En Córdoba, entre el 28 y 29 de junio, se celebró una nueva edición anual del Encuentro Nacional de Monitoreo. Las malezas duras, sus resistencias, tolerancias y sus dificultades de manejo fueron un tema excluyente.
Luego de un primer día destacado por las charlas plenarias, el cierre del 18° Encuentro Nacional de Monitoreo y Manejo de Plagas, Enfermedades y Malezas, que organizó la empresa cordobesa “Halcón Monitoreos”, se dedicó a los talleres, entre los cuales sobresalió un tema de la agricultura pasada, presente y, seguramente, del futuro: las malezas.
En el curso sobre malas hierbas, llamado “Malezas gramíneas y vigencia del glifosato”, el asesor técnico, Sergio Morichetti, jefe de Desarrollo Técnico de Aceitera General Deheza, puntualizó sobre una maleza que viene escala en su nivel problemático: Eleusina indica (reconocida como pata de ganso). En este taller también participaron asesores de Agroterrum, Corteva, Syngenta y también el experto de INTA Marcos Juárez, Pablo Belluccini.
“Actualmente, hay una creciente cantidad de reclamos y quejas por la falta de control herbicida sobre esta especie en todas las zonas agrícolas en cultivos de soja, maíz y maní, en la zona manicera, y se trata de una maleza muy presente, que está ganando terreno a partir de los problemas de resistencia”, destacó Morichetti.
Según los registros y antecedentes de la Red de Manejo de Plagas (REM), de Aapresid, en el año 2012, se denunció el primer biotipo resistente de Eleusine a glifosato, hallándose en el centro de Córdoba y en Tucumán. Luego, en 2016, también en Tucumán, se confirmó un biotipo resistente a los graminicidas del grupo ACCasa (Haloxipop-r-metil y Cletodim). Hasta entonces, no se había denunciado una gramínea que presentara resistencia a ambos sitios de acción.
Actualmente, la estrategia para conseguir los mayores controles de esta especie se basa en los herbicidas pre-emergentes, que son clave y el punto de partida para los tratamientos seguros. Sin embargo, Morichetti se enfocó en los controles de rescate con postemergentes y cuando la maleza se escapa a las aplicaciones iniciales.
El asesor habló de cuatro puntos fundamentales para describir e identificar las principales fallas de control.
En un primer punto, Morichetti sostuvo que la aplicación de herbicida postemergente debe hacerse sobre un tamaño de maleza pequeño para aumentar la eficacia del control.
Sobre un segundo punto en importancia, citó considerar a las condiciones ambientales de aplicación que, muchas veces, no están dadas para pulverizar durante la primavera, a lo que se agrega el estatus de una maleza estresada (rustificada), reduciendo la eficacia de los tratamientos.
“Durante el monitoreo del lote, puede haber diferentes biotipos resistentes y hay que saber identificarlos, sobre todo, cuando se toma un campo en alquiler al cual no se le conoce el historial de malezas”, dijo el asesor en un tercer apartado.
Finalmente, subrayó la importancia de elección de los coadyuvantes para potenciar los ingredientes activos de los herbicidas. “Los graminicidas requieren de un buen adyuvantes para conseguir una mayor calidad de la aplicación”, explicó.
La presencia de esta maleza en un área muy grande es un hecho y su manejo debe empezar a priorizarse en todas las regiones y teniendo en cuenta que también se van reduciendo las alternativas químicas para controlarla