Luego de más de seis meses de un atraso frente a la inflación, el valor de la hacienda tuvo una recuperación en los últimos días de hasta un 40% su valor.
En unos pocos días, desde el viernes hasta aquí, la suba del valor del ganado vacuno con destino a faena fue muy importante. Llamativamente se dio en el cierre del julio e inicios de agosto, cuando mucha gente todavía no cobró y en un contexto económico complicado para el poder adquisitivo de los argentinos. Esta situación se resume en una frase muy escuchada entre los operadores de este sector: “La calle no tira”, dicen.
A pesar de que la calle “no tire”, y de que existe una alta oferta de ganado, ya que en julio la faena fue elevada y llegó a 1,3 millones de cabezas, los compradores pagaron este martes precios nominales muy superiores a los que se venía registrando, a punto tal que algunas categorías los nuevos precios de la hacienda casi empatan a la inflación acumulada en el último año.
Se trata de un proceso de reacomodamiento de los valores de la cadena de ganados y carne, que esta misma semana se está trasladando a los mostradores de las carnicerías y supermercados, y que, si bien era esperado para octubre o noviembre, se desencadenó de forma acelerada y súbita. Incluso, en el caso de la categoría novillo, se registró en simultáneo con una elevada oferta negociada.
Esta fortísima suba se dio luego de que el gobierno anunciara la implantación de un “dólar maíz” que puso los pelos de punta a los que tienen hacienda en los corrales de engorde, ya que ese cereal es la base de la alimentación y el nuevo tipo de cambio especial significó un aumento inmediato del 20% en los costos de terminación del ganado.
Luego de las fuertes subas del viernes pasado, en el Mercado Agroganadero de Cañuelas los precios tuvieron este martes una nueva mejora, que los operadores prefieren llamar “recomposición” luego de meses de atraso respecto de la inflación general.
A quienes vendieron con valores estancados, o con mejoras inferiores a la inflación, esta suba no les devuelve el dinero perdido, pero sí las perspectivas de que el negocio mejore. Sobre todo, a los operadores que están comprando invernada (terneros para engordar), que también está en aumento y en este caso con el impacto de la escasez, dado que se termina la zafra y el que vende gordo está reponiendo como puede y a precios que van de los 650 a 700 $/kg. En pocas semanas el ternero que venden los criadores aumentó 40% en términos nominales.
Así el novillo en el Mercado Agroganadero de Cañuelas recortó posiciones con respecto a la inflación. Promedió los 620 pesos por kilo vivo, lo que significa que tuvo un aumento de 113% respecto al promedio de precios que registró en la primera semana de agosto del año pasado. Recordemos que hasta junio la inflación interanual fue de 115%.
En las categorías principales para el consumo interno, el novillito promedió los 630 pesos y la suba respecto de doce meses atrás fue de 102%. La vaquillona cerró en 590 pesos y la mejora fue de 100%. La vaca, la categoría más castigada, logró un valor promedio de 420 pesos y su aumento fue de 85%.
En el traslado a los precios minoristas las cosas ya están jugadas. Consultado por el diario Infobae, el vicepresidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMYA), Sergio Pedace, dijo que “el aumento ya está: fue de un 20% el viernes y hoy ya se afirmó”. Y aclaró que “es en realidad una recomposición de precios, porque estamos atrasados. Esta recomposición del 20% es del 2022 y todavía seguimos atrasados entre un 40% y 50%”, exageró.
Según Pedace, este aumento, que fue de entre 100 y 120 pesos por kilo vivo en la hacienda, “se traslada directo a góndola. En las carnicerías se va a estar viendo a partir de hoy en adelante. Van a ser 300 pesos mínimo por kilo”.
Por: Nicolás Razzetti
Fuente: Bichos de Campo