D&E mostró los modelos Agras T25P, T70P y T100. Con una red de distribuidores y talleres en el norte, apunta a combinar tecnología, capacitación y servicio postventa.
La compañía argentina D&E AgTech, con 35 años de trayectoria en el mercado y reconocida por representar marcas líderes a nivel global en soluciones tecnológicas para el agro, desembarcó en el Congreso Aapresid 2025 con una amplia propuesta de productos. Entre sus principales líneas se destacan: Siembra, con los dosificadores neumáticos de comando eléctrico de la firma brasileña J.Assy; Agricultura de Precisión, a través de PTX Trimble, que ofrece sistemas de guiado para tractores, pulverizadoras y cosechadoras; y Aplicación Selectiva, con el equipo Weed Seeker, que permite realizar pulverizaciones puntuales.
La gran novedad fue la presentación de los drones de DJI, marca de la que D&E es Master Dealer. El evento en La Rural fue el marco elegido para mostrar los modelos lanzados a nivel global el pasado 15 de julio. Aunque ya se encuentran en el país, aún no están disponibles para entrega inmediata. Desde la empresa indicaron que se están realizando ensayos y pruebas, con la expectativa de lanzarlos al mercado entre septiembre y octubre.
Roberto Catalá, gerente Comercial de la División de Drones de D&E, indicó que desde hace dos años trabajan con los drones DJI y que, en el norte del país, cuentan prácticamente con la exclusividad de ventas, respaldada por una red de más de diez distribuidores. “En cada punto de venta no solo se comercializan drones, sino que también se dispone de talleres propios para mantenimiento y reparaciones”, destacó.
Asimismo, remarcó que el productor necesita una solución integral: “No basta con ofrecer el producto; es fundamental el acompañamiento agronómico y un servicio postventa sólido”. En este sentido, D&E viene desarrollando talleres especializados en drones, con repuestos y asesoramiento técnico, y centros de servicio en otras líneas capaces de enviar técnicos a campo para atender las máquinas.
Catalá también subrayó la importancia de la capacitación. DJI cuenta con una división llamada Academy, y D&E está calificada para operar como academia oficial, con dos instructores formados en la DJI Academy en China. “Brindamos este servicio a nuestra red de distribuidores para que también puedan capacitar a sus clientes”, explicó.
En la academia, un operador o piloto no solo aprende a manejar el dron, sino a configurarlo con el producto adecuado, la velocidad correcta y el tamaño de boquilla correspondiente. “Queremos que el conocimiento llegue al campo y que cada dron vuele con un piloto bien preparado”, afirmó y advirtió que, sin la debida capacitación, el productor puede fracasar en la implementación y frustrarse con la compra, por lo que el entrenamiento es parte central de la propuesta de D&E.

Nuevos modelos
En Aapresid 2025, D&E presentó tres nuevos drones diseñados para optimizar las tareas en el campo: DJI Agras T25P, DJI Agras T70P y el DJI Agras T100, este último destacado por sus avances en seguridad y por su mayor tamaño.
“El Agras T100 es nuestro producto estrella y amplía significativamente el porfolio de la marca. Antes no contábamos con un nivel de tecnología así”, indicaron desde la compañía. Los Agras T25P y T70P llegan para reemplazar modelos actuales –como el Agras T50–, que continuarán en el mercado mientras haya stock. Estas nuevas versiones ofrecen mayor capacidad de carga, más autonomía de batería y motores optimizados para lograr mayor eficiencia.
“El Agras T70 es más compacto que el T100 y utiliza una configuración de 4 hélices en lugar de 8, pero conserva las mismas tasas de flujo y tamaño de gota fina que el T100, lo que asegura una calidad de aplicación equivalente. Además, ofrece una velocidad de trabajo de hasta 20 m/s, alineándose con una demanda clave del mercado: cubrir más hectáreas por hora”, describió Catalá
En materia de seguridad, el Agras T100 incorpora un sensor LiDAR que, mediante inteligencia artificial, mapea el lote y memoriza obstáculos, lo que le permite en aplicaciones posteriores reconocer el terreno y definir por dónde ingresar. Este avance, explican, mejora notablemente la operación y la protección del piloto.
Drones en el NOA
“Cuando arrancamos en el NOA, pensábamos que el mayor mercado iba a ser el intensivo. Sin embargo, al llevarlo al extensivo, vimos que hoy está 50 y 50. En el norte, con tanta diversidad y productores mixtos, que hacen extensivo e intensivo, los resultados de aplicación son muy buenos y los volúmenes de venta son importantes, incluso en comparación con otras regiones de Argentina. Si miramos países vecinos, por ejemplo Chile –que es casi exclusivamente intensivo-, el norte argentino nos da un nivel de ventas muy competitivo”, señaló Catalá.
Costos, retornos y escalas
Desde D&E aseguran que el retorno de inversión de un dron está claramente medido y varía según el tipo de usuario. Hoy, el mercado argentino se reparte de manera equitativa: un 50 % son contratistas que prestan servicios y el otro 50 % productores que operan sus propios equipos.
“En el caso de los contratistas, el repago depende en gran medida de cuánto valoren su servicio, ya que no solo requieren el drone, sino también un mezclador, dos personas para su operación (una encargada de cargar producto y baterías, y otra para pilotear) y la logística asociada”, explicó el ejecutivo de D&E. Para el productor que lo utiliza directamente en su establecimiento, el cálculo es más sencillo: con los valores actuales, estiman que la inversión se recupera en aproximadamente un año.
En cuanto a los perfiles de adopción, la empresa los representa como una pirámide: en la punta, los productores de gran escala suelen contratar el servicio a un tercero; en la franja media, los de escala intermedia compran el equipo –el segmento más numeroso-; y en la base, los pequeños productores que optan por contratar, principalmente por una cuestión de costos.
Evolución del dron agrícola
En el mercado argentino, los drones agrícolas todavía transitan una etapa inicial de inserción. Según D&E, los modelos disponibles corresponden a la sexta o séptima generación desde su lanzamiento en China, entre 2012 y 2014. “Lejos de llegar a una meseta, seguimos en plena curva de crecimiento”, remarcaron.
Si bien no hay una estadística exacta sobre la duración, la experiencia muestra que los equipos pueden mantenerse operativos mientras existan repuestos. “Mientras sigamos trayendo piezas, vas a poder mantener el drone actualizado y reparado a nuevo. El problema aparece cuando dejan de llegar repuestos y se lanza un plan de recambio para introducir nuevos modelos, algo similar a lo que ocurre con los celulares: cuando ya tenés dos generaciones anteriores, muchas veces conviene comprar el nuevo y entregar el viejo en lugar de reparar un modelo tan antiguo”, explicó Catalá.
Sobre la etapa actual de desarrollo, el gerente fue claro: “Estamos recién arrancando. Empresas como la nuestra, con 35 años en el mercado, recién ahora estamos desarrollando la red comercial. Creemos que se dará un fenómeno de venta masiva y en grandes volúmenes, como sucede con los tractores, donde en cada ciudad hay cuatro o cinco marcas”.
Los datos respaldan esa proyección. En 2024 se vendieron en Argentina entre 600 y 700 drones, un volumen similar al de pulverizadoras automotrices. Para este año, pese a un contexto económico desafiante, la proyección es de entre 1.200 y 1.300 unidades. En comparación, Brasil –con un mercado mucho más grande- comercializa unas 12.000 por año.
En el plano tecnológico, el avance es acelerado. “Venimos de un rubro tecnológico y, después de 35 años, puedo decir que es impresionante la evolución que el fabricante incorpora en cada modelo. No se trata de un simple restyling: cambia el drone entero. La inversión en tecnología es muy fuerte y la incorporación de inteligencia artificial en el agro marcará un antes y un después. Habrá cambios constantes y tendremos que adaptarnos a ciclos de recambio más rápidos, porque es lo que nos permitirá ser más eficientes”, afirmó.