Misiones, Corrientes, Formosa, Santiago del Estero y Entre Ríos son las que presentan más casos cada año. La protección de perros con repelentes de larga duración es la forma más efectiva de protegerlos.
La leishmaniasis visceral canina es una enfermedad grave que puede afectar tanto a animales como a seres humanos, y que es producida por un parásito microscópico llamado Leishmania chagasi. Según la Organización Panamericana de la Salud cada año, en promedio, se registran 3.500 casos con una tasa de letalidad del 7%. Se ha detectado la enfermedad en 13 países de la región: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Uruguay y Venezuela.
Si bien la enfermedad se solía localizar en el entorno rural, con el tiempo hubo una transición epidemiológica con un aumento de casos en áreas urbanas. En Argentina, se ha detectado en las provincias de Misiones, Corrientes, Formosa, Santiago del Estero y Entre Ríos son las que presentan más casos cada año. Durante el periodo de 2018/19, se notificaron 239 casos en el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud, donde más del 60% provenían de estas provincias.
¿Cómo se contagia?
La infección se produce a través de la picadura de un insecto volador llamado flebótomo que actúa como transportador del parásito Leishmania. El flebótomo es más pequeño que un mosquito y tiene el cuerpo cubierto de vellosidades. A diferencia de los mosquitos que se desarrollan en el agua estancada, los flebótomos se desarrollan en la materia orgánica y requiere de un ambiente oscuro, húmedo y fresco para reproducirse.
Este insecto tiene su máxima actividad al atardecer y por la noche, cuando pica a los perros y a los humanos transmitiéndoles la enfermedad.
¿Cuáles son sus síntomas?
En el perro, los síntomas más comunes son: lesiones en la piel, tales como úlceras que no cicatrizan, pelaje opaco, crecimiento exagerado de las uñas, así como adelgazamiento, fiebre irregular, agrandamiento de hígado y bazo, inflamación generalizada de los ganglios y anemia. Los animales infectados son el principal reservorio de la enfermedad, ya que pueden albergar al parásito durante toda su vida. Incluso pueden permanecer durante meses sin manifestar ningún síntoma de la enfermedad y a pesar de ello contagiarla a otros perros o a seres humanos. En las personas, la leishmaniasis visceral se presenta con síntomas tales como: adelgazamiento, fiebre irregular y agrandamiento de abdomen. Si no se proporciona a tiempo el tratamiento adecuado puede ocasionar la muerte.
¿Cómo se previene?
Walter Comas, director de la Unidad de Negocios de Animales de Compañía de MSD Salud Animal en Región Sur, brinda algunas recomendaciones para cuidar a las mascotas de esta enfermedad:
• Utilizar productos con efecto repelente e insecticida. Algunas pipetas ofrecen una protección de hasta 3 semanas.
• Los collares son la mejor opción: algunos ofrecen protección durante 1 año.
• En algunos países, a vacunación es una herramienta complementaria al collar, pero no reemplaza la necesidad de utilizar repelentes.
• Cuando sea posible, evitar que los perros estén al aire libre durante la noche.
Otras medidas a considerar:
• Limpiar regularmente los patios y jardines. Eliminar materia orgánica como hojas, materia fecal de animales, residuos, etc.
• Colocar tela mosquitera de malla fina en puertas y ventanas.
• Utilizar telas mosquiteras en los caniles.
• Fumigación del interior y exterior de las casas.
• Utilizar repelentes en las personas.