Los principales países productores de maíz del mundo señalan que un decreto mexicano que limita el maíz genéticamente modificado (GM) carece de base científica.
Maizall, la Alianza Internacional de Productores de Maíz, expresó su satisfacción tras la publicación del informe final del panel del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) respecto a las medidas biotecnológicas impuestas por México. El fallo, dado a conocer el paso 20 de diciembre, respaldó la postura de Estados Unidos frente al decreto mexicano de 2023, que prohibía la importación de maíz genéticamente modificado (GM) para consumo humano y buscaba eliminar gradualmente su uso en alimentación animal y aplicaciones industriales.
El panel concluyó que el decreto carecía de base científica y desestimaba décadas de evidencia sobre el uso seguro y comercialización de maíz GM. Según Bernhard Kiep, presidente de Maizall, “los cultivos biotecnológicos, cultivados comercialmente desde 1996, cuentan con 28 años de trayectoria sin impactos adversos comprobados en la salud humana, animal o en el medio ambiente”. Además, destacó que la innovación basada en la ciencia es fundamental para garantizar la seguridad alimentaria y promover prácticas agrícolas sostenibles, como la conservación del suelo y la reducción del uso de pesticidas y maquinaria pesada.
En Argentina, Brasil y Estados Unidos, así como en más de 70 países, cada evento biotecnológico es sometido a rigurosos procesos de evaluación científica para garantizar la seguridad ambiental y alimentaria. Estos procesos han permitido demostrar los beneficios económicos, operativos y ambientales de los cultivos GM, según señaló Kiep.
Maizall exhortó al gobierno mexicano a acatar el fallo del T-MEC, subrayando que los agricultores de Argentina, Brasil y Estados Unidos no abandonarán la producción de maíz genéticamente modificado, dado su respaldo global y sus ventajas comprobadas. Maizall agrupa a los productores de maíz de Argentina, Brasil y Estados Unidos, quienes representan el 50% de la producción mundial de maíz y entre el 70% y 80% de las exportaciones globales. Más del 95 % del maíz cultivado en estos países es genéticamente modificado.