Las estimaciones las presentó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en la primera charla informativa del año para analizar el avance de la campaña y los efectos de la sequía que afecta al país.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires realizó la primera charla informativa del año para analizar el avance de la campaña 2022/23 y los efectos esperados de la sequía que afecta a nuestro país.
En el inicio del evento, la jefa de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales, María Cecilia Conde, señaló que la falta de reservas hídricas y de humedad superficial ha condicionado el avance de la siembra, principalmente en el centro del área agrícola, dejando afuera 900 mil hectáreas de soja y maíz en la campaña actual. Respecto al área ya implantada, se han visto fuertemente afectados los maíces tempranos –con mermas de hasta un 40 %- y la siembra de soja de segunda.
Finalizada la cosecha de trigo, se ha registrado una merma de la producción del orden del 45 % con relación a la campaña previa, obteniéndose los rindes más bajos desde 2008/09. Cerrada la ventana de siembra de soja y donde se están definiendo rendimientos en el 31 % del área implantada, se esperan 10 millones de toneladas (Mt) (y 500 mil hectáreas) menos de producción que las proyectadas inicialmente. En cuanto al maíz, se han reducido las estimaciones de producción en 5,5 Mt respecto a las estimaciones iniciales. De todos los cultivos de gruesa, el girasol es el que menos impacto negativo presenta.
Impactos económicos
Introducidos los efectos de la sequía en la producción, Ramiro Costa resaltó los impactos económicos resultantes. Costa destacó que se comienzan a ver señales de mejoras en algunas variables económicas mundiales, la reapertura de China, y la continuidad del acuerdo de granos en el Mar Negro que, aun cuando los stocks están ajustados y los precios se encuentran en niveles altos, no lo están en los máximos registrados.
El economista señaló los efectos sobre la cadena triguera proyectando una caída en la exportación del orden del 55 % con relación a la campaña pasada, lo que implica US$ 3.000 millones menos, y una caída del 36 % en aporte al producto bruto. En maíz, se espera una reducción de las exportaciones del 21 %, es decir, una caída de US$ 2.160 millones, con US$ 3.600 millones menos de aporte a la economía.
Dada la importancia de la cadena de soja, las implicancias en ésta son las que mayor peso tienen. La menor producción reduce el producto bruto sojero en US$ 5.800 millones con relación a la campaña pasada (-26 %), una caída en las exportaciones de US$ 4.500 millones y la recaudación se vería afectada en -US$ 2.300 millones.
En suma, los impactos que tendría la sequía sobre el aporte del sector en el escenario actual son de una caída interanual de US$ 12.245 millones en el producto bruto agroindustrial (-23 %); una reducción de las exportaciones de casi US$ 10 mil millones (-23 %) y, caída en la recaudación del 19 %, es decir, de US$ 3.314 millones. No obstante, señaló que el impacto podría ser aún mayor si no se normalizan las precipitaciones en lo que resta de la campaña y se vuelve real el riesgo de tener heladas tempranas, dados los retrasos que ha tenido el avance de la siembra.
Políticas públicas
Por último, Ramiro Costa enfatizó que estos escenarios climáticos ponen de relieve la importancia de tener políticas públicas que acompañen al sector. Si se busca una rápida recuperación de la actividad agroindustrial, la Ley Agroindustrial que promueve el Consejo Agroindustrial es un primer paso en este sentido.
También se precisarían medidas que apunten hacia una disminución de la presión impositiva, con una rebaja gradual de los derechos de exportación, mejoras de la infraestructura, en el financiamiento, desarrollo y adopción de tecnología, y acceso de nuestros productos a los mercados internacionales.