La practicidad, la convivencia de las tiendas físicas y las virtuales, la diferenciación y la sustentabilidad marcarán la agenda.
La empresa SEE -dedicada a brindar soluciones de packaging, con compromiso con la sustentabilidad- presentó las cuatro tendencias clave que marcarán el consumo de alimentos en 2024. Estas tendencias se verán marcadas por la demanda, la prioridad de la practicidad, la experiencia de compra, la sustentabilidad y la diversificación de los envases.
Para SEE estas tendencias de consumo son:
1. Creciente búsqueda de practicidad: en la actualidad, no es sorprendente que los consumidores estén en constante búsqueda de opciones que hagan su vida cotidiana más cómoda, fácil y eficiente. Lo que resulta interesante es cómo esta búsqueda por la practicidad adquirió un rol aún más preponderante en la toma de decisiones de compra, destacándose como uno de los factores determinantes que impulsaron la elección del consumo y compra de carne por parte de los consumidores durante el año 2023, según las conclusiones de un estudio realizado por la consultora de investigación de mercado Kantar.
La comodidad y practicidad se han convertido en criterios fundamentales a la hora de decidir qué productos adquirir, y este comportamiento continuará pisando fuerte durante 2024. Como explica Mariano Iocco, director de Marketing de SEE para América Latina, “la dinámica de las familias, especialmente en las grandes ciudades, exige a la hora de seleccionar las alternativas de comida, soluciones fáciles de preparar, sin comprometer el sabor y el factor nutricional. Por este motivo, la oferta de carne en el comercio minorista suele priorizar productos previamente porcionados en la planta frigorífica, en envases de fácil apertura que mejoran la conservación del corte de carne”.
2. La generación Z acudirá a los comercios físicos para comprar carne: según datos del estudio de Kantar, la población joven realizó más visitas a puntos físicos de venta para la compra de proteínas. Este aumento fue del 8,8 %, es decir 3,5 viajes más al comercio físico, en comparación con el año anterior.
El público joven de la generación Z, a pesar de estar altamente conectado y acostumbrado a realizar compras a través de múltiples canales, otorga gran importancia a la experiencia de compra física, especialmente cuando se trata de productos perecederos. Los jóvenes prefieren comprobar de cerca algunas elecciones de alimentos, en especial con factores como la alta inflación y la posibilidad de acceder a promociones descuentos de forma presencial.
Por este motivo, Iocco señala que la comunicación en el punto de venta debe ser una prioridad durante este 2024. “La comunicación en el punto de venta, empezando por el envase, es indispensable y debe verse como una fuerte tendencia para 2024”, dice.
Los criterios de esta generación están moldeados por factores clave como la sustentabilidad, la accesibilidad, la diversidad y la inclusión, según revela un estudio llevado a cabo por la empresa Criteo. En este contexto se valora profundamente la experiencia de compra, y se considera fundamental la alineación de los valores de la marca con los valores personales.
3. Crecimiento del canal online y necesidad de fidelización de los consumidores de productos perecederos: más allá de que el consumo en el punto de venta físico esté ganando cada vez más relevancia, los canales online siguen avanzando y desafiando las dinámicas de la logística para conquistar y retener a los consumidores.
En ese sentido, el gran desafío está en la logística, especialmente para los productos perecederos, que incluyen proteínas. “Este desafío trae una gran oportunidad. Cuando la operación está bien estructurada, con equipos en el punto de venta para elegir los productos, un buen embalaje primario y secundario y una buena gestión logística, la experiencia positiva para quien compra este tipo de producto se convierte en un fuerte criterio de fidelización del cliente, por lo que añade practicidad a comprar sin salir de casa”, explica Iocco.
4. Estrategias ESG, diversificación de los envases: el crecimiento de las estrategias ESG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza Corporativa) en el ámbito minorista e industrial se ha manifestado en cambios en los productos y sus envases. En la actualidad se pueden observar opciones más sustentables, muchas de las cuales están fabricadas con materiales compostables o 100 % reciclables o contienen materiales reciclados, marcando así una evolución en la dirección de prácticas más amigables con el medioambiente.
Al mismo tiempo, la demanda de prácticas sustentables también surge directamente de los consumidores. Según revela el informe Buying Green de 2023, el 82 % de los encuestados estaría dispuesto a invertir más dinero en envases sostenibles. Este porcentaje representa un aumento de cuatro puntos en comparación con 2022 y de ocho puntos con respecto a 2021. Dentro de un grupo demográfico específico, los consumidores más jóvenes, de 18 a 24 años, muestran una disposición aún mayor, liderando con un 90 %.
“Este escenario refleja una tendencia muy fuerte para los próximos años. La sostenibilidad va más allá del proceso de producción de proteínas y llega hasta el consumidor a través del envase en el que se presenta. Es una oportunidad para que los procesadores busquen innovaciones, como soluciones que reduzcan el uso de material en los envases sin comprometer la conservación del producto”, concluye el especialista de SEE.
Desde SEE concluyen que “el énfasis en la practicidad, la sostenibilidad y la conveniencia revela una evolución constante en la forma en que percibimos, elegimos y disfrutamos de nuestros alimentos. Las demandas de los consumidores van a afectar los procesos de la producción y comunicación de alimentos, provocando que el futuro de la industria sea diverso y dinámico, con un foco en la adaptabilidad, fidelización y sostenibilidad. Será clave monitorear estas tendencias para satisfacer las demandas cambiantes de los consumidores”.