En Claves del Campo (Radio Salta AM 840), Juan Carlos “Chachín” Morales, titular de Consultoría en Protección de Cultivos (CPC), advirtió sobre los desafíos fitosanitarios que enfrentan los productores del NOA en esta campaña agrícola.
El NOA ha iniciado la campaña agrícola 2025 con un prometedor escenario climático, gracias a las lluvias que han recargado los perfiles de humedad. Estas condiciones prometen una buena producción agrícola y generan expectativas positivas en el sector; no obstante, los productores deberán estar atentos a los desafíos fitosanitarios tradicionales, como las malezas y plagas, que podrían limitar el potencial productivo de la región.
Con más de 30 años de experiencia como asesor agronómico, Juan Carlos “Chachín” Morales, titular de Consultoría en Protección de Cultivos (CPC), asegura que la sanidad vegetal es el pilar fundamental para tomar decisiones acertadas en el manejo de los cultivos, especialmente en el contexto actual del NOA.
“Hace 20 años, comenzamos a ver el sorgo de Alepo resistente al glifosato en el norte, como así y también la llegada de la roya de la soja. Con el tiempo, hemos visto problemas graves como el gusano cogollero, las orugas en soja, el picudo de la soja, el resto de las enfermedades y malezas, que dominan las decisiones. En un año seco tenemos ciertas plagas y enfermedades, y en épocas húmedas otras, pero el eje del manejo de los cultivos sigue siendo lo sanitario”, comentó.
En esa línea, Morales indicó que no hay que relajarse con la chicharrita del maíz que se ha convertido en una de las principales preocupaciones para los productores, especialmente en el NOA. El monitoreo constante y la toma de decisiones basadas en la detección temprana son fundamentales para controlar esta plaga, dijo, y comentó que lo ideal es usar híbridos tolerantes, entre otras decisiones agronómicas.
“Esta campaña es un desafío para validar productos que se están usando comercialmente en Brasil o Paraguay. Hay muchos productos basados en entomopatógenos, como bacterias y hongos que atacan al insecto. Estos productos ya están disponibles y se usarán en todo el NOA. Las condiciones climáticas determinan el éxito de estos productos. Es importante que el productor se mantenga atento y siempre busque asesoramiento de instituciones como el INTA, la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), o un asesor privado”, dijo.
La resistencia de las plagas a los insecticidas
Plagas como las orugas en soja y maíz están mostrando cada vez mayor resistencia a los insecticidas tradicionales, lo que reduce la eficacia de los tratamientos y genera pérdidas económicas. El monitoreo constante de los cultivos es fundamental para detectar a tiempo la presencia de plagas y tomar decisiones de manejo adecuadas. “Los productores deben estar atentos a la aparición de nuevas generaciones de plagas y adaptar sus estrategias de control en consecuencia. La combinación de diferentes herramientas de manejo, como la rotación de cultivos, el uso de variedades resistentes y la aplicación de insecticidas biológicos, es clave para lograr un control efectivo y sostenible de las plagas”, recomendó el asesor agronómico.
“Las condiciones actuales de sequía y falta de lluvia están generando plagas asociadas a esto, como los trips y las arañuelas, tanto a nivel país como en el NOA. También hemos tenido situaciones con caracoles, una plaga que llamó la atención a nivel nacional y afectó a la soja y maíz. Actualmente, las arañuelas son la principal preocupación y estamos esperando que las lluvias reviertan esta situación. También hay gusanos asociados a condiciones de sequía, como la isoca, que deben ser monitoreados semana a semana para tomar decisiones”, detalló.
En cuanto a malezas, el yuyo colorado -conocida como super maleza a nivel mundial- sigue siendo la principal. Además, se está reportando que tiende a tener resistencia al glifosato y, lamentablemente, se suman otros grupos de herbicidas, ya que se usan de manera intensiva cuando algo funciona bien.
Por último, el experto recalcó que hay que estar alerta con la mancha anillada, enfermedad fúngica que viene estableciéndose en países vecinos como Bolivia, Paraguay y Brasil, y está llamando la atención en soja. “Así como en plagas de soja se habla de gusanos específicos, en hongos ocurre algo similar. Tenemos que monitorear enfermedades específicas como la mancha anillada, la muerte súbita y la Sclerotinia, ya que muestran diferente sensibilidad al mismo fungicida”, concluyó.
