El INTA trabaja en el mejoramiento, sanidad y calidad de estos cultivos para lograr innovaciones productivas y ambientales.
La Asamblea de las Naciones Unidas decretó el 10 de febrero como el Día Mundial de las Legumbres. En esta conmemoración, se busca promover tanto su consumo a nivel mundial como dar a conocer el rol que juegan en la sostenibilidad ambiental y alimentaria. Desde el punto de vista nutricional, las legumbres son una excelente fuente de proteína vegetal.
Las legumbres secas son cultivos de importancia regional, siendo su principal destino la exportación. Las principales regiones productoras son: el Noroeste Argentino (NOA), Córdoba, sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires. En cuanto al poroto, cabe destacar que la mayor superficie cultivada en el país se encuentra en la provincia de Salta, como así también en el resto del noroeste argentino con aproximadamente 500 mil hectáreas.
El INTA, a través del Programa Nacional Hortalizas, Flores, Aromáticas y Medicinales, trabaja para aportar conocimientos e innovaciones tecnológicas al sector productor de legumbres de Argentina. Sus líneas de investigación abordan las cadenas de poroto común, garbanzo, arveja y lenteja; este trabajo se estructura en tres ejes: mejoramiento genético, fitopatología y calidad.
El Programa de mejoramiento de poroto del INTA cuenta con líneas derivadas de cruzamientos para tolerancia a estrés hídrico, térmico y bacteriosis común, arquitectura de la planta, rendimiento y buen comportamiento a enfermedades para su selección por ambientes. También, se evalúan genotipos silvestres por resistencia a mancha angular.
Investigación de “mancha angular”
Celeste Arroyo, becaria doctoral INTA-Conicet, lleva adelante una línea de investigación sobre poblaciones silvestres y primitivas de porotos, empleando materiales que mostraron cierto grado de resistencia a un hongo patogénico conocido como mancha angular en evaluaciones a campo. El Banco de Germoplasma (Banoa) y el área de trabajo de Mejoramiento Vegetal de Legumbres del INTA Salta, articulan entre sí para llevar adelante esta investigación.
“Estos materiales que mostraron resistencia a campo con infección natural, los evaluamos fenotípicamente en invernadero, con un análisis más profundo a nivel genético. En definitiva, lo que buscamos es contrastar los datos fenotípicos que ya tenemos con la información genética que va a surgir en esta investigación”, comentó Celeste Arroyo.
La mancha angular tiene una presencia muy importante en la región del NOA, sobre todo en zonas templadas como Salta, Rosario de la Frontera y Metán, como así también algunas zonas de Tucumán y Santiago del Estero. Esta enfermedad tiene mayor incidencia en porotos negros comparados con los blancos y de color; su sintomatología consiste en manchas foliares, de tejido muerto con bordes angulosos, característica que le da su nombre. Este daño afecta la superficie de la hoja impactando severamente en los rendimientos.
Los grupos de investigación anteriormente mencionados consideran que es importante la elaboración de un protocolo para manejar variedades silvestres. “Se está desarrollando un plan de mejoramiento que lleva varias etapas y una de ellas es el armado de un protocolo para manejo de variedades silvestres. Como no son variedades puras, requieren otro tipo de abordaje y lo que buscamos es la purificación de esas poblaciones”, destacó la investigadora.
A nivel genético, uno de los objetivos de esta línea de investigación es encontrar una región del cromosoma que evidencie cierta resistencia a la patología antes mencionada. “Ya lo vimos a campo, ahora queremos verlo en profundidad a nivel genético. Por ello, una vez identificados los materiales, en un futuro podríamos hacer algún proceso de mejora en cuanto a cruzamiento de materiales”, aseveró Arroyo.
Debido a la gran cantidad de poblaciones existentes, por ahora solamente se está trabajando con el patógeno de mancha angular en variedades silvestres. Debido a esta característica, su abordaje es completamente distinto al de las variedades comerciales que son líneas puras. “Con esto, buscamos que queden líneas purificadas disponibles en el banco de germoplasma para cualquier otro investigador que quiera explorar otra genética, se encuentre con una línea de investigación más avanzada” concluyó la especialista.
Trabajo en otras legumbres
En lo que respecta al garbanzo, el INTA a nivel nacional cuenta con un Programa de mejoramiento de este cultivo en donde se trabaja en la obtención de líneas con tolerancia a hongos de suelo, multiplicando líneas introducidas del Icrisat (India) para ampliar la variabilidad genética. En cuanto a rabia, otra importante enfermedad que afecta la producción en el centro del país se identificaron líneas resistentes y tolerantes.
En los cultivos de arveja y lenteja, el mejoramiento se lleva adelante en arvejas amarilla y verde como así también en lentejas macro y microsperma. INTA cuenta con una red de cultivares donde se evalúan alrededor de 14 variedades de arveja de diferentes orígenes en 16 localidades a lo largo de todo el país.
La fitopatología se aborda teniendo en cuenta los objetivos de mejoramiento, a fin de conocer los agentes causales para la selección de líneas superiores para las enfermedades más importantes: síndrome de amarillamiento del garbanzo, rabia del garbanzo, mancha angular del poroto, bacteriosis común del poroto, oídio de la arveja y hongos causantes de enfermedades radiculares de las legumbres.
La calidad de las variedades se evalúa desde el punto de vista industrial (tiempos de remojo y cocción, aptitud para enlatado, harinas mezclas libres de TACC) y nutricional (contenido de hidratos de carbono, proteínas, minerales como hierro, calcio y zinc). También se estudian otros compuestos de interés como polifenoles (antioxidantes) y la obtención de aislados proteicos en el caso de arvejas.
En cuanto a innovaciones en mejoramiento de legumbres, las últimas incorporaciones a la oferta varietal de INTA en legumbres son Cegro INTA, una variedad de poroto negro superador en rendimiento, aptitud para trilla directa y calidad culinaria, comercializada por Lumi Agropecuaria. En arveja verde, la nueva variedad Primogénita FCA-INTA seleccionada por tener mayor rendimiento y altura de planta, además cuenta con resistencia parcial al oídio una de las enfermedades más importantes en la zona de producción. Esta variedad es comercializada por Agricultores Federados Argentinos (AFA).
Próximamente, estarán disponibles para la producción una nueva variedad de poroto tipo alubia Leales B 36 para la industria de enlatado que se comercializará por Porosem, una de arveja amarilla y dos líneas de lentejas (macrosperma y microsperma).
Estas nuevas creaciones fitogenéticas se suman a la amplia oferta varietal de INTA para la producción de legumbres.
Por: ingenieras agrónomas, María Elisa Maggio, Ana Cecilia Fekete, INTA Salta.
Fuente: El Tribuno Campo