Desde Casafe recomiendan prácticas para cuidar a la planta de vid y garantizar su calidad e inocuidad.
Cuando nos juntamos a disfrutar de un asado con nuestra familia o amigos, contribuimos al desarrollo de las cadenas agroalimentarias de nuestro país. El pan, la carne y las verduras para las ensaladas son algunos de los productos que no pueden faltar en nuestra mesa. Sin embargo, no podemos dejar de lado el momento que da inicio a la comida: el brindis con una copa de buen vino argentino.
Algunas personas creen que brindar permite eliminar los malos espíritus del ambiente. Otros creen que es un momento de unión en el que se comparten los buenos deseos con quienes nos rodean. Pero en realidad, alzar una copa de vino para brindar implica también apoyar a uno de los sectores estrella de nuestro país: la cadena vitivinícola.
De las 250.881 plantaciones que hay en Argentina, el 6 % cultiva vid. Se trata de un cultivo federal y en constante crecimiento, ya que está presente en la mayoría de las provincias de nuestro país. Una de las regiones que ha marcado un notable crecimiento en lo que respecta a la vid, es el NOA, integrado por Salta, Jujuy y Tucumán.
Según un estudio del Instituto Nacional de Vitivinicultura, en 2019 se cultivaron 3.495 ha en esta región, lo cual representó más del 1,6 % del total de la superficie nacional. En los últimos 10 años, la superficie cultivada en el NOA se ha incrementado en un 32 % aproximadamente, y para fines del año 2019, había un total de 355 viñedos, representando el 1,5 % del país.
Pero a pesar de ser una cadena que crece en todas partes de nuestro país, su cultivo puede verse afectado por diversas plagas, tales como oídio, escoriosis, botritis, entre otras. Es por eso que debemos trabajar muy atentamente para cuidar a la totalidad de la planta y garantizar su calidad e inocuidad.
A continuación, enumeramos algunas de las recomendaciones a tener en cuenta para mantener a la vid sana y segura:
– Realizar periódicamente un monitoreo para verificar la presencia de plagas en el cultivo y evaluar el daño causado.
– Mantener un registro de los diversos monitoreos y las herramientas de control utilizadas.
– En caso de usar productos fitosanitarios, contar con la receta agronómica de expendio (o venta), de adquisición (o compra) y/o de aplicación, de acuerdo con la legislación de la provincia.
– A la hora de aplicar, utilizar el equipo de protección personal, leer la etiqueta del producto y medir las condiciones ambientales.
– Controlar el estado del equipo aplicador: su presión, sus boquillas, la velocidad del movimiento y el tamaño de gota.
En línea con el crecimiento de sector vitivinícola en la región noroeste de nuestro país, Casafe y el Ministerio de Producción y Desarrollo Sustentable de Salta, se encuentran realizando un ciclo de capacitaciones para aplicadores. En los encuentros se profundizará en el uso responsable de fitosanitarios y tecnologías de aplicación para el cuidado del cultivo de vid.
Son muchos los factores a tener en cuenta para lograr un cultivo sano y seguro. Pero hay uno que es transversal a todos: trabajar bajo buenas prácticas agrícolas. Solo así la cadena vitivinícola seguirá creciendo y produciendo vid de calidad. Y solo así, nuestro asado del domingo será iniciado con un brindis de buen vino argentino.
Fuente: Casafe