el asesor técnico de la firma explica que “el herbicida preemergente Dinamic ha funcionado muy bien en los lotes de maíz para controlar “el Ataco (o Yuyo colorado) y el Bejuco”. Pero también recomienda Tripzin (mezcla de pendimethalin + metribuzin) para el control de malezas gramíneas y latifoliadas en el cultivo de soja. Y destaca que “otros productos muy demandados en la región son Strim UPL (S-Metolachlor), Select (cletodim) –que tiene muy buena formulación y eficiencia en el control–, y Lifeline (glufosinato de amonio) para el control de latifoliadas y gramíneas en maíces y sojas resistentes a este activo”.
Como recomendación de manejo en la zona, Demichellis insiste en que primero hay que definir cuál es la maleza clave en cada lote y conocer su dinámica. “De esa manera, sabremos cuál es la mejor opción para controlarla. Yo hago mucho hincapié en el control sistémico y luego un control preemergente para evitar tener malezas en el lote y controlar la mayor cantidad de pulsos de emergencia”, argumenta.
Adrián Hassan es el referente de UPL en la región y explica que Dinamic es un herbicida selectivo para maíz, con acción preemergente y varias ventajas para el control de malezas típicas del NOA: “Se destaca por la flexibilidad de aplicación tanto en presiembra como en preemergencia del cultivo; el control preemergente de las malezas ante sucesivos flujos de nacimientos y su adaptación a condiciones ambientales restrictivas de sequías y altas temperaturas”. El técnico también destaca la excelente residualidad, de 50 a 70 días, lo que permite tener un cierre de cultivo limpio para evitar los nacimientos de malezas en el lote, sin quedar retenido en el rastrojo.
Desde UPL, la propuesta es utilizar Dinamic en la preemergencia del cultivo junto con Strim UPL (S-Metolachlor). “Nuestro objetivo principal es llegar a cosecha con el lote libre de malezas, aprovechando la residualidad característica de Dinamic en la preemergencia”, finaliza Hassan.
Para Ramos, la clave es no generalizar el manejo. “Cada lote tiene que ser tratado como una unidad productiva y diseñar una estrategia acorde a la problemática que tenemos en cada uno. Por eso resulta fundamental seguir la dinámica de las malezas problema, respetar las buenas condiciones de aplicación, atender el tamaño de las malezas, y seguir la dosis de marbete”, insiste la productora.
Fuente: UPL