Internet y los datos permiten a los productores un valor agregado y mejoras a la hora de tomar decisiones.
La tecnología está revolucionando el mundo y el sector ganadero no es la excepción. Sumar a la cadena de producción nuevas herramientas, ya sea para el manejo reproductivo, la salud, el bienestar animal y la gestión del ordeñe, es un valor agregado que permite a los productores lograr más rentabilidad y más precisión en la toma de decisiones.
En lo referido a la reproducción del ganado vacuno, desde hace años los métodos de detección de celo para este tipo de ganado se han basado en la detección visual del mismo a través del uso de toros marcadores, la observación directa por personal del campo, pintura en parches o crayones, entre los más importantes. Estos métodos representan un gran desafío en cuanto a su implementación, consistencia y resultados, y en muchas ocasiones afectan negativamente la performance animal, de los operarios y generan pérdidas de dinero al ganadero.
Sumado a eso, cada herramienta y programa reproductivo requieren de gran esfuerzo e inversión que pueden expresar mayor dificultad según la escala del establecimiento. Según datos recientes del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Argentina cuenta con un total de 8.758 establecimientos registrados como tambos bovinos, en los cuales existen un total de 10.125 unidades productivas y un stock de más 1,5 millones de vacas. Este dato no ha variado mucho en los últimos años, pero sí la cantidad de establecimientos lecheros, lo que ha traído como consecuencia, una mayor concentración de animales vacunos por establecimiento que, al ser manejados a través de información o datos históricos, pierden eficiencia y se alejan de la realidad que los afecta.
También existen otras consecuencias que trae la implementación de cada una de estas técnicas tradicionales y que se dan en el manejo de los rodeos lecheros durante el período de transición, en lo referido a la prevención, detección y tratamiento temprano de las enfermedades de esta etapa. Actualmente, están surgiendo métodos más sofisticados, precisos y que permiten a las personas automatizar los procesos a través de información precisa y, de esta manera, detectar a las vacas específicas en forma temprana para su revisión y toma de decisiones en tiempo real, basadas en datos generados por el monitoreo animal.
Gabriel Calderón, gerente de Producto de Animal Health Intelligence de MSD Salud Animal en Región Sur, explica que “el uso de dispositivos de monitoreo (collares o caravanas), utilizados inicialmente para medir actividad de nuestras vacas, fueron sofisticándose en cuanto a prestaciones y hoy son una importante ayuda a productores, operarios de campo y veterinarios en nuestras lecherías. Por ejemplo, nuestros collares de monitoreo nos permiten detectar precisamente el momento ideal para inseminar una vaca, como así también identificar funciones vitales de nuestros animales que se están desviando de la normalidad, anticipándonos a la presentación clínica de enfermedades. Además, la presentación de esta información y alertas, es muy amigable y simple de entender para cualquier usuario, sea el trabajador rural, el propietario de la granja o el profesional veterinario del establecimiento”.
Calderón agrega que “de esta manera se pueden detectar de forma individual a aquellas vacas que están en periodo de celo y listas para ser inseminadas a través del monitoreo de datos, como así también las vacas que requieren atención veterinaria inmediata debido a alteraciones de su salud y bienestar.”
Inclusive, este sistema que trae ventajas en la reproducción y para mejorar la sustentabilidad de los tambos, también permite traer mejoras en salud del animal. Esto ha permitido a los productores anticiparse al problema y resolverlo, mejorando las tasas de recuperación y disminuyendo la tasa de mortalidad de animales adultos y en producción. Los sistemas de monitoreo, como los collares SenseHub Dairy, brindan información útil para los veterinarios que les permite estar atentos a funciones vitales en vacunos como es la actividad ruminal.
En resumen, según Calderón, las ventajas principales de este sistema son:
1. Mejorar la performance reproductiva: la tasa de detección de celos, en promedio, el ojo humano detecta un 60 %, mientras que con el collar se detecta, como mínimo, de un 75 % para arriba. La tasa de preñez en Argentina no suele superar el 15 % o 16 %, pero con este sistema de monitoreo el piso es de 21 %. Esto garantiza un sistema de preñez sustentable.
2. Beneficios en la salud: permite salvar más vacas, anticiparse a problemas, reducir y hacer más eficiente el uso de medicamentos.
3. Uso más eficiente de los recursos: humano, tiempo, medicina y dinero.
4. Mejorar el bienestar del animal: menos estrés y anticipación en la presentación de enfermedades de alto impacto en la producción y bienestar animal.
Los trabajadores agrarios también se ven beneficiados debido a que este nuevo sistema tiene una interfaz bastante amigable con el usuario, lo cual permite a estas personas sumar conocimiento, experiencia y mejoras en la calidad de su trabajo diario. Por ejemplo, al ahorrar tiempo en clasificación y selección visual de animales de forma individual, los operarios pueden concentrarse en otras tareas, estar atentos a las necesidades reales del negocio y conocer de antemano los indicadores de salud animal.
En un mercado donde los consumidores se vuelven cada vez más exigentes y preocupados por la calidad de los procesos, servicios y productos, la trazabilidad es un valor agregado. Mejorar cada parte del sistema productivo se está convirtiendo en uno de los ejes principales para garantizar la transparencia y el origen de cualquier tipo de producción. Esto implica la posibilidad de identificar y rastrear al animal a través de todas las etapas que forman la cadena agroalimentaria.